Villes

Errenteria

En término municipal de Errenteria se encuentran los yacimientos de las cuevas de Aitzbitarte. Veáse Aitzbitarte. Del neolítico-bronce hay que citar el dolmen de Aitzetako Txabala, situado en la ladera suroeste de Txoritokieta; fue excavado en 1963 con resultado negativo. De posible adscripción a la Edad del Hierro se conocen dos menhires, Txoritokieta y Langagorri, ambos utilizados como mojón de límites entre Astigarraga y Errenteria.

Son escasos los restos romanos encontrados en término de Errenteria; una estatuilla votiva femenina, hoy desaparecida, fue clasificada como procedente del término por García y Bellido. Sobre la huella histórica romana en la zona veáse Oiartzun.

Perteneció desde tiempo inmemorial al valle de Oiartzun, del que fue cabeza y población más desarrollada, a causa de su posición estratégica para el comercio y la navegación. Era asimismo residencia de la administración municipal de la antigua tierra de Oarso. Según reseña Gorosábel, los habitantes de Oiarso experimentaron muy graves daños y males, que algunas malas gentes de Navarra, Gascuña, y aun de la misma provincia de Gipuzkoa, causaban a sus habitantes, así en muertes, como en heridas, robos, fuerzas y en otras maneras. Por esta razón recurrieron al rey, demostrando la conveniencia de hacer población de villa en el lugar y campo denominado Orereta; el cual cercarían lo mejor que pudiesen para su defensa. Para este efecto le pidieron la competente licencia, con presentación de los privilegios que tenía, dados por los monarcas predecesores.

Le solicitaron también la conservación del fuero de San Sebastián, según lo habían tenido y usado en tiempo de los reyes anteriores; así que los términos, franquezas y libertades de que habían gozado hasta entonces. El rey Alfonso XI de Castilla accedió a todos los extremos de esta petición. A su virtud, por privilegio despachado en Valladolid a 5 de abril de 1320 mandó que en el expresado lugar se hiciese población de villa, la cual tuviese nombre de Villanueva de Oiarso, donde todos los de aquella tierra morasen en uno. Concedió también a los pobladores y moradores de ella, ora fuesen hijosdalgo, ora otros cualesquiera, el fuero de la entonces villa de San Sebastián, según lo habían acostumbrado hasta entonces bajo el nombre de concejo de Oiarso. Mandó igualmente que esta villa tuviese para siempre sus montes, pastos, términos, puertos, fuentes, seles, franquezas y libertades, que por privilegios, cartas y de otra manera tenían adquiridos. En compensación de estas mercedes le impuso la obligación de que diese e hiciese a su majestad y a sus sucesores los fueros, derechos y rentas que habían acostumbrado dar y hacer hasta entonces. Este privilegio fue confirmado por el mismo monarca en Algeciras a 1 de septiembre de 1343, y por Enrique II en las Cortes de Toro en 1371. Veáse Oiartzun.

El rey Alfonso XI de Castilla le concedió en particular otro privilegio fechado en Alcalá de Henares a 2 de octubre de 1338, mandando al concejo de San Sebastián que no impidiese descargar en Errenteria las mercaderías que viniesen por mar a aquel puerto, ni exigiese a sus vecinos sisa alguna de entrada ni salida por los barcos en que las trajesen.

Constituyó el paso de los peregrinos que, viniendo de Irun, se desviaban por ella hacia San Sebastián, para seguir por Hernani. Pero esta desviación fue utilizada más bien por los peregrinos que seguían la Ruta de la Costa a Oviedo. Tal fue el caso del obispo armenio Mártir, o de otros que se desviarían llevados por curiosidad o por motivos especiales, como le ocurrió a Manier, que entró en Pasaia donde le enseñaron un barco que se estaba construyendo para el Rey. Recuerdo de este paso es la casa llamada Pelegriñanena, en cuya fachada se pueden ver dos o tres conchas de peregrino grabadas en la piedra. [Ref. José María Lacarra: Peregrinaciones a Santiago, Madrid, 1949, t. II, pp. 442-443].

Algunos vecinos de Errenteria, tomando el nombre y representación de ésta, sin hallarse suficientemente autorizados, parece que celebraron con el concejo de San Sebastián por los años de 1339 cierta concordia, referente al puerto de Oiarso (Pasaia). No se conserva su texto pero, según se deduce de documentos posteriores, entre otras cláusulas, contenía las declaraciones siguientes:

1.ª Que dicho puerto era de la entonces villa de San Sebastián en propiedad y posesión con todos los derechos, sisas, peajes y costumbres usadas hasta entonces.

2.ª Que el concejo de Rentería estaba obligado a guardar y defender este puerto y los derechos pertenecientes en él a San Sebastián.

3.ª Que el concejo de San Sebastián hacía gracia al de Rentería de que los vecinos de esta villa no pagasen sisa, ni descargasen el pan que trajesen por mar para su consumo en pinazotes, o en pinazas sin berlingas, desde los puertos de Santander hasta el de Fuenterrabía.

4.ª Que las naves de Rentería no pagasen más anclaje que las propias de San Sebastián.

5.ª Que aquéllas tuviesen que descargar en ésta la mitad del pan o ceveras que trajesen en naves o bajeles mayores, pagando toda la sisa, pero que fuesen francas respecto de la otra mitad de la carga. Parece que esta escritura de composición estaba sellada con dos sellos, el uno del concejo de San Sebastián, el otro de un oficial del obispo de Pamplona, vecino de la misma, por cuanto la villa de Rentería no lo tenía entonces.

Años después, continúa Gorosábel, se suscitó un pleito entre los dos concejos otorgantes acerca de la validez de esta concordia, pleito que fue fallado por la Real Chancillería de Valladolid en el año 1374. Se declaró por ella que el expresado convenio era nulo porque los que lo otorgaron en nombre del concejo de Rentería no tenían poder bastante para el efecto, ni estaba sellado con el sello del mismo y así se ejecutó.

Los habitantes de Oiartzun no quisieron venir a poblar, ni hacer vecindad con la villa nueva, ahora Errenteria, y se resistieron a cumplir lo ordenado en el citado privilegio de fundación. Al contrario, para excusarlo, algunos hombres de aquel valle tomaron el original de éste, y lo tuvieron escondido. Consiguientemente, Errenteria se querelló de los ocultadores del documento al Rey, exponiendo ser ésta la causa de no haberse podido hacer la cerca de la villa y su población, cuyo remedio pidió sumisamente. La Corona dictó sobre el asunto la correspondiente carta de privilegio en Sevilla el 26 de abril de 1340, por la que dispuso lo siguiente:

1.° Que todos los hombres y mujeres de la tierra de Oiarso cumpliesen todo lo que por dicho privilegio estaba ordenado, so pena de su merced.

2.° Que en consecuencia hiciesen vecindad y hermandad en todas las cosas con los vecinos de Rentería, obedeciendo en todo a los alcaldes, prebostes y oficiales de esta villa.

3.° Que el concejo de esta villa tuviese el sello o sellos que hiciesen fe en cada lugar, donde cumpliese su ejecución.

4.° Que en Rentería hubiese alcalde, preboste y los demás oficiales, según el fuero, uso y costumbre de San Sebastián, y que no los hubiese en el valle de Oiarso.

5.° Que el concejo de Rentería y sus vecinos tuviesen todas las otras gracias, libertades y franquezas que gozaba el de San Sebastián, a cuyo fuero fue poblado.

6.° Que los habitantes de Rentería, los de su término y todos los demás que trajesen viandas u otras mercaderías al puerto de Oiarso para el consumo de la misma villa, fuesen, viniesen y estuviesen francos, quitos, salvos y seguros, sin pagar sisa, ni otro tributo alguno, salvo los pechos y derechos debidos al rey.

