1390. Carlos II no quiso hipotecar su libre juego político tomando partido en la lucha que opuso a romanos y avignonistas (1378-1417). Su hijo, sin embargo, llevado por su política castellano-francófila e influenciado por su consejero Villaespesa y el obispo Zalba, optó el 6 de febrero de 1390 por Avignon. El obispo fue hecho cardenal.