La exploración del misterioso Norte de Nueva España se inicia a lo largo del río Grande y luego bordeando la costa de California hasta el golfo de Alaska. Juan de Oñate inició la penetración en Nuevo México, Kansas y Nevada.
Nuevo México está atravesado de norte a sur por el curso alto del río Grande.
"Entre tantas comarcas atravesadas en la febril urgencia del oro, Nuevo México fue la que le pareció a Coronado -Francisco Coronado, expedición de 1540- más hospitalaria. El valle del Río Grande daba albergue y alimentos a los indios Pueblos al modo de un oasis que dispensa vida en medio del desierto. Hacia este valle condujo Juan de Oñate, en 1598, la primera caravana de colonos: cuatrocientos hombres, mujeres y niños, seguidos de siete mil cabezas de ganado, que recibieron plena libertad para explotar el suelo"
[Jean-Louis Rieupeyrout. Historia del Far West, tomo II, Barcelona, 1972].
"Después de la muerte de Francisco de Ibarra, no se adelantó un solo paso en la conquista y pacificación de nuevas tierras por la frontera Norte de México. Se organizaron varias expediciones con este fin, pero fracasaron todas. Así transcurrieron muchos años, hasta que en 1592 otro vasco resolvió llevar la civilización (sic) a las tierras septentrionales de Nueva España. El nombre del nuevo conquistador era Juan de Oñate, hijo de Cristóbal de Oñate".
[Segundo de Ispizua, Historia de los vascos en el descubrimiento, conquista y civilización de América. Tomo II, Bilbao, 1915].
"Era Oñate, escribe Riva Palacio, vecino de Zacatecas, y hombre que gozaba de buena fama y crecido caudal, y se presentó al virrey D. Luis de Velasco solicitando celebrar capitulaciones para descubrir, conquistar y poblar el reino de Nuevo México, ofreciendo llevar más de doscientos hombres, aderezados de todo lo necesario y bastimentos, hasta haber llegado a las poblaciones; todo a su costa y de los dichos soldados, sin que S. M. diese sueldo más del que Juan de Oñate quisiese darles de su voluntad, de su hacienda, y asimismo llevarían bastimentos, armas, pertrechos y municiones, caballos, mulas, carretas, carros y otras cosas".
Y Jerónimo de Mendieta escribe que
"Oñate llevaba a Nuevo México seis capitanías de soldados, sin otros labradores y hombres buenos, casados, con sus mujeres e hijos, para la labranza y población de aquella tierra".
Ispizua nos trae estas citas de El virreinato. Historia de la dominación española en México, de Riva Palacio, e Historia eclesiástica indiana, de Jerónimo de Mendieta.
Contemporáneo de Juan de Oñate, fue autor de la obra monumental Los veintiún libros rituales y Monarquía indiana, publicada en Sevilla, en 1611, en tres vols. Torquemada era a la sazón franciscano que había ido de niño a México -1557-1624-. Ispizua nos presenta algunos textos importantes de este historiador.
"Despachado D. Juan de Oeste americano. Inscripción autógrafa de Juan de Oñate en el peñón de El Morro, en Nuevo Méjico (E.E.U.U.): Por aquí pasó el adelantado don Juan de Oñate del descubrimiento de la mar del sur. A 16 de abril de 1605. Oñate y los suyos para la jornada de Nuevo México, siguieron su camino en demanda de aquellas tierras, y en llegando a aquellas partes tomaron posesión por el rey, de ellas, y el pueblo donde D. Juan de Oñate, gobernador y capitán general de esta entrada hizo asiento y puso su real, se llama San Gabriel, el cual sitio está en treinta y siete grados de altura N. y está situado entre dos ríos, y con las aguas del menor de los dos se riegan los trigos, cebada y maíz y las demás cosas que se siembran en las huertas, que son coles, cebollas y otras hortalizas, que se dan bien. El otro río es grande, que llaman del Norte, que es de muchos y muy buen pescado".
Y continúa Torquemada:
"La tierra es muy fría en invierno... Y es tanto el frío que hace, que ha acaecido helarse el vino en las vinageras y el cáliz, estando diciendo la misa -aunque ha sido pocas veces-. Los ríos también se cuajan de muy gruesos carámbanos y hielo"... "Hizo una entrada Juan de Oñate la tierra adentro y llevó consigo dos religiosos, que fueron el P. Francisco de Velasco y un lego, y dejó la gente en las partes que tenía pobladas."