7.° Que los de la tierra de Oiarso fuesen apremiados a la restitución del privilegio dado para la población de la villa de Rentería.

En el año 1367, aprovechando las discordias civiles entre Pedro I de Castilla y su hermano Enrique de Trastámara, así como la promesa de devolver La Rioja, Gipuzkoa y Bizkaia que le hicieron ambos contrincantes, el rey de Navarra, Carlos II "El Malo" recuperó diversas tierras patrimoniales del reino, entre ellas Errenteria.

Enrique II de Castilla, confirmó a la villa de Errenteria en Burgos, el 13 de septiembre de 1373, todos los fueros, buenos usos y costumbres, privilegios, franquezas y libertades que tenía de los reyes predecesores. Iguales cartas de confirmación libraron Enrique III en las Cortes de Madrid el 25 de abril de 1391 y 15 de diciembre de 1393, Juan II el 19 de agosto de 1429, y Enrique IV en Madrid el 7 de marzo de 1458.

Tuvo que seguir algunos pleitos para el cumplimiento de las precedentes reales disposiciones. Suscitóse uno el año de 1381 a consecuencia de no querer los de Oiartzun venir a poblar y morar en ella, cuya controversia fue fallada por el corregidor de la provincia, imponiendo a los de Oiartzun el cumplimiento de las obligaciones reclamadas por Rentería. De esta sentencia, indica Gorosábel, apelaron aquéllos ante la real audiencia, la cual la confirmó en Madrigal el 14 de octubre de 1381, haciendo las declaraciones siguientes:

1.ª Que los vecinos y moradores del valle de Oiartzun debían tener en adelante casas pobladas dentro de la villa de Rentería, de cuyo término eran.

2.ª Que si dentro de las cercas de esta dicha villa hubiese solares o plazas despobladas comunales, los de Oiartzun pudiesen edificar en ellos sin tener que pagar precio alguno de los mismos.

3.ª Que en falta de tales terrenos públicos, los de Oiartzun tuviesen que comprar otros de la dicha villa, cuyo precio a tasación pericial deberían pagar los de Rentería y Oiartzun, en la proporción de una tercera parte los primeros y dos terceras partes los segundos.

4.ª Que los propietarios de terrenos particulares estuviesen obligados a venderlos para dicho efecto en la forma expresada.

5.ª Que los de Oiartzun pudiesen tener casas pobladas en este valle, y morar en ellas para labrar mejor las heredades; pero que en tiempo de guerras debían venir luego a Rentería con sus familias, llevando consigo sus algos, viandas y sidras, para cooperar a la defensa de la villa.

6.ª Que en todo este tiempo en que los del valle de Oiartzun residiesen en la villa de Rentería estuviesen obligados a ayudar a velar, rondar y guardarla para el real servicio, pero que hecha la paz pudiesen ir sueltamente a morar a su tierra y casas.

Las partes comprometieron estas nuevas diferencias en Pedro Pérez de Arriaga, alcalde mayor de la provincia, quien las resolvió con respecto a Oiartzun en los términos que se expresaron al tratar de este valle, y en cuanto toca a Rentería dispuso lo siguiente:

1.° Que los moradores del valle de Oiartzun estaban obligados a ayudar al concejo de Rentería a hacer y reparar la cerca y muro de esta villa.

2.° Que también estaban obligados a ayudar a velar en la misma a una con sus vecinos.

3.° Que dichos moradores de Oiartzun en los tiempos de guerras que se recogiesen los de Irún a Fuenterrabía, y los otros comarcanos de las villas de Guipúzcoa a donde tenían obligación, tuviesen que hacerlo también ellos a Rentería.

4.° Que los sellos del concejo de esta villa estuviesen en una arca, que debía depositarse en la casa de un hombre bueno de la misma elegido por su ayuntamiento, cuya arca tuviese dos llaves, de las que una estuviese en poder de uno de Rentería, y la otra en otro de Oiartzun.

5.° Que en atención a que los moradores del valle de Oiartzun estaban muy pobres y menesterosos, se les concedía el plazo de treinta años, para que viniesen a poblar casas en Rentería.

6.° Que el valle de Oiartzun pagase a esta villa para la ayuda de costas y deudas que había contraído en el seguimiento de estos pleitos doce mil maravedís de la moneda usual y corriente en el reino.

A pesar de tan reiteradas y terminantes declaraciones, los habitantes de la tierra de Oiartzun se resistieron a hacer vecindad con Rentería, a asistir a la construcción de sus cercas, y a cumplir las demás obligaciones impuestas en los precedentes capítulos. Esta resistencia se fundaba ahora en cierta concordia de sumisión que los moradores de dicho valle suscribieron con la entonces villa de San Sebastián, concordia en cuya virtud creía pertenecer a la vecindad de ésta, y de aquí se originó otro pleito. Promoviólo Rentería contra el valle de Oiartzun ante la Real Audiencia, para compeler a sus moradores a la observancia de los privilegios y sentencias ejecutoriadas en su virtud. El concejo de San Sebastián no tardó en mostrarse parte en la controversia; la cual giró por lo tanto sobre si la tierra de Oiartzun pertenecía a la jurisdicción de dicha entonces villa o a la vecindad de la de Rentería. La Real Audiencia pronunció su sentencia definitiva el 2 de diciembre de 1393; por la cual se declaró el asunto en sentido conforme a las reclamaciones deducidas de parte de la villa de Rentería. Esto no obstante, reconoció la misma sentencia la obligación en que estaba el valle de Oiartzun de pechar y pagar a una con San Sebastián, y no con otro alguno, las derramas que correspondiesen a los vecinos de esta ciudad. Veáse Oiartzun.

No conforme Oiartzun con su dependencia de Errenteria, que actuaba como capital del valle, le fue otorgada la segregación administrativa de Errenteria por Juan II de Castilla en 1453, lo cual fue confirmado por Enrique IV. A partir de este momento se sucedieron de nuevo pleitos entre las dos poblaciones, incluso entre Oiartzun y la Provincia, que favorecía a Errenteria. En 1491 los Reyes Católicos decretaron la división administrativa del valle entre las dos partes, dejaron comunales de pastos y bosques, alcalde particular en cada población, pero dejaron un solo preboste para las dos y otorgaron sólo a Errenteria la representación del valle en Juntas. Todo ello, pese a la resistencia de Orereta, fue confirmado por Juana I en 1505 y 1508.

En 1544 se firmará la concordia de Arizmendi regulando los derechos y repartos de las leñas de los montes comunales.

Habiéndose consumado la conquista del reino de Navarra por las tropas de Fernando el Católico durante el verano de 1512, estaba en noviembre de 1512 un ejército franco-navarro al mando de Juan de Albret y La Palice sitiando Pamplona. Otro cuerpo de ejército francés al mando del delfín Francisco de Angulema, Lautrec y el duque de Borbón penetra en Gipuzkoa e incendia y saquea Oiartzun, Errenteria, Irun y Hernani y el 17 de noviembre de 1512 intenta apoderarse de San Sebastián.

En el marco de las operaciones francesas en torno al sitio de Hondarribia, en 1638 las tropas del príncipe de Condé, saquean e incendian Errenteria; señala Gorosábel que en su jurisdicción sólo quedaron a salvo 11 casas.

A comienzos del siglo XVII, se practicaron varias detenciones entre los vecinos de Errenteria bajo la acusación de prácticas mágicas y participación en el akelarre del lugar. En 1609 fue detenida por el inquisidor Valle Alvarado la vecina María de Zozaya que llevada a la cárcel del Santo Oficio de Logroño, compareció ante el Tribunal de la Inquisición bajo la acusación de "famosa dogmatizadora de brujos". No llegó a vivir mucho ya que murió en prisión antes del célebre auto de fe de 1610. Sin embargo, el alcalde de la villa, Esteban de Aldunçin, escribió al Tribunal el 9 de febrero de 1611 pidiendo que se siguiera con el asunto ya que, a pesar de haber muerto la Zozaya, según él los niños de la villa seguían en contacto con el demonio. De 82 personas testificadas, 19 reconocieron la existencia de un akelarre en el lugar.

