Historialariak

Zamacola Ocerin, Juan Antonio

A continuación (1775) marchó a Madrid con el objetivo de hacerse con una escribanía real, cosa que consigue en 1783; frecuenta tertulias donde se le conoce como buen danzante y guitarrista.

En 1790 reside en Dima donde contrae matrimonio; fue en estas circunstancias en las que estalló la guerra con la Convención francesa en la que fue regidor del Señorío y capitán de tercios.

Sospechosos los hermanos Zamácola de confraternizar con los franceses, al acabar esta guerra se le encuentra nuevamente en Madrid como escribano real de la Corte y del Juzgado de Imprentas y Librerías del Reino. Allí colabora en prensa periódica como El Diario de Madrid con pseudónimos tales como "Don Preciso", "el bachiller Tocamala", "el Extravagantísimo" y "Simeón de Errotacoechecojaunarensemearena". Dotado de sentido del humor, utilizaba como blanco de su sátira a los "currutacos" o petimetres de la época tanto en la prensa como en folletos: Elementos de la ciencia contradanzaria, El Libro de la Moda en la feria, que contiene un ensaya de la historia de los Currutacos, Pirracas y Madamitas del nuevo cuño, Los elementos o primeras nociones de la ciencia Currutaca. Escrito por un filósofo currutaco. Publicado, anotado y comentado por un señorito pirracas (Madrid, 1795). En esos años se da a conocer como folklorista y costumbrista con libros como Don Preciso en España y varias colecciones musicales como Colección de las mejores coplas de seguidillas, tiradas y polos para cantar a la guitarra, este último (1802) en dos volúmenes que fueron reeditados varias veces y merecieron la prohibición de la Inquisición. También se le deniega, en 1804, permiso para publicar un periódico titulado Centinela de costumbres. En 1806 es el campo jurídico el que le interesa como puede comprobarse por su Tribunales de España, Práctica de los Juzgados del Reyno y resumen de las obligaciones de todos los Jueces y subalternos para instrucción de los jóvenes que se dedican al estudio de las Leyes y enseñanzas de los escribanos, litigantes, procuradores, agentes y demás oficios y clases del estado. En Madrid es testigo de la locura de su hermano y de la aparición de la obra de Llorente.

Hallándose establecido en Madrid cuando la francesada y siendo afrancesado y masón, se quedó y colaboró con el nuevo Rey como escribano principal del Tribunal Civil de la Corte de España, secretario general del Timbre, notario de los Reinos y comisario de policía de Madrid. Recibió de manos de José Bonaparte la Real Orden de España.

Naturalmente al perder la guerra tuvo que huir a Francia (1813) exiliándose con su familia en Auch (1817) donde, presa de grandes apuros económicos, se le pasó una pensión como lugarteniente pero fue objeto de vigilancia dentro del marco de las nuevas relaciones instituidas entre ambas monarquías restauradas. En Auch falleció su esposa M. Ana Villar.

Allí publica en 1818 su célebre Historia de las Naciones bascas de una y otra parte del Pirineo Septentrional y costas del mar Cantábrico, desde sus primeros pobladores hasta nuestros días. Con la descripción, carácter, fueros, usos, costumbres y leyes de cada uno de los estados bascos que hoy existen. Es, después de Oihenart, el segundo historiador que aborda la historia de los vascos como un conjunto étnico, independientemente del estado al que pertenezcan. Su valor historiográfico estricto es menor que el de Oihenart o Moret -no se trata de un historiador profesional y se halla, además, debido a su situación de exilado, desprovisto de su archivo y biblioteca- acreciéndose conforme se acerca a la época en la que le tocó vivir personalmente. El primer volumen recompone la historia desde la llegada de los romanos hasta la de los musulmanes. En el 2° y 3° aborda la de cada uno de los "estados" vascos: Álava, Guipúzcoa, Vizcaya, Bayona, el valle de Soule, Navarra la alta y Navarra la baja siendo el territorio que abarca su trabajo "Jaca, Olorón, Bearne, Alta Navarra, Valle de Baztán, Navarra la Baxa, Labourd, Guipuzcoa, Alava, Bizcaya, Montañas de Santander, la Bureba y Rioxa". Recoge y asume con meticulosidad los mitologemas vascos elaborados desde el s. XVI, la igualdad primitiva, el vascoiberismo, el cantabrismo, el hidalguismo, el cristianismo primitivo etc. y otorga, como amigo de Astarloa, al vascuence el rango de idioma paradisíaco dotado de todas las perfecciones. El plan de la obra quedó incompleto: faltan Bearn, el ducado de Gascuña y el de Aquitania.

Aunque señala en su Historia que tenía entre manos dos trabajos -Viajes y trabajos de un refugiado español por el Mediodía de la Francia y Don Preciso en Francia- no son éstos conocidos; sí lo es Perfecciones analíticas de la lengua bascongada. A imitación del sistema adoptado por el célebre idiologista D. Pablo Pedro de Astarloa en sus admirables Discursos filosóficos sobre la primitiva lengua (Bilbao, 1822) que, como su título indica, riza el rizo sobre las teorías lingüísticas de su colega, que lo hizo depositario de sus papeles inéditos. Se desconocen lugar y fecha de su deceso.

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