Lexique

CLIMA

Precipitaciones atmosféricas: Pluviosidad I. Cuatro son los aspectos principales a observar al estudiar el régimen pluviométrico del País Vasco:
  • a) Distribución anual de la pluviosidad y días de lluvia
  • b) Distribución estacional de la pluviosidad y días de lluvia
  • c) Distribución estacional de los coeficientes pluviométricos relativos
  • d) Estaciones del año secas y húmedas: índice de aguas
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a) Distribución anual de la pluviosidad y de los días de lluvia. Pone de manifiesto la importancia del mar y del relieve del suelo como factores del reparto de las precipitaciones atmosféricas. Al S. de la divisoria de aguas, detrás de la pantalla constituida por las altas cadenas, la altura de 1 m. sólo es alcanzada y sobrepasada en Alsasua, debido a la proximidad de los puertos que favorecen el paso de vientos del cuadrante O, pero en el resto la suma de precipitaciones cae por debajo de los 800 mm.: de 716 mm. en Pamplona baja a 500 en Sangüesa, 311 en Logroño. Toda esta agua cae en menos de 80 días por año, o sea, en menos de 6,6, días por mes, al S. de Sos y de Sartaguda: es la zona de las estepas de Navarra meridional. Al N. de esta línea, hasta el N. de Vitoria y de Sangüesa, llueve de 80 a 100 días por año y de 100 a 120 más al N. Apenas franqueadas las altas cadenas, se acrecienta la importancia de la caída de lluvia y el número de días lluviosos. Desde el valle de Ossau hasta Bilbao, toda la vertiente septentrional recibe de 1 m. a 1,6 metros de lluvia, cifra generosamente sobrepasada en la parte de las altas montañas situadas al E. del puerto de Belate y en la cuenca inferior del Bidasoa, donde el macizo primario de Gipuzkoa-Laburdi detiene todos los nimbos procedentes del golfo de Vizc.: de ahí el imponente total de 1.793 mm. de lluvia en Abbadia (Hendaya), máximo pluviométrico de este sector de los Pirineos. Esta lluvia se halla distribuida en un número de días generalmente superior a 140: sin embargo, entre el Nivelle, el Adur y las altas cadenas del E., esta cantidad es inferior a esta cifra debido al alejamiento del mar mientras que es superior a ella, al O. de estos dos ríos, debido al contacto directo con el océano: Gipuzkoa y Bizkaiakaia. experimentan 160 días lluviosos como mínimo, o sea, una media de más de 13,3 días por mes, como acaece en Santander