Rentería vista por Jovellanos. En agosto de 1791 Jovellanos visita Bizkaia y Gipuzkoa. Tras inspeccionar Lezo, torna a embarcar y "se navega a Capuchinos", trasladándose "lleno de calor" a Rentería, de cuya iglesia dice:

"Bella portada moderna; iglesia gótica, con columnas redondas colosales; preciosísimo altar mayor, de don Ventura Rodríguez, de preciosos mármoles y broceados, plantado en curva; la escultura, de estuco blanco, de don Alonso Vargas; mal Sagrario de madera, nuevo y de forma mezquina, aunque no de lo peor; pero entre tanto bueno, parece muy mal".

Desde Rentería se trasladan a la "Fondería de Iranda", es decir la fábrica de clavazones propiedad del marqués de Iranda:

"Hay allí ferrería, martinete, vacío de agua corriente, habitación para el director y buenas oficinas".

Convidado por Zuaznávar, sobrino del marqués, a un refrigerio, retorna por la ría.

Villa, independiente, 43 fuegos. Sus apoderados en las juntas generales y particulares de la provincia ocupaban el duodécimo lugar a mano izquierda del corregidor. El gobierno municipal antiguo de Rentería, señala Gorosábel, como asimilado al de San Sebastián, de cuyo fuero gozaba, consistía en dos alcaldes, un preboste y tres jurados. No consta su método de elección, ni la extensión de sus respectivas atribuciones, pero se supone se nombrarían en votación directa del vecindario reunido, y que sus funciones administrativas se dirigirían a cuanto tiene relación a las rentas, propiedades y ramos de subsistencia y policía interior del pueblo. Las ordenanzas municipales con que posteriormente se rigió son del 23 de diciembre de 1606; confirmadas por el consejo de Castilla. Constan de setenta capítulos; y según su texto, el ayuntamiento se componía de dos alcaldes, dos jurados, tres regidores y un síndico procurador, los siete primeros con voto, éste sin él. Su elección debía hacerse el día 1 de enero de cada año por medio de cuatro electores sacados en suerte de entre los vecinos concejantes sin tacha legal; para cuyo efecto se metían sus nombres escritos en cédulas en una olla. Otros capítulos tratan de las obligaciones de cada uno de los ocho capitulares; así que de las del escribano fiel y tesorero de las rentas del concejo. Algunos se ocupan del modo de hacer la presentación del vicario y beneficiados de la iglesia parroquial, seroras de ésta y de las basílicas. El resto trata del ramo de abastos, policía urbana, cosecha de la manzana, aforo, venta y precios de la sidra, incendios de montes, pasturación de ganados, y otros puntos de la administración y gobierno municipal, cuya explicación detallada sería muy pesada. Después, con arreglo al auto-acordado de 5 mayo de 1766, se aumentaron dos diputados del común y un síndico personero. En 1845, el ayuntamiento se componía de un alcalde, dos tenientes de alcalde y nueve regidores; y sus atribuciones se hallaban subordinadas a la misma ley, y a otras disposiciones generales. Es uno de los pueblos donde se celebraron las juntas generales de la provincia.

El 2 de agosto de 1794, la división del general Moncey se apodera de Errenteria, Pasaia y Lezo, llegando hasta los mismos muros de San Sebastián.

Elecciones generales del 1-II-1891
Ref. "La Voz de Guipúzcoa" del 2-II-1891.
CandidatosPartidosVotos
Calbetón Coalición Liberal 172
San Felices Conservador 41
Zavala Republicano 13

Elecciones generales del 5-III-1893
Ref. "Boletín Oficial de Guipuzcoa" del 9-III-1893. Filiaciones en diversas publicaciones de la época.
CandidatosPartidosVotos
Satrústegui Independiente 366
Calbetón Coalición Liberal 168

Elecciones generales del 12-IV-1896
Ref. "Boletín Oficial de Guipuzcoa, del 17-IV-1891. Filiaciones en "La Unión Vascongada" del 13-IV-1896.
CandidatosPartidosVotos
Pavía Integrista 321
Satrústegui Conservador 235
En blanco 2

Elecciones generales del 27-III-1898
Ref. "Boletín Oficial de Guipúzcoa" del 30-III-1898. Filiación en «El Fuerista» del 27-III-1898.
CandidatosPartidosVotos
Brunet Coalición Liberal 210
En blanco 2

Elecciones generales de 16-IV-1899
Ref. "Boletín Oficial de Guipúzcoa" del 30-III-1899. Filiaciones en "La Unión Vascongada" del 17-IV-1899.
CandidatosPartidosVotos
Zavala Republicano 220

Elecciones generales del 26-IV-1903
Ref. "Boletín Oficial de Guipúzcoa" del 29-IV-1903. Filiaciones en "La Constancia" del 26-IV-1903.
CandidatosPartidosVotos
Picavea Independiente 341
Zavala Republicano 217

Elecciones generales del 10-IX-1905
Ref. "Boletín Oficial de Guipúzcoa" del 13-IX-1905.
CandidatosPartidosVotos
Balbás Liga Foral 400
Nicolás Salmerón Alonso Republicano 4
En blanco 1

Elecciones generales del 21-IV-1907
Ref. "Boletín Oficial de Guipúzcoa" del 24-IV-1907. Filiaciones en "La Voz de Guipúzcoa" del 22-IV-1907.
CandidatosPartidosVotos
Gaytán de Ayala Católico 320
Acevedi P.S.O.E. 41
Melquíades Alvarez 3
Ramón Zalacain Yabaen 1
Alejandro Lerroux García 1

Elecciones generales del 8 de mayo de 1910
Ref. "Boletín Oficial de Guipúzcoa", mayo 1910.
CandidatosVotos
Manuel Lizasoin 426
Tomás Berminghan 389
Votos en blanco 3

Elecciones generales del 8 de marzo de 1914
Ref. "Boletín Oficial de Guipúzcoa", marzo 1914.
CandidatosVotos
Leonardo Moyúa Alzaga, Marqués de Rocaverde 490
Pío Bizcarrondo Erquicia 236
Esteban Bilbao Eguía 1
Juan Vázquez de Mella 1
Policarpo Huici 1
Votos en blanco 25
Votos nulos 2
Papeletas ilegibles 1

Elecciones generales del 9-IV-1916
Ref. "Boletín Oficial de Guipúzcoa" del 12-IV-1916. Filiaciones en la "Voz de Guipúzcoa" del 10-IV-1916.
CandidatosPartidosVotos
Marqués de Roca verdeLiberal540
SánchezRepublicano324
Votos sueltos 4
En blanco 13

Elecciones generales del 24-II-1918
Ref. "Boletín Oficial de Guipúzcoa" del 27-II-1918. Filiaciones en La "Voz de Guipúzcoa" del 25-II-1918.
CandidatosPartidosVotos
AzquetaLiberal559
AlóseguiMaurista429
TorrijosP.S.O.E.31
Votos sueltos 1
En blanco 8

Elecciones del 1-VI-1919
Ref. El "Pensamiento Vasco" del 2-VI-1919. Filiaciones en El "Pensamiento Vasco" del 26-V-1919.
CandidatosPartidosVotos
AnguloMaurista558
AzquetaLiberal401
Araquistain 20

Elecciones generales del 19-XII-1920 (2)
Ref. "La Voz de Guipúzcoa" del 22-XII-1920. (1) Famoso y popular aventurero. (2) El día de las elecciones se rompieron las urnas en la 1.ª sección del distrito 1.° y la votación se celebró de nuevo el martes 21 , con asistencia de sólo 105 de los 323 electores de dicha sección.
CandidatosPartidosVotos
Picavea Independiente 472
Lizariturry Ministerial 378
Azqueta Liberal 90
Pedro Moro (1) 38
Sáenz P.S.O.E. 14

Elecciones generales del 29-IV-1923.
Ref. "El Pensamiento Vasco" del 1-V-1923.
CandidatosPartidosVotos
Marqués de TenorioConservador743
ZuaznávarLiberal157

Atravesando las fronteras vizcaínas, ELA-SOV despertaba la atención de los obreros guipuzcoanos. Así durante el año 1912 se creó en Errenteria la Sociedad de Socorros Mutuos de obreros vascos, llamada "Euzkotarren Alkartasuna" que debía servir, más tarde, como base para organizar una agrupación importante, que se constituye en 1920 como agrupación local ELA-SOV.

