Peintres

AYESTA OÑATE, Juan Francisco

De vocación temprana, desde pequeño, Juan Ayesta se siente atraído por el dibujo y la pintura. Con dieciséis años, con grandes inquietudes plásticas tiene la fortuna de encontrarse con el pintor franciscano Xabier Álvarez de Eulate (1919-2012). Entre 1977 y 1982, comparten cinco veranos de trabajo y aprendizaje, sobre todo insistiendo en el uso del color y la composición[i]. Y a pesar de la dilatada diferencia generacional se establece entre ellos un vínculo de empatía humana y artística que durará para siempre. Aquellos veranos son claves en el desarrollo plástico-pictórico de Ayesta.

Juan Ayesta parte de esa formación autodidacta y obtiene sus primeros reconocimientos a nivel artístico: un tercer Premio en el Concurso de Murales Juveniles (1977) en Beasain; un tercer Premio en el III Concurso Juvenil de Bellas Artes, (Donostia,1977) con la obra Amarillo y Azul. Reflejos, que le permitirá realizar su primer viaje a los museos de Paris en diciembre de ese año y obtiene el Primer Premio XXII Certamen Artistas Noveles (Donostia, 1979) con la obra Amarillo amigo. Las obras de este período, con pintura acrílica sobre panel-tablex, se caracterizan por el uso primario de colores saturados, con pinceladas sueltas y capas muy finas y la exploración de transparencias. Los motivos y las temáticas configuran el hilo conductor para trabajar la composición y el color, normalmente procedentes del entorno doméstico cercano.

En 1980 obtiene el Segundo Premio del VI Certamen Juvenil de Bellas Artes, (Donostia), con la obra Bermellón medieval y en 1981 el Primer Premio en el VII Certamen Juvenil de Bellas Artes, (Donostia) con la obra Naturaleza bastante muerta con flores. También en 1981 recibe el Primer Premio en el II Certamen Juvenil de Artes Plásticas, (Donostia) celebrado para conmemorar el centenario del nacimiento de Picasso. Esta sucesión escalonada de premios va fomentando la motivación pictórica del artista y obtiene de nuevo el Primer Premio en el XXV Certamen de Artistas Noveles (Donostia, 1982) con la obra Interior. Esta obra forma parte de las investigaciones compositivas con perspectiva curva en espacios interiores que lleva a cabo este artista plástico, y que forma parte de un conjunto de obras, que Juan Ayesta agrupa bajo la denominación Serie Olite.

Edorta Kortadi escribe en su crónica de DEIA, el 7 de diciembre de 1982: “…se trata de arquitecturas reciamente construidas en las que se cuestiona el problema de la toma de posición del artista ante la obra misma. Reflexión de la pintura desde el mismo interior de la pintura. Concepto y razón sin olvidarse de los problemas estrictos de la práctica artística…”

A la vez que prosigue de manera intensa su actividad artística, Juan Ayesta compagina su dedicación artística con los estudios de Ingeniería Técnica Industrial, a la vez que trabaja en el tejido empresarial para autofinanciarse los estudios. Al finalizar la carrera, obtiene en 1983 una beca del Gobierno Vasco en Artes Plásticas.

Su obra se muestra en diferentes exposiciones individuales en Donostia, Beasain, Alsasua, Zumárraga, Durango, Majadahonda (Madrid), Rentería etc. Participa también en importantes exposiciones colectivas: “Paisajistas Guipuzcoanos” (Museo San Telmo, 1980), XXIII Certamen Artistas Noveles (1980), XXIV Certamen Artistas Noveles (1981). “Guipúzcoa. Pintura 1959-80” (Museo San Telmo (1981). IV Bienal Barcelona-Joven Pintura, Reales Atarazanas (Barcelona, 1982), V Bienal Pintura-Escultura Ciudad de Vitoria-Gasteiz, (1982), “Jóvenes. Pintura 1984” Centro Cultural S. Fedele,  (Milán, 1984).

En 1983 Juan Ayesta se traslada a Italia, donde realiza un postgrado en la Universitá Internazionale dell’Arte de Florencia, en el curso 1983-84, con una propuesta para estudiar posibles relaciones entre Arte e Industria. Eso le permite entrar en contacto con el mundo del diseño y le hace descubrir una actividad donde se materializan los vínculos entre el arte y la industria.

En 1984 el Gobierno Vasco le renueva otro año la beca para seguir explorando el trabajo realizado en Florencia. Se traslada a Milán, epicentro mundial del diseño. En ese momento, está en pleno apogeo a nivel internacional en el diseño el movimiento Memphis así como en las artes plásticas la Transvanguardia italiana, el Neo-expresionismo alemán, el Arte Urbano y el Graffiti. Todo ello alimenta el interés y la atención del artista. Al terminar esa beca, recibe otra beca, esta vez de la Diputación Foral de Gipuzkoa para proseguir su estancia en Milán durante el ejercicio 1985-86, que le permitirá especializarse en diseño como actividad profesional.