Torquemada también dijo que además de poblar Nuevo México, recorrió y fundó estancias y poblaciones en Arizona y Nevada. El campamento o villa de San Gabriel, centro de sus actividades, lleva después el nombre de Santa Fe. Los datos de Torquemada, según Ispizua
"tienen la inestimable ventaja de ser un coetáneo a los hechos, habiendo terminado su obra antes que Oñate diera fin a su empresa. Este iba acompañado de sus sobrinos, los Zaldivar. Oñate avanzó al oeste hacia el Pacífico. El general Vicente Zaldivar hacia el Este. Juan de Zaldivar murió en el asalto a la ciudad india de Acoma, en diciembre de 1598. Su hermano Vicente asaltó y arrasó la fortaleza india en 1599, exterminando a sus heroicos defensores. Zaldivar llegó el mismo año al bajo Colorado. En 1601, Oñate organizó la expedición hacia Oriente, en busca de la mítica Quivira, en Kansas, que ya había decepcionado, en 1540, a Vázquez Coronado. A su regreso halló que muchos colonos y misioneros se habían ido a causa de la pobreza de la tierra y por no encontrar las riquezas que ansiaban. Con los refuerzos llegados en 1604 emprendió la expedición a través de Arizona alcanzando la desembocadura del Colorado en 1605. Falto de apoyo desde Nueva España dimitió de sus cargos de gobernador, capitán general y adelantado, en 1608; en su lugar llegó un gobernador de nombramiento real".
La primera iglesia de los actuales Estados Unidos fue fundada en San Agustín (Florida), por Fray Francisco de Pareja, en 1560. La primera de Nuevo México, en 1598, la realizaron los misioneros que llevaba Juan de Oñate, y fue San Gabriel. En 1606, una vez fundada Santa Fe, se construyó su iglesia, tercera de los Estados Unidos. En 1617, tres años antes de que desembocaran los peregrinos en Plymouth Rock, había ya once iglesias dedicadas al culto en Nuevo México. En 1629, Fray Antonio de Arqueaga fundó la iglesia de Socorro, ciudad que sigue llevando este nombre. En la iglesia de Picuries, en las montañas del norte, fue enterrado en 1632 Fray Ascensión de Zárate.
El coronel norteamericano E. M. Wentworth nos descubre un precursor de la emigración vasca al O.A.:
"Desde que el nuevo mundo se abrió a la producción ovina, los nombres vascos aparecieron ya en América del Sur, ya en América del Norte entre los dueños de rebaños. Hacia el año 1600, la aparición del nombre Irisarri significa la presencia de rebaños de ovejas en el Nuevo México, poco más o menos un siglo antes de que los vascos se pusieran a la crianza ovina en México".
Esta preciosa cita la debemos a Adrien Gachiteguy en su obra Les Basques dans l'Ouest Americaine. Cuando S. Vizcaíno costeaba California el ovejero Irisarri penetraba en Nuevo México. Entre los misioneros había numerosos vascos. Alrededor de las misiones se fundaban granjas modelo y verdaderas escuelas de agricultura que fueron el origen de la prosperidad de California y otros territorios del oeste. Los gobernadores vascos de California fueron numerosos.
Los viajes de Sebastián Vizcaíno por las costas de California que culminaron con la fundación de La Paz, el año 1596, en Baja California y de San Diego, el 12 de noviembre de 1602, en A. California, iniciaban la penetración vasca al conocimiento de estos territorios. Siguiendo su Relación del viaje conoceremos a los indios o aborígenes de la costa occidental de Norteamérica. Día 19 de julio
"... y este día que fue el de la Magdalena se dijo misa en tierra, y otro día siguiente acordó el general se fuese a demarcar la dicha bahía y a reconocer la tierra y gente de ella, y que el cosmógrafo la sondase y demarcase y el alférez Pascual de Alarcón con 20 arcabuceros reconociese la tierra y viese qué gente era y buscase agua... no era muy dulce, era verde, y de ella se hincharon las botijas que llevábamos. Salieron al dicho alférez mucha cantidad de indios de diferentes partes con sus arcos y flechas y dardillos tostados aunque en paz, que daban sus armas en señal della. Es gente bien agestada y fornida, aunque desnuda y de rancherías; su comida ordinaria es pescado y mascale, porque hay gran cantidad del y de muchos géneros, y los pescan con corrales de palo, teniendo asimismo mucha almeja y mejillón".
En la isla de Cerros a primeros de septiembre. Seguía siendo el problema principal la aguada y la provisión de leña.
"... fue acordado que se entrase la tierra adentro y fuesen 20 hombres arcabuceros bien aderezados proque en la dicha tierra había hombres de guerra que se habían visto y desvergonzados, que habían quebrado 20 botijas que los de la Almiranta habían dejado en tierra por no podellas embarcar".
