La fiesta de la tamborrada tuvo su origen en San Sebastián, en el primer tercio del siglo XIX, como consecuencia de su peculiar historia de Plaza Fuerte y su poco disimulada afición por la fiesta carnavalesca, dice la tradición que debido a la mezcolanza que se produjo entre el carácter de los extrovertidos gascones y los introvertidos vascos. Lo cierto es que su máxima expresión festiva de celebrar las grandes solemnidades con tambores y barriles se ha prodigado por otras poblaciones hasta convertirse en una de las actividades más repetidas en numerosas fiestas patronales de Euskal Herria.
Debe citarse en todos los casos que en la simbología de la tamborrada los tambores representan al elemento militar y los barriles al pueblo civil, con las variantes que en cada caso puedan producirse en el momento de elegir vestuario, música y organización, tanto en las versiones de adultos como en las infantiles.