Elecciones municipales de 1931
En las elecciones del 12 de abril salieron 8 nacionalistas, 4 rep.-federales, 2 republicanos, un obrero de la Federación de Sociedades Obreras y un obrero socialista: Paulino García Macharain, alcalde, republicano federal. Florentino Loidi Iturzaeta, 1.er teniente, PNV. Pío Echeverría Urbieta, 2.° teniente, PNV. Juan José Urigoitia Illarramendi, 3.º teniente, rep.-federal. Juan Michelena Arbide, regidor síndico, rep.-federal. José Antonio Picabea Sagarzazu, regidor, rep.-federal. Antonio García Mayo, regidor, republicano. Silvino López González, regidor, UGT. Arturo Prieto Carbajo, regidor, PSOE. Marino Bermejo Ruiz, regidor, PNV. Agustín Bagüés Marín, regidor, PNV. Serapio Mendarte Ugarte, regidor, PNV. Niceto Goicoechea Altolaguirre, regidor, PNV. Ascensio Lasa Zapirain, regidor, PNV. José Ereño Zaballa, regidor, PNV. Isidro Bengoechea Galdoch, regidor, republicano. El 14 de abril fue proclamada la República izándose en el ayuntamiento las banderas republicana, vasca y socialista. Se constituyó el ayuntamiento el 18 de abril eligiendo alcalde a Paulino García.
Elecciones generales del 28-VI-1931
Ref. "La Voz de Guipúzcoa" del 30-VI-1931 y A. M. R. Filiaciones en "El P. V." del 30-VI-1931.
CandidatosPartidosVotos
LeizaolaNacionalista965
PildainIntegrista959
UrquijoTradicionalista959
PicaveaIndependiente958
GárateAcción Nacionalista896
UsabiagaDerecha Republicana891
AmilibiaUnión Republicana885
De FranciscoSocialista895
AstigarrabíaComunista25
BullejosComunista24
LarrañagaComunista24
ZapirainComunista24

Elecciones generales del l9 de noviembre de 1933.
Ref. "La Voz de Guipúzcoa". nov. 1933.
CandidatosVotos
Leizaola2.025
Picavea1.948
Monzón1.426
Irujo1.338
Irazusta1.215
De Francisco946
Alvarez935
Echevarría934
Angulo928
Urraca602
Maeztu601
Paguaga601
Tellería599
Usabiaga381
Bizcarrondo349
De la Torre293
Gomendio290
Urondo94
Larrañaga93
Astigarribia92
Zapirain89
Imaz73

En la primavera de 1931, a los días de instaurarse la República, Errenteria se adhirió a la Diputación en lo que acordase respecto al Estatuto. Asimismo, estuvo representado en la Asamblea de Estella. En el plebiscito del 5 de noviembre de 1933 para refrendar el Estatuto Vasco se obtuvo en esta localidad el siguiente resultado: 4.876 electores, 4.701 a favor, 39 en contra y 20 votos nulos. [Ref. "La Voz de Guipuzcoa", noviembre 1933].

Elecciones generales del 16 de febrero de 1936.
Ref. El Pueblo Vasco, febrero 1936.
CandidatosVotos
Irujo1.790
Apraiz1.740
Amilibia1.729
Larrañaga1.724
Ansó1.721
Lasarte1.357
Monzón1.328
Irazusta1.324
Picavea1.282
Oreja774
Lojendio772
Paguaga771
Múgica762

Elecciones generales del 1 de marzo de 1936
Ref. "El Pueblo Vasco", marzo 1936.
CandidatosVotos
Irujo1.929
Irazusta1.925
Picavea1.921
Lasarte1.915
Amilibia1.733
Larrañaga1.728
Ansó1.686
Apraiz1.684

Tras el alzamiento militar de julio de 1936 Errenteria permaneció en territorio republicano. Su ocupación por las tropas del coronel Beorlegui, que avanzaban hacia San Sebastián por la carretera de Irun, se produjo el 13 de septiembre de 1936, tras haber sido abandonada la población por las milicias gubernamentales. [Ref. M. Bande: La guerra en el Norte, p. 83].

AAA

La caída de Irun en manos de los sublevados -el 4 de septiembre de 1936- tuvo un efecto devastador entre los defensores de la República en Gipuzkoa. El frente se desmoronó rápidamente y la orden de evacuar Donostia-San Sebastián, que se adoptó el 12 de agosto de 1936 (Barruso, 1998) supuso prácticamente el fin de la resistencia republicana en la provincia. Una de las primeras consecuencias fue la ocupación de Errenteria el día 13 de septiembre, tras ser evacuada la villa por sus defensores. Los ex concejales tradicionalistas Carmelo Recalde y López Retenaga -tras ser puestos en libertad- se dirigieron a Oiartzun para comunicar a las fuerzas de Beorlegui que la villa se encontraba indefensa. Los miembros del consistorio habían huido y tan solo permanecía en la villa el concejal republicano Juan José Urigoitia.

Como ocurre en otros lugares, la primera preocupación de los ocupantes fue el nombramiento de nuevas autoridades. De ese modo el día 15 de septiembre, en el transcurso de una Asamblea celebrada en el Círculo Carlista, se decide quienes serán las personas designadas para ocupar los sillones municipales, lista que es sometida a la aprobación de la Junta Carlista de Guerra radicada en Tolosa. Los elegidos son nueve tradicionalistas y dos falangistas, recayendo la alcaldía en el tradicionalista Carmelo Recalde, formando parte del nuevo consistorio el alcalde durante la Dictadura de Primo de Rivera, Carlos Ichaso-Asu, en 1936 presidente del Círculo Carlista.

  • La represión

También, al igual que lo que ocurre en otros lugares, la represión aparece rápida y brutalmente en Errenteria. Quizá uno de los aspectos más destacados de la misma sea el fusilamiento de dos sacerdotes de la parroquia -Gervasio Albisu Vidaur y Martín Lecuona Etxabeguren- ambos fusilados el 9 de octubre de 1936 y siendo los dos primeros sacerdotes fusilados por los "nacionales" en Gipuzkoa. Según Mikel Zabaleta son veinticinco -incluidos los dos sacerdotes antes mencionados- los vecinos de la villa fusilados por los sublevados. Sabemos que al menos otros once vecinos fueron procesados por las autoridades militares entre los que destaca Antonieta Bresannini Rocca, Comisaria de Información y Asistencia de la Junta de Defensa de Errenteria y único caso que conocemos en Gipuzkoa de que una mujer ostentase una representación similar.

