Kontzejuak

LIZASO

Urbanismo y construcciones civiles

El casco urbano se extiende a lo largo de varias vías de comunicación, que forman un cruce de carreteras, y tiene su núcleo originario en un pequeño promontorio, en cuya parte más alta se levanta el templo parroquial.

La entrada al pueblo es una sucesión de casas de diferentes épocas, la mayoría recientes, aunque no faltan las que tienen más de 150 años de antigüedad y algunas no carecen de cierto interés. Citaremos por ejemplo un bloque de tres alturas y tejado a dos aguas, que se abre mediante arco rebajado. El resto de los vanos son rectos y van bien ordenados, tres por piso. Otra casa, que repite aspecto formal, lleva en el arco rebajado de la entrada la fecha de 1836.

Ya en la calle que asciende hacia la iglesia, el conjunto se inicia con una casa bien cuidada, con tres alturas y tejado a dos aguas. Los muros van enlucidos, con cadenas de sillar en enmarques y esquinas, y los vanos son cuadrangulares, a excepción de la puerta que va con arco de medio punto. Las ventanas de la planta noble llevan antepechos labrados. Sigue una casa de carpintería pintada con vivo color rojizo, que repite características pero que incorpora una balconada ligera que cruza la fachada en alto. Otra casa, que presenta el tejado con su caballete perpendicular a la dirección de la calle, se abre con arco rebajado ciertamente tardío, siendo el resto de vanos rectos. Lleva dos balconadas largas y similar tratamiento de los muros a los ya descritos. Enfrente hay una casa de sillarejo, de formato vertical, con tres alturas y vanos muy alterados. Falta el enlucido, dejando ver un sillarejo menudo y algo irregular, que parece anunciar antigüedad. Muestra en lo alto un escudo neoclásico, que repite exactamente las armas que el Libro de Armería da para el palacio del lugar. Ello nos hace sospechar que tal vez se trate de una antigua torre, muy reformada, que se identifique en realidad con el palacio de cabo de armería de Lizaso (L.A.R.N. nº 128), que la bibliografía publicada da indefectiblemente como desaparecido. Sigue una casa de similares proporciones, cubierta igualmente por tejado a dos aguas, con entrada de medio punto y dos balconadas superpuestas. Estas apoyan su estructura en un murete o contrafuerte situado en el lado izquierdo de la fachada. A continuación se levanta un edificio de mayores pretensiones, conocido en el lugar como casa Bastaierena. Sus muros, de sillarejo sin enlucir, se levantan en tres alturas, cubriéndose con tejado a dos aguas con amplísimo alero. El primer nivel se perfora por un medio punto elegante y bien labrado, con la rosca moldurada con una cinta dentada. Hay también una ventana de reducido tamaño. Encima se alinean tres ventanas iguales, de diseño cuadrangular y antepecho moldurado con cenefas dentadas que repiten el motivo de la puerta, así como una serie de bolas, que pueden ayudar datar el edificio como del siglo XVI. Ya bajo el caballete y al abrigo del prominente alero, hay una elegante balconada de madera, con estructura de madera que apoya en vigas, dándole un vuelo inusitado e incluso algo desproporcionado. Enfrente hay una casa reformada con una ampliación lateral, que conforma así un conjunto asimétrico. Una inscripción en una puerta lateral la señala con el nombre de Zurginenea. Lleva tres alturas, tejado a dos aguas, y muros bien enlucidos y con las sabidas excepciones. La puerta es de medio punto, y a la izquierda se superponen dos balcones de madera, modernos. Cerca de esta casa, cuyo nombre la identifica como posesión de un carpintero, se levanta otra, muy sencilla, que debió pertenecer a un mulero, según su nombre Mandaxenia (de "mandazain", mulero).

De este punto arranca una callecita lateral donde encontramos casas que repiten características ya mencionadas. Merece la pena individualizar un edificio de grandes proporciones, con muros que han perdido su enlucido y en estado de abandono. Todos sus vanos son rectos. También destacaremos un edificio exento, de planta rectangular y cuatro alturas. Sus muros van enlucidos, dejando a la vista sillares muy bien escuadrados en los paños más cercanos a los vanos, que son proporcionalmente pequeños, denotando su carácter antiguo y original. El acceso es de medio punto y las ventanas cuadrangulares, con antepechos moldurados en el "piano nobile". Sobre la ventana central, una inscripción en piedra nos informa: AVE MARIA/ PASQAL OIARZUN/ AÑO 1761.

Volviendo atrás y siguiendo por la calle principal, encontramos Arotzenea (o sea, "la casa del herrero"), que es un elegante bloque exento, de tres alturas, con muros enlucidos y con cadenas de sillar, y vanos rectos a excepción del de acceso, de medio punto. Junto a la escalinata que sube a la iglesia hay un edificio con tres alturas, acceso de medio punto, balconada ligera que apoya en contrafuerte lateral, y tejado a doble vertiente. Ya al final de la calle, una casa recientemente reformada presenta esquemas ya repetidos, y sobre el medio punto de acceso se lee una inscripción: ESTA CASA IZIERON/ AZER MARTIN DE OLA/ GUE I CATALINA DE ZE/ NOZ AÑO 1804.

