Municipalités

ATONDO

Urbanismo y construcciones civiles

El caserío se agrupa en la falda de un monte, adaptando su disposición a una curva de nivel, lo cual da un carácter rectilíneo al conjunto, aunque no evita que las casas tengan que adaptarse a la pendiente del terreno. A la entrada del pueblo encontramos un caserón de planta cuadrada, que en gran medida marca la pauta de lo que nos vamos a encontrar en el lugar. Tiene dos alturas más ático, y los muros llevan un enlucido que salva esquinas, enmarques de los vanos y un paño de lienzo en torno a la puerta. Los vanos son rectos, con antepechos labrados en el piso noble, y la puerta es de medio punto. Cerca de la iglesia encontramos una casa de parecidas características, aunque su planta es rectilínea, adaptándose a la calle, y ha perdido su enlucido en alguna reforma reciente. En este ámbito hay también una fuente muy remozada, bajo frontón triangular, que luce aún la fecha de 1918.

En la parte alta del pueblo hay varias casas adosadas, que conforman delante una placita alargada. Una de ellas proviene de la remodelación profunda de una casa gótica. Según la tradición aquí nació Guillermina de Atondo, abuela de San Francisco Javier. En la actualidad tiene tres alturas, muros de mampostería desnuda con cadenas de sillar, y llama la atención un portalón apuntado que ha sido cortado por la desafortunada incorporación de un balcón superior moderno. El arco presenta once dovelas largas, propias del último gótico, y la rosca va recorrida por una media caña que lleva labradas bolas de buen tamaño. En lo alto de la fachada hay un escudete del XVI, rodeado por un sogueado circular, con cuatro rostros muy toscos en las esquinas y campo con crecientes volteados en banda. Se trata de una de las armas que aparecen cuarteladas en el escudo de la familia Atondo de Pamplona, que aparece en el Libro de Armería (L.A.R.N. nº 403), por lo que debemos pensar que estaban emparentados. La otra casa se ajusta perfectamente al patrón que hemos definido al principio de este artículo, del que sólo difiere en el acceso, pues en este caso consta de un arco escarzano.

Otras casas situadas en el entorno siguen también este patrón, de sabor dieciochesco, en el que las mayores diferencias van a radicar en la adaptación a la forma del solar y a la pendiente que en cada caso presenta el terreno. Presentan un tratamiento de muros y vanos que vamos a poder rastrear en todo el corredor de Sakana y Arakil, aunque en alguno de los casos de Atondo, en recientes intervenciones, se ha suprimido el tradicional enlucido blanco, siguiendo de manera desenfocada el dictado de algunas modas recientes. A este último grupo pertenece un recio caserón, en cuya fachada vemos una inscripción que reza: LA HYZIERON ESTA CASA/ MANUEL DE AMEZQUETA Y MARGARYTA DE SARASA/ AÑO 1766.

Ermitas

Es muy conocida en toda Navarra la ermita de Nuestra Señora de Oskia. Ocupa un antiguo y estratégico paso, que ha sido testigo a lo largo de los siglos de importantes enfrentamientos, como cuando en 1512 los roncaleses se apostaron en él para intentar frenar el paso de los invasores castellanos, pretendiendo cortarles el camino hacia Pamplona. En la actualidad la ermita consta de un edificio dieciochesco, aunque el topónimo puede encontrarse ya en el año 1024, bajo la forma "Hosquiatea", es decir Oskiatea o, literalmente, "paso de Oskia". En ese año fue dada por el rey Sancho el Mayor de Navarra al monasterio de Irache. En el año 1350 era un lugar que tenía cuatro fuegos, que pasan a dos hogares en 1366, aunque es posible que se despoblara por aquella época. En el año 1796 el obispo visitador Igual de Soria se refería a esta ermita como "Nuestra Señora del Pilar del Puerto de Osquía".

Consta de una planta proporcionalmente corta, ajustada al angosto espacio en el que se acomoda, aprovechando la oquedad de la roca y junto a una antigua vía de comunicación. Se divide en dos tramos iguales, más una cabecera poligonal de tres lados. El acceso se practica por al lado de la Epístola, y a la cabecera se adosa una pequeña sacristía de planta cuadrada, también por el frente meridional. Los muros son de sillería, en alguno de los hastíales muy bien aparejada, que al interior llevan enlucido. Dos ventanitas rectas, de desigual tamaño y situadas a distinta altura, se abren en el muro de los pies para iluminar el interior. En cuanto al acceso, se trata de una puerta de medio punto de sabor civil, con siete grandes dovelas que llevan la rosca moldurada, y va protegida por un guardalluvias rectilíneo por encima.

Se cubre con bóvedas de lunetos del siglo XVIII, barrocas, cuyos tramos se separan por arcos fajones que apean en ménsulas encastradas en el muro. La sacristía recibe una bóveda de arista. Al exterior luce una simple cubierta a doble vertiente, rematada en el muro de los pies por una sencilla espadaña de ladrillo, en la que se inscribe un arquillo de medio punto.

El interior va presidido por un retablo barroco del XVIII, con banco, un cuerpo y ático, en donde luce una talla de San Juan Bautista, del siglo XVI y estilo renacentista.

Parroquia de San Martín de Tours

Aunque es seguro que hubo un templo preexistente, probablemente medieval, lo cierto es que la actual fábrica no presenta elementos que permitan una datación fehaciente. La planta consta de una única nave, muy larga, sin articulación espacial apreciable y terminada en testero recto. El acceso se abre en el lado de la Epístola, al igual que la sacristía, estancia de planta cuadrada. Los muros de sillería van enlucidos al interior, recibiendo iluminación externa mediante varias ventanas rectas. A los pies de la nave se levanta además un coro alto de obra. Va cubierta por un simple cielo raso.

Al exterior, la torre se levanta sobre la propia nave, y consta de planta cuadrangular, fuste corto y macizo, abierto por una ventana cuadrangular, y huecos superiores para las campanas, rematados por arcos de medio punto. Un pórtico de ladrillo enlucido cobija la puerta, adintelada y muy simple.

Preside el presbiterio un retablo del siglo XIX, ejecutado en lenguaje clasicista, aunque reaprovecha imaginería de raigambre barroca. En el primer cuerpo hay escenas en relieve, que representan la Consagración de San Martín como obispo, la Misa del santo, talla central del Sagrado Corazón, moderna, Cristo a la columna y la Coronación de espinas. En el segundo cuerpo hay tallas en bulto redondo, registrando la Virgen del Rosario, San Martín partiendo su capa con el mendigo a las afueras de Amiens, y San Francisco Javier. En el ático preside un Calvario, con un Crucificado romanista, también reaprovechado, en este caso del siglo XVII. Se ha incorporado al retablo la imagen de la Virgen de Oskia, procedente de la ermita, imagen renacentista ejecutada en el tercer cuarto del siglo XVI, tal vez en el taller de Miguel de Espinal. Cerca hay una pila bautismal medieval, resto de una eventual iglesia gótica, con basa, pedestal cuadrangular decorado con bolas, capitel con decoración vegetal y copa semiesférica decorada con gallones. En la sacristía se custodia un Crucificado barroco del siglo XVII, así como diversas piezas de orfebrería.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)