El caso de Antonieta Bresannini nos sirve para ilustrar el proceso represor puesto en marcha por el Franquismo. Tras la evacuación de la villa se traslada a Santander, ciudad a la que llega el 7 de septiembre de 1936, regresando a Errenteria el 9 de septiembre de 1937. A los pocos días de su regreso es denunciada por el Jefe Local de F.E.T. y de las J.O.N.S. (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalistas) de Errenteria acusándola de que

"al iniciarse el Glorioso Movimiento Nacional y por encontrarme ausente debido a que corría peligro mi seguridad personal y vida, la susodicha Bressanini ocupó mi domicilio sin autorización alguna, montando en él las oficinas de Información y Asistencia Social roja, de la cual era jefa la denunciada. Durante la estancia de la misma en mi domicilio se apoderó de todos los objetos de valor que existían en mi casa consistentes entre otros en varias alhajas de mi señora esposa, varias docenas de sábanas de hilo de algodón, cubiertos de plata en varios estuches y también objetos del mismo metal, así como colchones y objetos propios que se usan para adorno de una habitación y alguno de valor inapreciable por ser recuerdos de familia y tener su valor intrínseco. La misma denunciada en unión de su hija, y desde el balcón de mi casa y fuera, hizo manifestaciones de izquierdismo exaltado arrastrando a las masas y promulgando la victoria del Frente Popular".

En octubre de 1938 fue condenada a 30 años de prisión por auxilio a la rebelión, pena que fue conmutada por la de 12 años y un día el 27 de abril de 1939. Antonieta Bresannini permaneció en la cárcel hasta julio de 1944. Tras la rendición de los batallones vascos en Santoña, siete vecinos de Errenteria fueron condenados a muerte, entre los que se encontraba Koldo Mitxelena. El alcalde Recalde intercedió por todos los condenados y finalmente fueron conmutadas sus penas y puestos en libertad en 1943.

Como bien sabemos, no fue esta la única forma represiva puesta en marcha por las nuevas autoridades. Diecisiete vecinos fueron procesados por la Ley de Responsabilidades Políticas de los cuales siete fueron condenados. Entre ellos podemos mencionar a los concejales republicanos Antonio García Mayo al que, en 1941, se le impone una sanción de 1.500 pesetas, e Isidro Bengoechea, al que se le impuso una multa de 1.000 pesetas en 1940, y que suponen las sanciones más elevadas. Un tercer concejal republicano, José Antonio Picabea Sagarzazu, resulta igualmente sancionado por la Comisión Provincial de Incautación de Bienes, la cual le había impuesto en marzo de 1938 una sanción de 100.000 pesetas.

Picabea evacuó Errenteria en dirección a Bilbao en 1936 y de allí pasó a Santander donde muere. Los funcionarios municipales fueron igualmente depurados. Siempre siguiendo a Zabaleta, fueron 35 los destituidos y cuatro los fusilados lo que supone que casi el 50% de los empleados municipales fue cesado en su cargo. Por el contrario, en el caso de la Enseñanza, pese a depurarse a todos los maestros de la localidad, tan solo una maestra fue sancionada con traslado fuera de Errenteria. En total, y según Mikel Zabaleta, fueron 342 los vecinos de Errenteria que fueron encarcelados o encuadrados en batallones de trabajadores, lo que unido a los casos que hemos mencionado, da una idea de la magnitud de la represión tras la Guerra Civil.

  • Poder local

Otro de los aspectos destacados a la hora de tratar la cuestión de Franquismo en Errenteria es la evolución del poder local. Como ya hemos visto, tras la ocupación de la villa, el consistorio se formó con una clara mayoría tradicionalista, a semejanza de lo que ocurre en otros municipios guipuzcoanos. El consistorio nombrado en 1936 se mantendrá en el poder municipal hasta abril de 1941, cuando tras la muerte del alcalde Carmelo Recalde, el Gobernador Civil nombra para el cargo al Teniente de Alcalde Alejandro Fernández. La clase política proveniente de la II República -e incluso de épocas anteriores- desaparecerá del poder municipal a lo largo de la década de los cuarenta. La nueva corporación, presidida por José Imaz -regidor en 1934- y en la que no permanece ninguno de los integrantes de la corporación de 1936. La composición de 1941 sigue siendo mayoritariamente carlista (seis concejales) mientras que el falangismo se mantiene con dos concejales.

En 1943, dentro de un proceso general de renovación de los ayuntamientos guipuzcoanos, el cargo de alcalde recae en el tradicionalista José Luis Carrera, que ya formaba parte del consistorio de 1941. El Ayuntamiento experimentó pequeños cambios hasta la celebración de las elecciones orgánicas de 1948. Sin embargo éstas supusieron pocos cambios permaneciendo en el cargo el alcalde. A partir de este momento la vida política municipal entra en una larga fase de atonía en la que nos vamos a limitar a nombrar la sucesión de máximos mandatarios municipales. De esta manera a José Luis Carrera le sustituirá, en 1949, Juan Los Santos, que permanecerá en el cargo hasta 1957, fecha en la que es sustituido por Luis Echeverría. En 1965 el cargo de máximo mandatario municipal lo ocupará Luis Barinaga, que será máximo regidor municipal hasta 1971, año en que es nombrado Ramón Múgica que será el último alcalde del Franquismo. Todavía, antes de la creación de la Gestora Municipal, en marzo de 1976, es nombrado alcalde Julián Yuste, que dimitirá en julio de 1976 dando paso a la Gestora Municipal.

  • Años 1940-1960

Sin lugar a dudas el rasgo más sobresaliente de Errenteria a lo largo del período franquista fue, sin lugar a dudas, su espectacular desarrollo urbanístico como consecuencia de la construcción de nuevos barrios lo que supuso que la villa pasase de los 8.973 habitantes en 1930 a los 46.329 en 1975, es decir un incremento del 516% en tan solo cuarenta y cinco años. En 1940, tras finalizar la Guerra Civil el principal sector económico de Errenteria es la industria, que si bien contaba con gran tradición en la villa, se vio favorecida por las medidas encaminadas a proveer a la España en manos de los sublevados. En 1943, según la revista "Rentería", existían 26 fábricas en la villa que empleaban a un total de 2.586 trabajadores. Entre las más importantes podemos mencionar "La Papelera Española" con 485 trabajadores, la "Real Compañía Asturiana de Minas" que contaba con 265 productores y la "Fabril Lanera" con 249. Otras empresas que superaban los cien trabajadores eran "G. Echeverría y Compañía", "La Ibérica", y la "Sociedad de Tejidos de Lino".

Esta concentración industrial supuso un incremento de la población, que pasó de los 8.000 habitantes en 1930 a los más de 10.000 en 1940 y superó los 12.000 en 1950. Este incremento demográfico supuso uno de los principales problemas de la villa: la carestía de vivienda. Prueba del escaso desarrollo de la villa en este aspecto es que entre 1940 y 1950 tan solo se construyeron 44 edificios cuando la población casi se había duplicado. Pero, al contrario de lo que se puede pensar, el desarrollo de Errenteria entre 1940 y 1950 no se produce por medio de la inmigración. Según los datos de Pedro Picavea, más del 43% de la población de Errenteria es originaria de la villa y más del 68% es de origen guipuzcoano. Sin embargo, ya cuenta la villa con un 20% de población foránea del País Vasco. El sector secundario, que emplea al 64% de la población activa de la villa, es el principal en la localidad seguido del terciario que supone el 26% de los trabajadores de Errenteria.

Pero la década de los cincuenta albergó más luces que sombras. Pese a que se reiniciaron las obras de encauzamiento del río Oiartzun, para evitar que se volviesen a producir las desastrosas inundaciones, la crisis de abastecimiento golpeaba con fuerza en la villa y la escasez se notaba incluso en la falta de electricidad para el alumbrado. El municipio, peligrosamente endeudado pese a la reducción de la plantilla municipal, se ve obligado a pedir un préstamo en 1944 para evitar la bancarrota municipal. En abril de 1945 se acordó la construcción del barrio de Alaberga, que sin embargo no comenzaría a construirse hasta 1952, es decir siete años después de que se acordase la edificación del nuevo barrio como respuesta a los problemas de vivienda que padecía la villa.

