Lexique

BIBLIOTECA

HISTORIA. Nacen las bibliotecas vascas en los monasterios y en las iglesias no sólo porque los monjes tuvieran más tiempo para el estudio, sino porque la naturaleza religiosa exige de por sí estudio e interpretación del universo. Los nobles y ricos-hombres dedicaron su tiempo y holganza a divertirse y guerrear en vez de estudiar. El trasvase del estudio a la sociedad vasca civil es tardío y se realiza no sin resistencia de ésta. Las primeras bibliotecas públicas, no monásticas ni eclesiales, son del s. XIX en Euskalerria, salvo casos aislados de avanzadilla como el Príncipe de Viana y alguno que otro hombre civil de inquietudes prematuras. Estas pequeñas bibliotecas de particulares que comienzan a aparecer sobre todo en los ss. XV y XVI suelen ser muchas veces de no más de una docena de libros y otras con más fortuna se acercan al medio ciento o al centenar. De este tipo será, por ejemplo, la del ermitaño Juan de Undiano, de fines del s. XVI, en la que se ven ya, además de libros religiosos, otros de derecho, artes industriales, literatura, filosofía y comercio. Luego algunos burgueses y profesionales, más o menos ricos, comenzaron a proveerse de libros principalmente de tema jurídico. Pero es a comienzos del s. XVIII cuando los libros se difunden y se hacen asequibles a los particulares. Así, Mme. León poseía en Bayona en 1752 libros de moral, religión y otros, pero la biblioteca particular más importante de Bayona es la de León Duliviel, diputado de comercio de Bayona en París, con más de mil volúmenes, con especial predilección por los clásicos latinos, griegos y franceses, libros de pintura, de viajes, historia e incluso libros vascos como el Diccionario trilingüe de Larramendi y la Noticia Vasconiae, que suponemos sea el libro de Oihenart.