Edorta Kortadi vuelve a destacar favorablemente los nuevos cambios producidos en la trayectoria del artista en la crónica del DEIA del 23 de septiembre de 1985 sobre su exposición individual en la Galería Gaspar de Rentería. [ii]

Tras tres años de estancia en Italia, regresa a mediados de 1986 al País Vasco, donde co-funda una empresa de servicios de diseño industrial, Diara S, Coop., que será pionera en esa actividad en el País Vasco. Desde entonces y hasta mediados de la década de los noventa compagina la práctica profesional en diseño, con la actividad artística. Con las experiencias vividas en Italia, además de su continuo interés por la composición y el color, se siente atraído por la fuerza expresiva de los materiales, por emerger y escapar de la naturaleza plana del soporte pictórico. Su pintura experimenta, evoluciona y se manifiesta cada vez más matérica, a la vez que su temática se vuelca hacia temas medioambientales y hacia acontecimientos de la actualidad que estimulan su práctica artística.  

Mientras desarrolla su carrera de diseñador, realiza algunas exposiciones individuales y participa en otras colectivas, donde selecciona y muestra algunas obras de esta etapa pictórica de hibridación. Expone en Galería Medievo, (Hondarribia 1992), Galería Gaspar, (Rentería (1996 y 1997) junto con el escultor catalán Francesc Morera.   Participa en exposiciones colectivas: Certamen Gure Artea, (Gobierno Vasco. 1988),  Colectiva “4 pintores”, Galería Medievo, (Hondarribia 1992). Seleccionados Certamen Banco Hispanoamericano, (Bilbao, Vitoria, San Sebastián 1992-93), Expo “3”, Galería Gaspar, (Rentería 1995) etc.

El artista se encamina hacia la experimentación con la materia y la textura tal como señala de nuevo el crítico de arte Edorta Kortadi en DEIA el 22 de febrero de 1992[iii].

Se puede decir que la obra de Ayesta, sobre todo a partir de mediados de los ochenta, es una continua experimentación plástica, donde la materialidad es elemento recurrente de su trayectoria pictórica. Presta una especial atención a la composición, al color y a las texturas de los materiales como elementos básicos de su manera de plasmar sus inquietudes y motivaciones plásticas. Siempre atento a los acontecimientos de la actualidad, entre sus principales estímulos están los relativos al deterioro medioambiental, la contaminación, los desastres naturales y los provocados por el hombre. Temas que le provocan y le estimulan para iniciar sus obras. Otra característica de su repertorio plástico, desde muy joven, ha sido la querencia por el encontrismo, la recuperación-reutilización de objetos pobres, abandonados u obsoletos. También le estimulan otros elementos, tangibles e intangibles, como las metáforas, los signos, los significados, el azar, la reflexión sobre el espacio y el tiempo, lo efímero, los defectos, los vacíos, las presencias y las ausencias.

La primera década del 2000 es un periodo de cambio vital y supone para el artista una época de interiorización en la práctica artística, volcándose más en la observación que en la realización efectiva. En 2009 retoma la práctica pictórica con fuerza e intensidad, regresando a la escena expositiva pública en 2010, con una colección de obras recientes que se muestran en la exposición individual Retorno en la Galeria Zazpi de Zarautz. En esta especial muestra el artista sorprende al espectador con unas obras de gran fuerza matérica, de gran densidad plástica, que surgen de las fuentes del informalismo español de los años 50, del denominado arte povera de los años 60. El artista Juan Ayesta se mueve por los derroteros plásticos de la experimentación de materiales, empleando técnicas y pigmentos que por las texturas que adquieren se configuran en relieves.

Maderas, cuerdas, filamentos vegetales, arpilleras, materiales de desecho, hojas, conchas, ranas, piedras, carbón vegetal, objetos reciclados conforman este universo plástico de pintura matérica informalista y Ayesta los utiliza para presentar su peculiar potencia plástica a la vez que llena de variados sentimientos, emociones y críticas medioambientales.

La Naturaleza está muy presente al igual que el tema de las grandes catástrofes naturales como las grandes inundaciones y las fuertes sequías que se muestran con una importante carga experimental y matérica: con collages, con grattages con ensamblajes, con enorme profusión de signos y grafías. Paisajes sorprendentes, inquietantes, que interrogan al espectador que salen del propio marco del lienzo, una naturaleza castigada, que nos habla del caos, del origen, de un big bang. A todos estos paisajes, el artista incorpora otros elementos: plantas de mazorcas de maíz que se funden con el lienzo, a los paisajes secos se les suma gran número de ratas que pronto, todo lo invaden y que hablan siempre de hambre, de escasez, de ruina y sequedad.