  • Desarrollismo urbano, 1951-1975

El principal problema que Errenteria tiene que afrontar a principio de los años cincuenta es el de la carestía de vivienda. Pese a que como hemos visto anteriormente, desde 1945 estaba prevista la construcción del nuevo barrio de Alaberga será necesario esperar hasta el 15 de junio de 1952 para que se coloque la primera piedra del mismo. Estaba previsto, según la revista "Rentería", la construcción de 563 viviendas con un coste previsto de 40 millones de pesetas. En 1955 se elaboró el "Plan General de Rentería", redactado por el arquitecto municipal Sr. Zaldúa y era, fundamentalmente una ampliación y adecuación del Plan Birebén de 1930.

El planteamiento de 1955 venía a responder a las necesidades planteadas por el crecimiento demográfico de la villa, que había pasado de 8.000 habitantes a más de 12.000. En líneas generales se planteaba la rectificación de cauce del río entre La Fandería y el Puente de Santa Clara, lo que llevaba aparejado la desaparición de la ermita del mismo nombre. Otro de los cambios destacados fue la desaparición de viejo mercado que deja paso a una plaza, la Plaza de los Fueros. Del mismo modo, en previsión del desarrollo futuro, se planifica el desarrollo urbano hasta Larzábal por el este y hasta el límite con Pasaia por el oeste. Pero quizá la obra más importante que se llevó a cabo en la primera mitad de la década de los cincuenta fue la culminación del encauzamiento del río Oiartzun. La obra, concluida en 1954, supuso acabar con las periódicas, y desastrosas, inundaciones de la villa producidas por la crecida del río. Fueron necesarios casi veinte años para culminar esta obra que ya estaba prevista cuando tuvieron lugar las desastrosas inundaciones de1933. Posteriormente, en 1956, se llevó a cabo el dragado del río para evitar que las crecidas pudieran desbordar el cauce.

Pero el gran desarrollo urbano y demográfico de Errenteria tendría lugar en la década siguiente. La población pasa de los 18.642 habitantes en 1960 a 34.369 en 1970, lo que supone que el 5,4% de la población de Gipuzkoa reside en la villa. Se trata de una población fundamentalmente joven como demuestra el que haya 1.416 personas jóvenes por cada 100 ancianos. El incremento poblacional es debido, en gran parte a la inmigración. La revista "Oarso", en su número correspondiente a 1963, publica un estudio sobre el origen de la población de Errenteria y se puede apreciar que la población foránea supone que de diez habitantes cuatro son nacidos fuera de Gipuzkoa. Las comunidades de procedencia son, principalmente, Castilla-León (11% del total) y Navarra (7%) seguidas de Galicia y Extremadura que suponen un 5% del total cada una. Sin embargo por provincias las que provienen mayor número de inmigrantes -exceptuando Navarra- son Cáceres y Salamanca.

La década de los sesenta marca, igualmente, un cambio en la mentalidad del desarrollo urbanístico. Del modelo de Alaberga todavía reciente en el tiempo, se pasa a la construcción de grandes polígonos como son los de Gabierrota, Iztieta y la Vega de Iztieta. El primero en ser aprobado fue el de la Vega de Iztieta, en 1958, seguido de Gabierrota en 1960. Entre ambos la intención era construir 2.500 viviendas a lo largo de los veinte años siguientes, sin embargo la presión demográfica reduce enormemente los plazos y la actuación en Iztieta, que tenía una duración prevista de 10 años se redujo a la mitad al igual que los desarrollos de Gabierrota, Agustinas y Morrongilleta.

El enorme desarrollo demográfico trajo consigo otros problemas y uno de los principales fue el déficit de equipamientos escolares. Pese a que en 1959 se inauguró el grupo escolar de Alaberga y en 1962 las "Escuelas Públicas Calvo Sotelo" la carencia de plazas escolares supone un grave problema en la Errenteria de los años 60. Por el contrario continuaba el importante desarrollo del Taller-Escuela de formación profesional que vino a ser reforzado por la creación de la "Ciudad Laboral Don Bosco", inaugurada en 1960 por el General Franco y creada como obra social de la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa.

Como es lógico suponer, de lo anterior se desprende que la actividad económica de Errenteria seguía ligada a la actividad industrial. El sector primario queda reducido a una presencia casi testimonial. El sector secundario pasa de ocupar a 3.000 trabajadores en 1960 a 5.500 en 1970 que se ocupan en las 216 empresas que están radicadas en la villa. La mayor parte de ellas son pequeñas empresas (hasta 10 trabajadores) que suponen un total de 160, seguidas por las 38 que emplean entre 11 y 50 trabajadores. Hay dos grandes empresas en la villa que dan empleo a más de 1.000 trabajadores, destacando la Papelera Española que emplea a 831 personas y que en 1965 inauguró sus nuevas instalaciones con la presencia del General Franco.

Por sectores el principal es el de la metalurgia, que cuenta con 91 empresas en la localidad (el 42% de los establecimientos industriales) y da empleo a más de 2.500 personas, seguido de la construcción, que supone el 19% del total de industrias radicadas en Errenteria y 369 trabajadores, el sector del papel y las artes gráficas que con un total de 831 trabajadores, representa el 16% del total de las industrias.

Los últimos años del Franquismo suponen la continuación del desarrollo urbano de Errenteria y la configuración definitiva de zonas como Agustinas o Capuchinos y el nacimiento de Beraun, en el que se construyeron más de 2.000 viviendas y posibilitó que la población de la villa se situase, en 1975, en los 46.329 habitantes, es decir un incremento de un 134% en tan solo cinco años. Errenteria experimenta un crecimiento por encima de localidades como Donostia-San Sebastián o Pasaia si bien el establecimiento de industrias se detiene. Entre 1970 y 1975 se construyen en Errenteria 3.756 nuevas viviendas que se reparten por los distintos barrios como se aprecia en el cuadro:

Desarrollo urbano de Errenteria
Fuente: Historia de Rentería
197019711972197319741975Total
Capuchinos1.180220160104108164936
Agustinas165307014030435
Beraun1973983023954601.752
Olibet7022470364
Pontika326326
Iztieta54
Morrongilleta905490

El desarrollo urbanístico viene a confirmar el modelo económico que se apuntaba años atrás. Un predominio aplastante del sector secundario frente a los otros dos sectores productivos, con una consolidación de los dos sectores destacados: la construcción y el metalúrgico. En 1975 eran ya 443 las empresas radicadas en Errenteria, frente a las 293 que figuraban en 1969, lo que supone que el sector industrial se ha incrementado en un 51% en escasamente seis años.

Como ya hemos dicho, son los sectores metalúrgico y de la construcción los motores de la industria renteriana. En 1969 eran 72 las empresas del sector de la construcción, que se convierten en 173 en 1975. Por su parte las 116 empresas metalúrgicas pasaban a convertirse en 152, lo que supone que el 75% de los establecimientos industriales pertenecen a uno de los dos sectores mencionados. Por el contrario la industria química experimenta un retroceso al reducirse en nueve los establecimientos industriales de este sector en la villa. Sin embargo, y pese a la importancia del tejido industrial de Errenteria, debemos recordar que estamos ante un entramado industrial formado, en su mayor parte, por pequeñas industrias -que la Cámara de Comercio de Gipuzkoa calcula que suponen en 78% de los establecimientos industriales de Errenteria- frente a un escaso 4% de "grandes industrias". El comercio de Errenteria tiene, igualmente una gran actividad. En 1975 son setecientos los establecimientos comerciales que se cuentan en la villa. El principal sector comercial es el de la alimentación -que supone el 40% del total- seguido de metalúrgico (15%) y textil (11%).

