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DURANGUESADO

El condado navarro de Durango. Nada dicen los primeros documentos conocidos de la historiografía vizcaína sobre la condición jurídicamente separada del resto de Bizkaia, del Duranguesado, insistiendo, no obstante, en que Bizkaia limitaba, en su extremo oriental, con el río Deba (... de rivo de Galharraga usque in flumen Deva, id est tota Vizkaya, Cart. de S. Millán) y que estaba regida por un conde (Eneko Lopez, ... Enneco Lupiz Viscayensis comes...) dependiente del rey de Navarra, D. Sancho III El Mayor. La comarca es denominada Durango y Duranko en la primera documentación conocida. ¿Se hallaba englobado el Duranguesado en las tierras vizcaínas sometidas a esta temprana autoridad feudal? Que dicho conde no es el mismo que el que aparece detentando, en algunos documentos, cierto condado de Durango, y, que pudieron existir dos condes titulares de condados diferentes -Durango y Bizkaia- parece inferirse del hecho de que las dos primeras citas documentales más antiguas que conozcamos, aunque cercanas en la fecha, se refieran a personas diferentes. La primera de estas citas documentales se remonta a 1051; en ella Eneko Lupiz "qui est rector in illa patria que dicitur Vizcaia et Durango" (Arch. Cal. Cal. en Llorente: Not. Hist., t. III, p. 374) otorga, junto con el rey de Navarra, García V Sánchez (hijo de Sancho el Mayor) una carta de ingenuidad a los monasterios vizcaínos (regnante... in Alava et in Vizcaya). En el segundo, aparece un tal comite Munio Sanchez in Duranko fundando, en 1053, San Agustín de Echevarría (anteiglesia duranguesa agregada a Elorrio en 1630). Esta última cita -la única, por otra parte, que puede fundamentar la creencia en la existencia de un conde del Duranguesado se vería algo reforzada por referencias legendarias a un tal Sancho Estiguiz, conde de Durango, que habría tomado parte en la también incierta batalla de Arrigorriaga junto al fabuloso Jaun Zuria. El Duranguesado aparece, a continuación, como una comarca muy vinculada, al igual que Guipúzcoa, al condado navarro de Alava, y sometida a los avatares que experimentan las tierras vascas a la muerte de Sancho el Mayor de Navarra. Tras la batalla fratricida de Atapuerca (1054), Fernando de Castilla arrebata a su hermano D. García parte de los bienes patrimoniales de la corona navarra trasmitidos por D. Sancho: Oca, Mena, Trasmiera y Bureba.