 Otras individuales posteriores: Sala Municipal Aroztegi. Bergara, (2011). Galería Oreka Art. Soraluze, (2011). Expo Endanea Garden. Hondarribia, (2011). Sala del Palacio Lobiano. Ermua, (2012) y (2016). Fundación Vital. Vitoria-Gasteiz. (2019). Galeria Oreka Art, Soraluze, (2021). Tambien participa en exposiciones colectivas: V Concurso Artes Plásticas. Palacio Barrena. Ordizia, (2010). Participación con Van Gogh Art Gallery en Art-Innsbruck / Austria (2021). Expo Van Gogh Art Gallery. Madrid, (2022). Expo Azur Art Gallery. Madrid, (2022). Es seleccionado en certámenes nacionales: Finalista I Certamen Pintura Bodegas Enate. Huesca (2017-2018). Finalista Premios ArtsFAD 2019. Barcelona.

En 2018 concluye su etapa profesional en diseño industrial y se dedica desde entonces plenamente a la actividad artística. Aunque su trayectoria plástica ha estado centrada durante cuatro décadas a la práctica pictórica, sus obras han ido evolucionando hacia la materialidad y el ensamblaje de materiales y objetos encontrados. A finales de 2017, recibe un encargo que le permite abordar un proyecto escultórico. Dicho proyecto acabará siendo la obra titulada Fhormak, un conjunto de trece piezas de hormigón armado, adosadas a un muro de contención, de 2,5 m de altura por 18 m de longitud, con unos 5 Tn de peso, ubicado en 2018 en la sede social de un grupo de empresas en la localidad de Arrasate-Mondragón[iv].

Entre 2019 y 2021 (momento pandémico por covid-19) experimenta con la tinta negra utilizada en offset, utilizándola como pintura artística. Surgen una serie de obras abstractas composiciones simples, ortogonales, negro sobre blanco, sobre panel-tablex y pasta de papel que el artista denomina Estructuras-Luz y Evanescencias. También realiza algunas composiciones ortogonales sobre contrachapado, recuperando el color y la pintura acrílica.

En estos años, en paralelo a su actividad plástica, ha comisariado las últimas exposiciones retrospectivas del pintor Xabier Egaña: exposición La Vida no basta (2019) en el Centro de exposiciones de la Fundación Vital, Vitoria-Gasteiz (2019) y la publicación Xabier Egaña 1964-2019 con motivo de dicha muestra; exposición Begiak argi (2021) en tres ubicaciones de Zarautz; exposición Vide Vitam, (2022) en el Museo LaNeomudejar de Madrid; exposición Liburuak ete bestelako aitzakiak / Libros y otros pretextos (2022) en La Fundación Sancho el Sabio, de Vitoria-Gasteiz.

A lo largo del 2022, un segundo encargo de proyecto escultórico, para un nuevo centro de cuidados para personas mayores, le da la oportunidad de “hacer lo que no ha hecho”: la temática de la figura humana. Realiza llegado este preciso momento decenas de figuras en arcilla y decide trabajar con algo que nunca ha probado: una escultura en hierro colado. Experimenta con modelos de poliestireno, trabaja con la fundición y a finales del 2022 la obra escultórica ARA[v] queda instalada en Vitoria-Gasteiz: dos piezas verticales, en hierro fundido, de 3,5 m de altura y 3,5 Tn de peso. Reflexión sobre la introspección, lo masculino y lo femenino. Dos son Uno[vi].


[i] Esta vivencia quedó registrada en la publicación “Eulate+Ayesta, una experiencia en Arte y Vida” (96 págs), editada con ocasión de la exposición del mismo título celebrada en 2020 en el Museo Diocesano de San Sebastián.

[ii]  Edorta Kortadi “ …Ayesta ha desembocado de manera natural e instintiva, como el río en el mar, en la transvanguardia italiana, sin sustos y sin alharacas. Lo suyo siempre ha sido ha sido el color y la distorsión, pero controlado, pensado hasta la raya… En la obra de Ayesta, experimental y abierta, sopla el viento de Milán y de la mejor transvanguardia”. Deia, 23 de septiembre de 1985.

[iii] “Edorta Kortadi “…De lo que no cabe duda es de que Ayesta sigue afianzándose en sus primeras intuiciones, gusto por los repertorios expresionistas, materismo y textura, no renuncia a una iconografía simbolista; y desarrolla una tendencia hacia códigos un tanto brutalistas”. Deia, 22 de febrero de 1996.

[iv] Enlace a video FHORMAK : https://www.youtube.com/watch?v=4cYMuTNNefs y https://www.diariovasco.com/alto-deba/arrasate/arte-trabajo-mano-20181019001545-ntvo.html

[v] Enlace a video ARA : https://www.youtube.com/watch?v=wsJXUBiAWjo

[vi] Todo el proceso de creación y realización de la escultura ARA se recoge en la publicación “Juan Ayesta / ARA” (144 pág) editada en 2023.