Santutegiak

NUESTRA SEÑORA DE BEGOÑA

Descripción. Dice el Padre Vallado en la "Geografía del País Vasco-Navarro", que la iglesia es de estilo gótico, de la segunda época, algo más retrasada en Vizc., en relación con otras regiones españolas, y podemos añadir que se debe al maestro arquitecto Sancho Martínez de Asego. Tiene una portada lateral gótica, que asoma al pórtico y la principal es de época de transición del plateresco a lo renacentista. La torre de campanas construida en 1852 fue sustituida por otra en 1880, y ambas por la actual, que comenzó a levantarse el 12 de julio de 1902 y se terminó el 9 de septiembre de 1907, bajo la dirección del arquitecto D. José María Basterra, que se inspiró en la arquitectura del siglo XVI, en el gótico florido muy adulterado y decadente del interior del templo, y en el renacimiento plateresco de la portada. Asimismo en 1881 el reputado artista valenciano señor Orrico, construyó el expositorio de metal blanco plateado, del altar de Begoña. Las estatuas de los apóstoles que decoran las columnas del templo, son de tamaño natural, de madera imitando piedra, y se labraron en 1884 por los escultores D. Bernabé de Garamendi y D. Serafín Basterra, a quienes también se debe la cátedra del Espíritu Santo, y a Garamendi la nueva balaustrada de piedra del Coro y la caja del nuevo órgano. El retablo del altar mayor es neoclásico con una hornacina para la Santísima Virgen, con decoración barroca. Al pie de la gradas del altar mayor, en el entarimado se ha tenido el buen gusto de señalar con una lauda en madera, con el escudo en colores de los Leguizamón, el lugar que corresponde a la sepultura de los Patronos de la iglesia, cuyo escudo en piedra existe junto a la puerta de entrada al templo, en el interior del mismo, y también en la clave de los tres arcos que sostienen el Coro. En el lugar que ocupa el sitial del Patrono, en el presbiterio, parece existió un ciborio o sagrario exento, según refiere D. Manuel María de Smith. Dice que el ciborio se llevó a la estrada de Trauco, de donde desapareció. Atribuidos a Lucas Jordán, ornamentan la Sacristía de la Basílica trece cuadros que se conservan ea perfecto estado. Representan diversas escenas de la vida de Jesucristo y son la admiración de los visitantes, amantes del arte pictórico. Fueron donados en 1835 por D.ª María de Orúe, y eran entonces dieciséis, aunque actualmente faltaban tres de ellos hasta febrero de 1957 en que apareció en el desván de la Casa Cural uno más que representa a la Magdalena. La atribución a Lucas Jordán, parece confirmada por técnicos de renombre que han examinado aquellos lienzos. Once hermosos cuadros de regular factura se llevaron a la Basílica de Begoña desde el Convento de Carmelitas de El Desierto, cuando éste se extinguió, según refiere Fr. Juan José de la Inmaculada en su obra "El Desierto de la Provincia de San José.". Dice que fueron donados por D. José Loizaga y Castaños, que los mandó pintar en Sevilla, en el siglo XVIII A esa colección corresponden los nueve cuadros de un mismo lote que hoy cuelgan en los muros de la Basílica, representando pasajes de la vida de San José y que acaban de ser restaurados. Existe también en la Basílica un cuadro que representa a un monje, que puede ser San Bernardo. Ha sido restaurado y se le ha considerado como un Zurbaran de los primeros tiempos del ilustre pintor. Interiormente esta iglesia de Begoña, que mide 176 pies de longitud por 82 de latitud, tiene tres naves, una central con doce ventanas pequeñas, redondas, junto a las bóvedas y otras de tamaño en el coro, y dos naves laterales con seis y siete ventanas rasgadas, respectivamente. Sobre varios de estos ventanales y en las dos columnas del presbiterio, las dos del coro, y en las cuatro que a este anteceden, hay unos escuditos con signos de armador o mercader. Entre las joyas que posee la Basílica son dignas de mención: un rosario de oro, donado por siglo siglo el Papa León XIII, con motivo de la coronación de la Virgen de Begoña y traído en propias manos por Mons. Ricardo Sanz de Samper, Delegado especial de siglo siglo; una flor de lis de plata con zafiros y brillantes, donada por la Infanta D.ª Paz de Borbón; un pectoral de oro con brillantes y rubíes y un anillo pastoral de oro con una esmeralda del Excmo. Sr. D. Remigio Gandásegui, Arzobispo de Valladolid; un cáliz de plata sobredorada, regalo del Cardenal Gardoqui y el bastón de mando del Excmo. Sr. D. Eliseo Lórida. La preciosa imagen de la Santísima Virgen, es una talla del siglo XIII o XIV, aun cuando como afirma el Padre Lizarralde en su obra "Andra Mari", la iglesia de Begoña datará del siglo VIII. Aparece sentada la Santísima Virgen en un taburete, con el Niño Jesús sobre el muslo izquierdo, apoyando una mano sobre su hombro. Esta mano, que es la izquierda de la Madre, tiene su forma, antigua y puntiaguda y conserva su dorado primitivo. La actual mano derecha, que está en actitud de bendecir, es postiza, y para colocarla se aserró el antebrazo. Llama la atención la admirable conservación de la madera, la encarnadura de las figuras y el policromado de los paños, que son de una frescura sorprendente. El rostro de la Virgen es graciosamente ovalado, tiene una suave y ondulada cabellera, los pies calzados con puntiagudos zapatos y un dije o medallón incrustado en el cuello. En actitud de bendecir, levanta su mano derecha al Niño Jesús. La imagen mide 93 centímetros desde los pies hasta lo alto de la cabeza, que por cierto se hallaba rematada en disposición de que se le colocara una corona, lo que se efectuó con gran solemnidad en 1900, como lo recuerda el lienzo de D. José de Echena, que se conserva en el templo. Se halla arropada hoy en día la Virgen de Begoña con ricas vestiduras, y posee en su camerino además de variedad de ropajes, gran cantidad de magníficas joyas, donadas por la devoción de los vizcaínos. Entre las capillas particulares que hubo en la parroquia de Santa María de Begoña, hemos de consignar la que con licencia de Pedro Ortiz de Loizaga, Patrón de Begoña, mandó construir en 1586 el Capitán de mar Aparicio de Ugarte, "saliendo fuera del paño de la pared asia la Parte del Evangelio, en distancia de 20 pies". Este Ugarte era Patrono de otra capilla, la de Nuestra Señora, a la parte de la Epístola en el convento de San Agustín situado donde se levanta hoy la Casa Consistorial de Bilbao, en terreno que correspondió a Begoña. Ref. Ybarra y Bergé, J.: Catálogo de Monumentos de Vizcaya. Bilbao, 1958.