Services

CAJA DE AHORROS MUNICIPAL DE VITORIA (1895-1990)

Ahorro 1940-1990.

Si bien el ahorro siguió incrementándose después de la guerra, las condiciones económicas no fueron las ideales para un crecimiento sostenido. La autarquía económica imperante, que pudo beneficiar a algunas empresas, limitó el desarrollo de otras. Pese a ello, la propaganda del ahorro y la confianza de sus clientes en la institución siguió siendo constante, aunque esta Caja tuviera algunos problemas por la situación general del país. En 1944, contabilizando ambas Cajas, Álava ocupaba en la Confederación Vasco Navarra de Cajas de Ahorro el tercer puesto por el número de impositores (le seguía Navarra y le precedían Gipuzkoa y Bizkaia), pero estaba en el primer puesto por intensidad de ahorro, 1.700 pesetas por habitante (seguido por Gipuzkoa 1002, Vizcaya 828 y Navarra con 548 pesetas). En 1945 la Caja de Ahorros Municipal iba muy por delante de la provincial por su saldo (122.024.062,70 pesetas, frente a 70.446.463,69) y número de impositores (34.266 la Municipal y 21.822 la Provincial).

En los años cuarenta la importancia del sector agrícola seguía siendo predominante en la provincia y las políticas de ayudas al mismo se mantuvieron durante muchos años. Ese interés se plasmó en la apertura de sucursales en la provincia (24 en 1946), con la clara intención de captar el ahorro de los agricultores. Trabajó, junto al Servicio Nacional del Trigo, proporcionando Pólizas al Crédito Agrícola, impulsó la creación del Seguro Mutuo del Ganado (1951), de la Central Lechera de Álava (1964). Financió los concursos ganaderos, las obras de regadío, la mecanización, la edición de publicaciones de divulgación e información agropecuaria, y a las cooperativas (Covria, Anoga, Agrupal).

En la década de los cincuenta del siglo XX se inició un proceso desarrollista que coincidió con el crecimiento de la ciudad, el aumento de sus habitantes y la implantación de industrias, con el consiguiente incremento de los índices de ahorro. Proceso que se intensificaría a partir de los sesenta y setenta y en el que participaría directamente la Caja, con la utilización de los fondos procedentes del ahorro, en la compra de suelo industrial y en el apoyo al desarrollo de la economía de la ciudad y la provincia. Colaboró con el Ayuntamiento para la compra de terrenos destinados a la expansión industrial de Vitoria-Gasteiz en Betoño-Gamarra; polígono industrial Arriega y Alí-Gobeo.

Los créditos de la Caja siguieron beneficiando al Ayuntamiento, que los utilizaban para solucionar las necesidades de la ciudad de Vitoria-Gasteiz, entre ellas la de proporcionar vivienda a los que llegaban allí a trabajar, agudizando el problema existente. Por medio de la promoción .hogar en propiedad. concedió créditos a la Cooperativa Vitoriana de Casas Baratas (casas de Txagorritxu y Zaramaga). La Caja realizó una decidida labor en ese terreno, bien apoyando directamente la construcción de viviendas o con la concesión de créditos hipotecarios. El resto de sus inversiones siguieron la línea marcada por la ley, pero con una especial incidencia en la compra de solares e inmuebles, hasta que los cambios legislativos le permitieron una mayor libertad de acción.

En 1975 confluyeron varios acontecimientos que introducirían notables cambios en la política, la sociedad y la economía. En primer lugar, el final de la dictadura del general Franco y la transición a la democracia, iniciada tras su muerte. En segundo, las consecuencias del empeoramiento de la situación económica, con la crisis del petróleo (1973) que duraría hasta 1987, que produjo una fuerte inflación y el aumento del paro, obligando a la Caja a hacer sus propios reajustes. A todo ello abría que añadir los cambios legislativos que fueron modificando y modernizando la actuación de las Cajas y las nuevas relaciones políticas que la aprobación del Estatuto e implantación del Gobierno Vasco llevaron aparejadas (véase CAJAS DE AHORRO EN VASCONIA).

Junto a esos cambios sociales, económicos y políticos tuvieron lugar los tecnológicos. Ordenadores cada vez más potentes y rápidos, cajeros automáticos, tarjetas de créditos y conexiones en los comercios, permitieron que la mecanización e informatización cambiaran los métodos contables y las relaciones con los ahorradores. Además de perfeccionar la gestión de la entidad que había seguido su línea ascendente en la captación de ahorro, con 161.144 millones de pesetas en su activo el año 1989.