b) Distribución estacional de la pluviosidad y días de lluvia. La caída de lluvia y los días lluviosos experimentan a su vez notables variaciones estacionales. En invierno, la vertiente meridional, aislada del área ciclonal del golfo de Bizkaia. y barrida por los vientos secos de la meseta ibérica, apenas recibe más de 300 milímetros de agua en la región de Alsasua, mientras el resto de la vertiente conoce cifras bien inferiores. Al contrario, en la vertiente septentrional, el total de 300 mm. es sobrepasado con creces al S. de una línea que uniría Olorón a Bilbao. Mientras en la vertiente S. hay un 25 a 35 % de días lluviosos, en la N. se contabilizan en 35-50 %. Sin embargo, al E. del Bidasoa, su proporción no es más que de 40-45 %, mientras que al O de este río, donde la caída de lluvias no alcanza los 400 mm. en invierno, la proporción es de 45-50 %. Ello se debe a que en esta región, en cuyo interior los vientos oceánicos penetran profundamente gracias a la orientación SE-NO de los valles del Ibaizábal y del Nervión inferior, las caídas de lluvia son particularmente finas y frecuentes de tal manera que en Bilbao, donde se cuentan 43 días lluviosos para 333 mm. de agua, cada día de lluvia aporta sólo una media de 7 mm. de agua. Por el contrario al E. del Bidasoa, las lluvias presentan ya un carácter ligeramente continental a la vez que montañoso: Irún, de esta forma, apenas tiene 39 días de lluvia en invierno. En primavera se produce un cierto aumento de caídas de lluvia debido a las numerosas depresiones que acompañan al cambio de condiciones térmicas y barométricas de la península ibérica. La vertiente meridional no se aprovecha mucho de éste, debido a la pantalla de altas cadenas -la curva de 100 mm. se desplaza simplemente de Sangüesa a Peralta y Logroño, pero, el número de días de lluvia se acrecienta un poco y su proporción alcanza de 30 a 40 %, lo cual es importante para los trabajos del campo y la germinación de las semillas. Es la vertiente N. la que se beneficia más de estos cambios atmosféricos. La zona de pluviosidad superior a los 400 mm. engloba ahora a toda la región montañosa situada entre el valle de Ossau e Irún, incluidos Mauleón y San Juan de Pie de Puerto, y, por otra parte, la zona de pluviosidad de 300 a 400 mm. se extiende también ahora hasta la gave de Pau: en toda esta parte de la vertiente, el porcentaje de días de lluvia crece igualmente pasando del 48 % en Lescar al 50 % en Urdos. Ahora bien, si el incremento es considerable al E. del Bidasoa, hay una pérdida ligera al O, de este río: 377 en Santesteban en lugar de 393 mm, 302 en Bilbao en vez de 333· Pero esta disminución de las precipitaciones no sólo no se acompaña de una reducción del número de días de lluvia sino que, por el contrario, muchas veces va parejo a un acrecentamiento del porcentaje de días de lluvia que, de 45% % pasa a 50 % en Santesteban, Bilbao, Vergara y la costa constatándose el mismo fenómeno en Santander y las Landas. Este hecho se explica por la influencia contrapuesta de la tierra y del mar: desde la primavera la región situada al O. del Bidasoa, francamente oceánica, ve disminuir sus lluvias, mientras que al E. del Bidasoa, donde comienza el calentamiento de la masa continental de Francia, las precipitaciones se multiplican. Durante el verano, las precipitaciones disminuyen bruscamente debido al régimen de vientos secos que tiende a predominar. En la vertiente meridional, salvo en Alsasua y cabeceras superiores de los valles, la cantidad de lluvia caída durante esta estación no alcanza los 200 mm. y desciende a 130 mm. en Pamplona. Al mismo tiempo, la proporción de días de lluvia baja al 25 %, aportando cada día de lluvia como mínimo una media de 6 mm. de agua ya que la lluvia cae en forma de tormenta. En la parte oriental de la vertiente N., sometida en parte a la influencia continental, se establece un régimen de lluvias de verano cuya importancia disminuye a medida que uno se acerca al océano. Ocurre de esta forma que las vertientes medias de las cadenas situadas al E. del puerto de Belate reciben más de 300 mm. de agua dominando las pendientes superiores a 1.300 m. la zona de condensación máxima. Irún recibe igualmente más de 300 mm. debido al papel condensador desempeñado por el macizo granítico de Peñas de Haya. En todo el resto el caudal de lluvia es de 200-300 mm., salvo al O. de Bilbao y en varios puntos de la costa de Gipuzkoa y Bizkaia., dominio de las lluvias oceánicas veraniegas. El hecho que atestigua el carácter cada vez más continental, tormentoso y torrencial de las caídas de lluvia a medida que nos desplazamos de O. a E, es la relación que existe en las diferentes estaciones de la vertiente septentrional entre la cantidad de lluvia caída y el número de días de lluvia: mientras a lo largo de la costa sólo caen lluvias ligeras -5 a 6 milímetros por día en Bilbao, 4 en San Sebastián- la media asciende a 7 mm. en Vergara, 8 mm. en Santesteban, 10 mm. en San Juan de Pie de Puerto y en Mauleón. Llega el otoño, época de descenso general de las temperaturas, sobre todo en el continente, y de las depresiones barométricas que acompañan al cambio de régimen térmico: es la señal de un incremento general de las precipitaciones salvo en la vertiente meridional por las razones ya indicadas. La situación cambia radicalmente al otro lado de la divisoria de aguas: toda la zona montañosa que bordea la curva del golfo de Bizkaia., literalmente sumida en la bruma, recibe durante estos tres meses más de 400 milímetros de agua llegando a los 560 mm. en Abbadia, al pie del Larrun, o sea el 78 % de lo que cae en un año en Pamplona y más de lo que cae en un año en Tafalla. Conforme nos alejamos del litoral, las precipitaciones disminuyen, tanto al O. de Bergara como al E. de San Juan de Pie de Puerto, persistiendo sin embargo el caudal de lluvia en los más de 300 mm. De todas formas, tanto en otoño como en las demás estaciones, el carácter oceánico de las lluvias se atenúa de O. a E. para dar paso a la influencia continental y, sobre todo, montañosa: de una media de 9 mm. en Bilbao se pasa a 10 mm. en San Sebastián y 11 en Santesteban.