Se hizo una buena aguada "hallóse muy buena leña de sabina y lentisco y encinas". En la isla de San Jerónimo los indios "habían salido a ellos en canoas de nea". El alférez Francisco Soriano que había subido a un alto cerro por ver si avistaba a la nao Almiranta, informó "que en lo alto del dicho cerro había gran cantidad de indios e indias, temerosos de nosotros, se iban a la tierra dentro por un camino ancho". A lo largo de los 17 capítulos de la Relación se constata que la costa de California, en los primeros años del siglo XVII, estaba muy poblada y por indios que generalmente aparecían en son de paz. Tras la llegada de españoles, rusos y anglosajones, con su planes de "quedarse", ¿dónde están los descendientes de aquellos indios?
El reconocimiento de la costa sería continuado por el teniente de fragata y comandante de la goleta "Sonora", Juan Fco. Bodega y Quadra, de ascendencia también vizcaína. Los oficiales nombrados para esta expedición de 1775 fueron Bruno Hezeta, que era el más antiguo, Miguel Manrique, Fernando Quirós, Juan de Ayala y Diego Choquet. El virrey y capitán general de México, Antonio María Bucareli, aceleró los preparativos. Hezeta debía embarcarse en la fragata "Nueva Galicia", subir hasta los 61 gradosmás y volver costeando, reconociendo puertos o ensenadas, sacando sus planos, y tomar posesión de aquellas tierras. A Miguel Manrique y Fernando Quirós, se les nombró para el mando de los paquebotes "San Carlos" y "El Príncipe", con la mira de abastecer de víveres los presidios -fortalezas o establecimientos- de San Diego y Monte-Rey, así para sustento de sus misiones, como para poder socorrer a la fragata en caso de arribada, igualmente con la orden de reconocer el puerto de San Francisco.
"Quedamos D. Ignacio Arteaga, que vino posterior, D. Juan de Ayala, D. Diego de Choquet y yo; el primero nombrado por comandante del nuevo departamento de San Blas, y nosotros tres con orden de residir en Tepic (lugar distante de San Blas 20 leguas) hasta otra expedición"
[Diario de Navegación de Bodega y Quadra].
Pero Bodega y Quadra logró enrolarse en la goleta "Sonora" sustituyendo a Juan de Ayala y transformando la pequeña goleta en una embarcación apta para su cometido en tan larga y aventurada expedición. El derrotero, a grandes rasgos fue: San Blas, Monte-Rey, antes San Francisco, Cabo Mendocino, Archipiélago Reina Carlota, Archipiélago Príncipe de Gales, hasta pasados los 55 grados. En 1792 (?) Bodega y Quadra coincidió con el navegante inglés Vancouver en la isla que llevaría este nombre. En una armonía sin precedentes circunnavegaron la isla levantando la cartografía correspondiente. Existiendo un conflicto territorial entre España e Inglaterra, los dos navegantes llegaron a acordar el nombre Vancouver Quadra para esta isla canadiense pero sólo perduró el nombre del inglés.
Expedición de Francisco Eliza y Juan Bautista Matute, oficiales de Bodega y Quadra (1790). Iba al mando de F. Eliza y su objetivo era establecer un presidiofortaleza en el estrecho de Nootka -Vancouver-, para contrarrestar la presión de rusos e ingleses en las costas del Pacífico. También el trazar un mapa de la costa de Alaska. Se construyó la fortaleza y se establecieron comunicaciones con San Blas, base astillera de Baja California. España e Inglaterra llegaron a un acuerdo conservando la soberanía española las dos Californias.
(siglo XVIII). Citaremos a Gregorio Amurrio, en San Diego; Fermín Francisco de Lasuen en San Gabriel; Juan Prestamero en San Luis Obispo; Antonio Murguia en San Carlos de Monteney. Lasuen, el más importante, vivió 30 años en California. Amurrio y Lasuen fundaron la misión de San Juan Capistrano en 1776, con asistencia del P. Mugartegui. En 1784 Lasuen era presidente de las Misiones de California y el P. Mugartegui vicepresidente. Llegaron después los PP. Sola, Arenaza y Arroita.