En la carretera que sale hacia Larraintzar encontramos aún algunos edificios exentos, uno de los cuales, muy alargado y dispuesto en paralelo a la calzada, tiene aspecto de antiguo cuartel de carabineros. Frente a él encontramos una casa de origen tardomedieval, que perpetúa tradiciones de los siglos XV y XVI. Su fachada, de sillarejo menudo e irregular, se abre mediante una puerta de medio punto con 15 dovelas muy largas, propias de principios del XVI. En la clave se labró una doble cruz, entre dos "lauburus", y el nombre Echeberria. Por encima se abren tres ventanas geminadas con arquillos rebajados, que también pueden datar del XVI. En las reformas experimentadas a los largo de los siglos se añadió o alteró el piso superior, y se adosó a uno de sus laterales una vistosa galería porticada de dos pisos, con pilares de piedra en el primero de ellos y estructura de madera en el segundo, que va además acristalado.

Ermitas

Pérez Ollo nombra la ermita de Nuestra Señora de Udotz, antiguo lugar que quedó despoblado a fines del siglo XIV, tal y como se cita en un documento de 1427 en el que se dice que lleva ya cuarenta años despoblado.

Convento de Nuestra Señora de los Dolores

Se encuentra en Lizaso desde el año 1986, cuando se trasladó desde Lesaka. Se levanta fuera del casco urbano de Lizaso y su fábrica, moderna, alberga hoy un interesante patrimonio mueble, entre el que podemos destacar, en el capítulo pictórico, una tabla de Cristo Varón de Dolores, renacentista del XVI y de adscripción tal vez flamenca o alemana. Hay también un Éxtasis de Santa Teresa, barroco del siglo XVII, dos lienzos de la Sagrada Familia, del XVIII, y otros dos de la misma centuria que representan a la Piedad. Entre las esculturas, señalaremos dos Crucificados barrocos, del XVIII, así como un Niño Jesús del mismo siglo. Hay también imágenes barrocas de Santa Teresa, de San Elías, de la Virgen del Carmen, y otras tallas del siglo XIX. Hay también una rica colección de platería, procedente en parte del Perú, desde donde las mandó el fundador del convento, don Ignacio de Arriola y Mazola.

Parroquia de San Simón y San Judas

Se trata de un templo de moderna edificación, de la última década del siglo XIX, según nos informa una inscripción a la que luego haremos alusión. Tiene una planta de cruz latina, con transepto marcado en planta y terminada en testero recto. Tiene una única nave, dividida en tres tramos iguales, y la sacristía, de planta rectangular, se adosa a la cabecera por el lado de la Epístola. Por el mismo lado se observa un pórtico de piedra, para cobijo de la puerta de acceso, así como el volumen de la torre.

Los muros, que han perdido su enlucido al exterior, apenas ocultan la obra de mampostería, con sillares en los enmarques de los vanos y en las esquinas. Se perforan mediante ventanas cuadrangulares, abiertas en el muro meridional, una por tramo. A los pies del templo se edificó un coro de obra.

La nave se cubre con una bóveda de lunetos, que afecta también a los brazos del transepto y a la cabecera, mientras que el crucero lleva bóveda de crucería con los baquetones moldurados. Los tramos se separan mediante arcos fajones de medio punto, que apean en una cornisa encastrada en el muro, que recorre el perímetro del templo. La sacristía lleva un simple cielo raso.

El aspecto exterior es sobrio, macizo y ciego, y destaca en él la torre, de planta cuadrada, que consta de un fuste alto y esbelto, dividido en tres cuerpos de planta decreciente, separados por cornisas. El primero de ellos alberga la escalera, el segundo un reloj, y el tercero es un cuerpo de campanas perforado por medios puntos, también cuadrangular pero con las esquinas achaflanadas. Como ya se ha adelantado, el pórtico es de piedra, y se abre por un único arco de medio punto, de dovelas radiales y sabor civil. Un antepecho cierra otras dos arcadas de similares proporciones. Una antigua inscripción en piedra reza: JHS/ ELIZ AU IZAN ZAN EGUIÑA/ 1890 GARREN URTEAN/ IZANIK APEZAITA D. JOSÉ IGOA/ ERRI ONETACO SEMEA.

El templo va presidido por un retablo mayor moderno, contemporáneo sin duda de la fábrica. La imaginería es también moderna, a excepción de las que a continuación se detallan. En primer lugar, una talla en bulto de la Virgen con el Niño, sedente, de aspecto macizo y hierático. Sostiene al Niño con su mano izquierda, mientras que en la otra lleva una manzana. El manto tiene pliegues angulosos pero bien justificados, que contribuyen a cerrar la composición. Procede de la ermita de Udotz, pertenece a un estilo vasco-riojano, emparentada con las vírgenes de Urbiola, Tulebras y Bargota, y debe datar del siglo XIV. Hay así mismo dos altorrelieves de Santa Bárbara y San Antonio Abad, renacentistas del siglo XVI.

En la sacristía se conserva un Crucificado del siglo XIX, así como varias piezas de orfebrería.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)