Sin embargo, y a pesar de esta aparente vitalidad económica de Errenteria, se empiezan a manifestar los primeros signos de una recesión económica que se hará más patente a partir de 1975. Una muestra de ello es que el número de trabajadores de Errenteria desciende entre 1974 y 1975, invirtiendo la tendencia alcista que se venía manifestando desde la década de los sesenta. Se van advirtiendo los primeros síntomas de la crisis económica que golpeará duramente a Errenteria durante la Transición y que, a la larga, transformará -de nuevo- su estructura urbana, social y económica.

  • Bibliografía
  • BARRUSO BARÉS, Pedro; ZABALETA, Mikel. "Rentería durante la II República y la Guerra Civil" en Historia de Rentería, Servicio de Publicaciones, Comisión de Cultura, Ayuntamiento de Errenteria, Errenteria, 1996, pp. 317-368
  • PICABEA SALVIDE, Pedro. "Rentería: Economía y sociedad" en Historia de Rentería, Servicio de Publicaciones, Comisión de Cultura, Ayuntamiento de Errenteria, Errenteria, 1996, pp. 427-552
  • ZABALETA, Mikel. "Franquismo de guerra y posguerra" en Historia de Rentería, Servicio de Publicaciones, Comisión de Cultura, Ayuntamiento de Errenteria, Errenteria, 1996, pp. 369-426.

PBB

Elecciones del 15-VI-1977
Tras haberse expresado en el Referendum de 1976 con 12.534 sí, 287 no, 953 votos en blanco y un 50,98 % de votantes, en 1977 define así sus opciones
PSOE8.633 (43,2 %)DIV614 (3,0 %)
PNV3.628 (18,1 %)FUT316 (1,5 %)
EE1.956 (9,7 %)AETG279 (1,3 %)
PCE1.238 (6,2 %)PSP258 (1,2 %)
ESB961 (4,8 %)FDI188 (0,9 %)
GU922 (4,6 %)ANV144 (0,5 %)
DCV866 (4,3 %)Nulos y abst.10.885 (20,4 %)

Referéndum constitucional del 6 de diciembre de 1978
Dio el siguiente resultado sobre un censo de 31.815 electores
Ref. Diario Vasco.
Votos:16.424Abst.: 15.391 (48,38 %)Sí: 11.414 (35,88 %)
No:4.033 (12,68 %)Blanco: 809Abst. y No: 61,06 %

Referéndum constitucional del 6 de diciembre de 1978
Elecciones generales del 1-III-1979
Censo electoral: 32.518
Ref. Ibermática. Norte S. A..
PSOE6.022 (28,23 %)ORT249 (1,16 %)
HB4.270 (20,01 %)EKA197 (0,92 %)
PNV3.436 (16,10 %)UFV115 (0,53 %)
UCD2.689 (12,60 %)UN89 (0,41 %)
EE2.673 (12,53 %)LKI78 (0,36 %)
PCE951 (4,45 %)UR49 (0,22 %)
EMK490 (2,29 %)FE(A)23 (0,10 %)
Abstenciones:10.647 (32,74 %)

Elecciones municipales del 3 de abril de 1979
Para cubrir las 21 concejalías de este ayuntamiento se presentaron nueve candidaturas: PNV, I.KI, ORT, EE, ESEI, HB, EMK-OIC, PCE y PSOE. Los votos y concejales elegidos, sobre un censo electoral de 29.949, fueron: PSOE con 4.853 votos: Juan Luis Vergara, José M. Benegas, Joaquín M. Moratinos, Adrián López, Avelina Jáuregui y Jesús Oficialdegui; HB con 4.701: Ramón Aznar, Sabino Olaizola; Juan M. Insausti, Antonio Mendizábal, José M. Iribarri y Miguel Irazu; PNV con 3.981: Sabino Lasa, Miguel M. Idiazábal, Venancio Alonso, Agustín Echeberria y Vicente Ancíbar; EE con 1.555: Antonio García y Miguel Irasoegui; PCE con 1.182: Juan José Zabala; ESEI con 973: José A. Arbelaiz. Alcalde: Sabino Olaizola de HB, quien obtuvo 14 votos (6 de su grupo, 5 del PNV, 2 de EE y 1 de ESEI) frente a los 7 del PSOE (6 de su grupo y 1 del PCE).
Referendum estatutario del 25-X-1979
Sobre un censo electoral de 32.232 electores resultan
Ref. El Diario Vasco. 27-X-1979.
Votos:18.132 (56,20 %)Abst.: 14.000 (45,25 %)Sí: 16.498
(90,98 %)
s/c (51,18 %)
No:720 ( 3,97 %)Blanco: 610 (3,36 %)Nulo: 304 (1,67 %)

Primeras elecciones para el Parlamento Vasco. 9-III-1980
(Censo electoral: 32.632)
Ref. "El Diario Vasco", 11-III-1980.
PNV4.230 (23,58 %)ESEI343 (1,91 %)
PSE3.969 (22,12 %)AP292 (1,62 %)
HB3.834 (21,37 %)LKI154 (0,85 %)
EE2.311 (12,88 %)PTE99 (0,55 %)
UCD1.093 ( 6,09 %)EKA65 (0,36 %)
PCE786 ( 4,38 %)UC55 (0,30 %)
EMK470 ( 2,62 %)Abstenciones:14.695 (45,03 %)

Elecciones Generales del 28 de octubre de 1982
(31.417 electores, 23.766 válidos, 541 nulos, 67 blancos)
PSOE9.733PCE387
HB5.005PST101
P NV4.587CUC39
EE2.203PCEmI22
AP/UCD1.2 34FN14
CDS426UCE11
Elecciones municipales del 8 de mayo de 1983
Concejales: PSOE: José M.ª Gurruchaga, Avelina Jáuregui, Jesús Oficialdegui, Pelikén Pérez, Miguel A. Bueno, José Angel Prieto, José Luis Elorza, M.ª Carmen Ruiz y Antonio Murillo. HB: Jokin Toledo, Mertxe Usabiaga, Iñaki Oliden, Juan M.ª Urruzola y Agustín Celihueta. PNV: Benancio Alonso, José Agustín Aguirre, Luis Busselo y Pedro Zulete. EE: Alejandro Gracia, Andoni Otaegui e Imanol Iñarra. Resultó elegido alcalde el primero.

Elecciones al Parlamento de Vitoria del 26-II-1984
PSOE7.692CP966
PNV5.608Auzolan272
HB4.775PC243
EE2.262

Elecciones generales del 22 de junio de 1986.
PSOE6.683CP1.041
HB4.536CDS731
PNV2.614IU302
EE1.850UC108

Elecciones municipales del 10 de junio de 1987
Resultaron elegidos los siguientes concejales: PSOE: Miguel Angel Buen Lacambra, Avelina Jáuregui Atondo, Adrián López Villegas, Antonio Murillo Goñi, Federico Alonso Los Santos, Adrián Salvador Bartolomé Sanz, Antonio Martínez Ucero. HB: Lorea Egaña Haranburu, Iosu Pascual de Frutos, Mikel Erzibengoa Otaegi, José Ramón Dorronsoro Gorriti, Fructuoso Anaia Tabernero, Jon Iparraguirre Mariezkurrena, José Antonio Inziarte Gallardo. EA: Julián Yuste Sánchez Cruzado, M. Aránzazu Urbieta Erkizia, Juan María Barriola Etxeberria, EE: Antonio García Nadal, Pedro María Oliveri Albisu, Juan María Arriaga Ugalde. PNV: José Agustín Aguirre Echeveste.