Durante los 24 años de la colonización de la Alta California, la región se administró como parte del dominio de las Provincias Internas. Su jurisdicción abarcaba el norte del actual México, y el suroeste americano con las dos Californias, Baja y Alta. Por encima del cargo de jefe de las P. Internas sólo estaba el virrey de México. En 1784 José Joaquín de Arrillaga era capitán y jefe de Loreto y gobernador teniente de las Californias. En 1785 lo era Jacobo Ugarte Loyola, hasta 1790, gobernando sobre Sonora y California. Tenía tres subordinados: Diego de Borica en Nueva Vizcaya (hoy Durango), que sería gobernador de California, Juan Bautista de Anza en Nuevo México, y Juan de Ugalde en Texas.
La mayor parte de los primeros vascos que llegaron a los Estados Unidos en la primera etapa de la inmigración hacia el Oeste llegaron principalmente a causa del descubrimiento del oro en California. La mayoría llegó desde Sudamérica, de Argentina y Chile en 1850. Al no tener éxito en las minas, volvieron a ser pastores como habían hecho en Sudamérica. Pero más tarde, con la conexión intercontinental por ferrocarril los vascos llegaban directamente de Vasconia para trabajar como pastores, y no estaban acostumbrados a la expansión de las tierras como los que habían ejercido el oficio Sudamérica. En los 1880, la ruta de inmigración había cambiado su orientación. La mayoría de los inmigrantes vascos ahora en adelante provenían de España y Francia.
Los pastores vascos en California organizaron un modelo del oficio que imitó el resto de la industria en el Oeste. Eventualmente, los pastores, vascos y no vascos, necesitaban más tierra. Según las investigaciones del pastoreo vasco, los pastores de California se trasladaron por las montañas Sierra Nevada hasta llegar a Nevada entre 1870 y 1880. Mientras tanto, los vascos del viejo mundo tenían suficientes razones para desear emigrar a EEUU: El modelo tradicional de herencia no amparaba financieramente y por igual a los hermanos que no resultaran ser los herederos de las tierras. Las guerras carlistas y la inestabilidad política también fueron motivos para emprender el viaje rumbo a América, y debido al peligroso clima político reinante en Sudamérica en aquellos tiempos, miles de vascos escogieron EEUU para empezar de nuevo.
Los vascos llegaban a Estados Unidos con el deseo de hacerse ricos y regresar lo antes posible a su tierra natal. Este aumento de vascos en los EE.UU. desde 1890 hasta los mediados de la década 1920, marcó el primer asentamiento vasco en el Noroeste estadounidense. Antonio Azcuenaga y José Navarro fueron los primeros vascos que en 1889 llegaron de Nevada a Jordan Valley, Oregon. Después de ellos, muchos otros les siguieron y llegaron a esta región rica en pastos. Azcuenaga anduvo por las fronteras de tres estados, Oregon, Idaho, y Nevada, conocido como el Nampa-triángulo por Nampa, Idaho, hasta que ahorró como para comprar un rancho de 3.000 acres. Tuvo 20 trabajadores, y fue allí donde se construyó el famoso establecimiento vasco el Jordan Valley Hotel. La comunidad vasca de Jordan Valley manifestó su cultura y raíces al construir las tradicionales casas de piedra. Otros pastores fueron llegando y se establecieron en Steens Mountain y en Snake River, Idaho, entre 1910 y 1920. No obstante, la población vasca en Jordan Valley alcanzó su mayor número de habitantes en la década de 1920 y fue así como se edificaron hoteles y pensiones vascos para acoger a los pastores y para sus familias que no les seguían al monte.
La mayoría de los vascos de Yakima Valley, Washington, llegaron directamente de Navarra y muchos de ellos eran miembros de las familias Etulain, Escujuri, y Elizalde. Aunque siguieron los mismos métodos de pastoreo, los vascos de Yakima estuvieron aislados de los demás. En la década de 1920 se contaban entre 70 y 100 vascos. El Nampa-triángulo tuvo la población vasca más cercana, a 500 millas de Yakima. Era muy difícil, por la larga distancia, constituir redes de amigos vascos en otras partes de Washington, Oregon e Idaho. Los intentos para mantener la identidad vasca no tuvieron el mismo éxito que en otros lugares. Los vascos de Yakima perdieron el euskera, pero mantuvieron el castellano. Intentaron mantener la cultura vasca y sobre todo la gastronomía con cenas y picnics, pero las largas distancias hizo que poco a poco la gente dejaban de reunirse.
Según Richard Etulain, los vascos de Yakima perdieron sus prácticas culturales antes que los de Boise y Jordan Valley. A mediados de 1920 la inmigración vasca al Noroeste de los Estados Unidos junto al estado de Washington cedió aunque incrementó la de Idaho y Nevada. La primera generación vasca que había nacido en los EEUU en general no continuó con el oficio de pastor en ningún estado del Noroeste.
MEL