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ARQUITECTURA NEO-VASCA

El destino histórico y social del estilo neo-vasco. Creado por lo tanto en la Costa Vasca de Francia basándose en la arquitectura labortana del siglo XVIII, el estilo se expande al interior del País Vasco, así como a la zona vasco-española y a la costa de las Landas (las creaciones de Godbarge en la zona de Capbretón son numerosas), e incluso a ciudades como Toulouse, de forma paralela al desarrollo del turismo y conforme a su adquisición por parte de distintas clases sociales locales.

La socialización del modelo se debe en nuestra opinión a tres secuencias históricas y a la conjunción de ciertas tendencias estéticas:

a) El "neo-estilo primitivo" de las primeras villas vascas, de tipo ostentoso y carácter aristocrático, llenas del elitismo burgués más triunfalista; habitadas por individuos ajenos al país.
b) El "neo-estilo del pequeño burgués", cuyos ejemplos más característicos se encuentran en las edificaciones de la Avenida Paulmy de Bayona de los años 20 del siglo XX. Desaparece la monumentalidad mientras que se mantienen los rasgos distintivos de la villa labortana. Dicho modelo se incluye dentro de las nuevas formas de vida de la burguesía urbana, y en una menor medida, de la burguesía rural que trata de exhibir su posición social mediante la asimilación de las prácticas arquitectónicas locales.
c) El "neo-estilo democratizado", que se deja ver a partir de los años 30 y se expande de manera importante a partir de los años 50, período en el que se produce un aumento significativo de las clases medias.

Las dimensiones de la construcción se restringen nuevamente, los rasgos típicos del neo-estilo van perdiendo protagonismo e incluso desaparecen algunos de ellos; se mantienen generalmente los entramados, ya que son rasgos identificativos muy importantes del estilo labortano. Se mantienen las características de la retórica arquitectónica (y social) de las clases medias cuya movilidad social se consuma en algunos casos, mediante la resignación social, y en otros, mediante la ostentación de su nuevo status social.

De este modo, el juego arquitectónico que se da en el neo-estilo produce un distanciamiento doble: por una parte, entre el modelo de referencia, el caserío labortano y el "neo-estilo primitivo", y por otra entre el "neo-estilo primitivo" y "el neo-estilo democratizado"; cada fase consiste en un proceso de cambios que introducen valores y prácticas sociales y estéticas específicas.

Las opciones arquitectónicas principales del momento se organizan de la siguiente manera: para unos la movilidad social pasa por la liberación total de toda referencia cultural y la integración de modelos generales semiológicamente pobres; para otros, consiste simplemente en la imitación; un tercer grupo la reconoce en el lenguaje de modernidad arquitectónica basada en la creatividad; y por último, para otros individuos la movilidad social consiste en un equilibrio complejo y variable entre la modernidad y el apoyo a la cultura local; este último grupo es a quien se dirigen los principios y las prácticas del estilo neo-vasco.