Elecciones generales del 29 de octubre de 1989
PSOE6.518PP971
HB4.840IU701
EA2.416CDS665
EE2.185Otros489
PNV1.465
Elecciones al Parlamento de Vitoria del 28-X-1990
PSOE6.070PP761
HB4.813IU37 4
EA2.240CDS107
PNV2.047R. Mateos82
EE1.834DS29
Elecciones municipales del 26 de mayo de 1991
Resultaron elegidos los siguientes concejales: PSE: Miguel Angel Buen, Avelina Jáuregui, Adrián López, Federico Alfonso, Adrián Salvador, Francisco Javier Villanueva, José Astorga, Jesús Oficialdegui y Ana Isabel Oyarzázal. HB: José Luis Insausti, Magdalena Martínez, Juan Carlos Murua, Aurkene Astibia, Bernardo Lemos y José Antonio Inziarte. EA: Luis María Oyarbide y Jon Ander Arrieta. EE: Jon Mirena y Rosario Alza. PNV: Joxe María Erkizia y Miguel M. Arretxe. Fue elegido alcalde Miguel Angel Buen.
Elecciones generales del 6-VI-1993
PSE/EE7.957PNV1.978
HB4.935CDS182 EA2.506Otros2.887
PP2.021

Elecciones al Parlamento de Vitoria del 23-X-1994
PSE/EE4.838IU1.885
HB4.669PP1.849
PNV2.404UA61
EA1.971CNPS24

AAA

Obras clásicas

  • BOZAS URRUTIA, Evaristo. Andanzas y mudanzas de mi pueblo. Errenteria Kondairan eta ipuin zaharretan (Reeditado por R. Bozas Urrutia. Presentación de Luis Michelena). Donostia-San Sebastián: Sociedad Guipuzcoana de Ediciones y Publicaciones SA - Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, 1976.
  • GAMÓN, Juan Ignacio. Noticias históricas de Rentería. San Sebastián: Nueva Editorial SA, 1930.
  • Fuentes publicadas

    • CRESPO RICO, M.A., CRUZ MUNDET, J.R. y GÓMEZ LAGO, J.M. "Catálogo documental del Archivo Municipal de Rentería. 1237-1500". Cuadernos de Sección Historia-Geografía. Sociedad de Estudios Vascos, 1986.
    • CRESPO RICO, M.A., CRUZ MUNDET, J.R. y GÓMEZ LAGO, J.M. Colección Documental del Archivo Municipal de Rentería Tomo I. Donostia-San Sebastián: Eusko Ikaskuntza, 1991.
    • RICO ARROYO, María del Carmen. "Inventario de los Archivos de las Fábricas de Rentería: Esmaltería Guipuzcoana, Fabril Lanera, Gregorio Echeverría y Cía. (1892-1988)". Bilduma, nº 11. 1997.

    Obras de carácter general

    • GOÑI GALARRAGA, Joseba. Historia de Rentería. Donostia-San Sebastián: Sociedad Guipuzcoana de Ediciones y Publicaciones, 1979.
    • HIRIGINTZ KOORDINADORA. Orereta. Donostia-San Sebastián: Hirigintz Koordinadora, 1980.
    • JIMÉNEZ DE ABERASTURI CORTA, Juan Carlos (dir.). Historia de Rentería. Rentería: Ayuntamiento de Rentería, 1996.
    • MURO ARRIET, Koro y VÁZQUEZ ESCUDERO, Elena. Nuestra Señora de la Asunción de Rentería. Estudio Histórico-Artístico. Rentería: Ayuntamiento de Rentería, 1993.

    Prehistoria y Edad Antigua

    • ZUMALABE, Fran."Prehistoria del Valle de Oiartzun: Situación actual". Bilduma, nº 4, 1990, pp 13-35.

    Edad Media

    • TENA, Soledad. "Rentería en la Edad Media". JIMÉNEZ DE ABERASTURI CORTA, Juan Carlos (dir:). Historia de Rentería. Renteria: Ayuntamiento de Rentería, pp. 31-74.

    Edad Moderna

    • CRUZ MUNDET, José Ramón. Rentería en la crisis del Antiguo Régimen (1750-1845): familia, caserío y sociedad rural. Errenteria: Ayuntamiento de Errenteria, 1991.
    • CRUZ MUNDET, José Ramón. "Rentería en el Antiguo Régimen". JIMÉNEZ DE ABERASTURI CORTA, Juan Carlos (dir.). Historia de Rentería. Renteria: Ayuntamiento de Rentería, pp. 75-110 y 121-152.
    • ODRIOZOLA OYARBIDE, Mª Lourdes. "Construcción naval en Rentería: Siglos XVI-XVIII". JIMÉNEZ DE ABERASTURI CORTA, Juan Carlos (dir.). Historia de Rentería. Renteria: Ayuntamiento de Rentería, pp. 111-120.
    • ODRIOZOLA OYARBIDE, Mª Lourdes. "La Construcción Naval en Rentería: Una actividad económica de la Edad Moderna". Bilduma, nº 11, 1997.

    Edad Contemporánea

    • BARCENILLA, Miguel Angel. La pequeña Manchester. Origen y consolidación de un núcleo industrial guipuzcoano. Errenteria (1845-1905). Donostia-San Sebastián: Diputación Foral de Gipuzkoa (Departamento de Economía y Turismo), 1999.
    • BARCENILLA, Miguel Angel. "Los albores de la sociedad industrial". JIMÉNEZ DE ABERASTURI CORTA, Juan Carlos (dir.). Historia de Rentería. Renteria: Ayuntamiento de Rentería, pp. 163-222.
    • BARRUSO, Pedro. "La población activa en Rentería durante la II República". Bilduma. nº 4. 1990. pp. 35-46.
    • BARRUSO, Pedro. "La Guerra Civil en Rentería (Julio-Septiembre de 1936)". Bilduma. nº 7, 1993, pp 47-73.
    • BARRUSO, Pedro. "Conflictividad obrera en la crisis de la Restauración. El caso de Rentería: La Huelga de mayo de 1920". Bilduma, nº 8, 1994, pp. 33-48.
    • BARRUSO, Pedro y ZABALETA, Mikel. "Rentería durante la II República y la Guerra Civil". JIMÉNEZ DE ABERASTURI CORTA, Juan Carlos (dir.). Historia de Rentería. Renteria: Ayuntamiento de Rentería, pp. 317-368.
    • GABARAIN, María Teresa. "El origen del liberalismo y la I Guerra Carlista". JIMÉNEZ DE ABERASTURI CORTA, Juan Carlos (dir.). Historia de Rentería. Renteria: Ayuntamiento de Rentería, pp. 153-162.
    • IMAZ MARTÍNEZ, Iñigo. "Un liberal entre dos siglos: Enrique Elizechea Arrieta (1873-1947)". Bilduma. nº 20. 2007, pp. 7-356.
    • LUENGO TEIXIDOR, Félix. "Los comienzos del siglo XX (1903-1931)". JIMÉNEZ DE ABERASTURI CORTA, Juan Carlos (dir.). Historia de Rentería. Rentería: Ayuntamiento de Rentería, pp. 223-316.
    • PÉREZ, Pilar y ZABALETA, Mikel. "Las elecciones de 1979 en Rentería: un estudio electoral local en el marco de la Transición". Bilduma nº 16 (2002), pp 179-226.
    • ZABALETA, Mikel. "Panorama político y elecciones municipales en Rentería (1891-1922)". Bilduma, nº 6, (1992), pp 83-124.
    • ZABALETA, Mikel. "Bases sociales de partidos y sindicatos en Rentería durante la II República". Bilduma, nº 8, (1994), pp 49-100.
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    AEE 2011