Mendilerroa

SIERRA DE URBASA

Derechos. En 1461 los quintos y otros derechos de los montes de Urbasa, Andía y Entzia fueron otorgados por Juan II a Juan Fernández de Baquedano. La titularidad fue del Patrimonio de la Corona de Navarra con lo que acabó siendo, tras la conquista, del Estado. Todos los navarros gozaron de derecho inmemorial a su aprovechamiento (pastos, leña, agua, madera, estiércol, erección de bordas), siempre que no se comerciara con sus frutos. En 1642 la sierra formaba parte del monte real de Andía según las cortes de Pamplona. El linaje de Baquedano, titular del marquesado de Andía, ejerció la jurisdicción civil y criminal sobre esta tierra y la de Andía, siendo impugnados sus derechos por los navarros.

Guerrillas. Durante el otoño del año 1809, una partida de guerrilleros, mandada por Javier de Mina, se reunió en la venta de Urbasa tras haber huido de Estella, ante una columna francesa. El mismo día sufrieron la acometida de otra columna francesa, que les hizo 18 prisioneros, huyendo los guerrilleros hacia Viana. Los prisioneros fueron llevados a Pamplona y fusilados por los franceses. En agosto del año 1811, la división de guerrilleros de Francisco Espoz y Mina vino a la venta de Urbasa, procedente de Arzoz, donde se había reagrupado, tras haber sido derrotados por los franceses en Lerín. En Urbasa la división descansó durante cuatro días, emprendiendo al quinto la marcha hacia Leiza, intentando evitar un encuentro con tropas francesas.

Disputas sobre los derechos. Los derechos de los navarros fueron respetados por la Ley de Fueros de 1841, pero en 1903 el plan de ordenación del monte planteado por el Estado chocó con la Diputación de Navarra, y un año más tarde una real orden expresó las reclamaciones de todos los navarros, que defendían el disfrute común de las tierras. Tras llegar a un acuerdo tres años más tarde, el Estado debería dar anualmente a la Diputación todos los productos que según ésta fuesen imprescindibles para los navarros. En 1915 se establecieron las leyes para el aprovechamiento de Aralar y Urbasa, por las que los navarros no poseían el goce total de las tierras.

Guerra de 1936-1939. Durante esta contienda varias de sus simas fueron utilizadas por los sublevados para arrojar en ella cadáveres e incluso personas vivas. v. NAVARRA. Una comisión de amigos y familiares se dedicó a recoger fusilados y, ante la imposibilidad de enterrarlos en el lugar, los arrojó en Otxaportillo. Esta y el denominado Balcón de Pilatos fueron las más utilizadas para este menester. A partir de 1978 ambos lugares suelen ser visitados en agosto en recuerdo de los desaparecidos.

Devolución de la titularidad. Una Real O. del 30 de junio de 1930 transmitió a la Diputación la gestión administrativa de los montes de esta sierra cuya titularidad pasó, finalmente, el 27 de febrero de 1987, junto con Andia, a Navarra.