Pelote basque

ARRESE-YGOR ZALDUA, Pedro

Portal. Pelotari. Peña y Goñi lo describe «desmadejado de cuerpo, con la boca abierta casi siempre y los ojos asustados; su brusco continente y sus andares recuerdan al antiguo boyero con la garrocha al hombro aguijoneando a los bueyes maltrecho y pobre...» También este pelotari era en su juego desigual. Lo mismo lo arrollaba todo que comenzaba a fallar y perdía el partido de calle. Su volea era, según opinión de Peña y Goñi, titánica, y ello, unido a su habilidad y a su gran revés, produjo un pelotari extraordinario. Su saque ha quedado como ejemplo de saques violentos y decisivos. La especialidad de su juego era para luchas manomanistas, pues la potencia excepcional de su brazo hacía que el tanto lo tuviera constantemente dominado. En Buenos Aires desarrolló un admirable juego. Aquellos frontones muy largos de cancha resbaladiza le beneficiaban grandemente. Sin embargo, sus actuaciones en el Jai Alai a su regreso fueron bastante deficientes y decepcionó a la afición, que le considera como uno de los fenómenos del tiempo. El apogeo de portal fue cuando apareció en Buenos Aires, Elícegui. Llegaron hasta formarse dos bandos defensores cada uno de cada pelotari, y hubo una época en que la afición casi por entero se inclinó por éste cuyas cualidades comentamos. Solía hacer pareja frecuentemente con «Mardura», y Elicegui solía formarla con Samperio, en cuyos partidos se cruzaban importantes sumas. Fue hombre formal y serio, querido de la afición y reunió algún dinero que le permitió volver con algunos ahorros a su pueblo natal, Irura. Ref. Luis Bombín, 1946.