A pesar de la gran cantidad de ferrerías existentes en Bizkaia y en Gipuzkoa, son contadas las que, remodeladas, modernizadas o reconstruidas, han llegado hasta nuestros días. En Bizkaia la del Pobal (Musquiz) y en Gipuzkoa la de Mirandaola en Legazpia o la ferrería y molinos de Agorregi en Aya. Una reproducción de la ferrería de Lebario, con unos barquines atípicos (en piedra) puede verse en el Museo etnográfico de Bilbao. En el mismo se puede hacer una idea de la dispersa y casera actividad artesanal de la producción de tejidos de lino, importante desde el punto de vista comercial en la Edad Media, pero en claro declive posteriormente y refugiada en las zonas rurales como autoabastecimiento familiar. Los museos navales de Bilbao y San Sebastián recogen diferentes tipos de pequeñas embarcaciones, artes de pesca, instrumentos marinos... pero, dado que los "astilleros" de esa época carecían por lo general de instalaciones, a pesar de la importancia económica que tuvieron, nada se ha conservado. Algo parecido sucede con los tinglados de jarcia. Sólo queda, en Bilbao, el nombre de una calle, La Estufa, que alude a la actividad de embrear las jarcias utilizadas en las embarcaciones. De las actividades vinculadas al sector de la alimentación queda poco, y en general recluido en museos. Los diversos tipos de potes, jarras...en barro, de uso doméstico se pueden contemplar en museos (Museo de Alfarería Vasca en el barrio de Ollerías, en Elosu). De la molturación de maíz y trigo quedan molinos más o menos restaurados. El paseo de los caños, en Bilbao, paseo relativamente conservado, paralelo al Nervión, que arranca de Ollerías, y llega hasta el edificio de la antigua la fábrica de El Pontón, recuerda dos importantes infraestructuras para abastecer a Bilbao de agua potable y de harinas. Bien conservadas han quedado las salinas de Añana en Álava, en donde la obtención de la sal se lograba mediante balsas de madera suspendidas, en las que el calor solar evaporaba el agua. En Salinas de Léniz, en Gipuzkoa, el sistema de evaporación se llevaba a cabo en calderas de cobre calentadas con leña. Su museo se ubica en las instalaciones usadas antiguamente para obtener sal.