Siglo XIV, vuelta a los Ayala. Confiscado el señorío por Pedro I de Castilla a sus últimos poseedores, perteneció durante un breve período a la corona. Vuelve a la casa, como merced enriqueña, tras las guerras civiles castellanas, al ser otorgado Orozko, junto con Arceniega, por Enrique II Trastámara, al Canciller Pero López de Ayala en 1371.