Kontzejuak

IZURDIAGA

Urbanismo y construcciones civiles

Izurdiaga es un lugar duramente afectado por la obra pública, pues la vía del ferrocarril cruza por la mitad su ya de por sí reducido casco urbano, condicionando sobremanera las soluciones urbanísticas y aún los cierres y accesos de algunas de las casas. En realidad, el lugar tiene tres núcleos diferenciados, con el barrio bajo, a ambos lados de la carretera, el barrio de San Juan, en torno a la calle del mismo nombre, y la iglesia en alto junto con la casa parroquial.

La casa abacial es una simple casita sin pretensiones, que además no tiene hoy un buen estado de conservación. La calle de San Juan, sobre la vía del tren, es un coqueto rincón que presenta un nutrido grupo de casitas en la salida hacia Pamplona-Iruña, cinco en la acera de la izquierda y cuatro en la derecha. No se trata de casas de gran formato, si las comparamos con otras de la zona, tienen tres alturas y llevan tejados a dos aguas con los caballetes casi siempre paralelos al sentido de la calle. Los vanos son cuadrangulares, aunque entre las puertas predominan los arcos de medio punto sin molduras en la rosca. Llamaremos la atención sobre una de ellas, con fachada de sillar, cuyo arco sí va moldurado, lleva además la clave decorada por una moldura avolutada, y sobre ella una labra que figura un rostro humano muy tosco. La calle desemboca en una placita donde hay alguna casa arreglada y una coqueta fuente decorada con el escudo del lugar y dotada de arbolado. Hacia el lado opuesto, otra casa, con tres alturas, ventanas rectangulares y acceso de medio punto, cierra la plaza en la salida hacia Irurtzun.

En cuanto al barrio bajo de Izurdiaga, se articula en torno a una calle zigzagueante, que fue antiguo camino transitado por quienes iban hacia el desfiladero de Oskia o al de Dos Hermanas. La carretera moderna, abierta en paralelo, da a las antiguas traseras de las casas, por lo que aquel que circule sin detenerse no podrá admirar las portadas ni los escudos nobiliarios del lugar. Abre la calle, desde la salida hacia Pamplona-Iruña, un caserón de tres alturas, con fachada parcialmente enlucida que deja a la vista paramentos de buena sillería. Los vanos son rectangulares, y la puerta consta de arco de medio punto con la rosca sin moldurar. La fachada se completa con un escudo barroco muy decorado, que se acompaña de la inscripción: DE GREGORIO VIDAROR. AÑO 1777. A esta se adosa una posible ampliación, cuyos muros tienen el primer piso en mampostería con cadenas de sillar, y cuya parte superior va en entramado de madera cuajado con mampostería enlucida. La estructura del entramado perfila huecos rectangulares aprovechados para ubicar las ventanas. Más adelante, rectificando el sentido de la calle en ángulo recto, hay otro caserón que sigue las pautas de la arquitectura de la zona, con muros enlucidos y con cadenas de sillar, tres alturas, esquinas y enmarques en sillar, así como el paño inmediato a la puerta, que consta de arco de medio punto, esta vez con la rosca moldurada y con una moldura avolutada decorando la clave. Las ventanas son cuadrangulares, aunque la que ocupa el centro de la fachada lleva labrado en su dintel un arco conopial rectilíneo. Junto a este inmueble, otra casa de similares características pero formato reducido lleva una placa donde se informa que fue "escuela de niños". La calle continúa con casas de menor formato, aunque las calidades, características formales y materiales empleados son los mismos. En el extremo de la calle, hay dos casas de idénticas características, tres alturas, tejados alineados con la calle, y huecos rectangulares salvo las puertas, de medio punto. Una de ellas, no obstante, se ha enlucido recientemente con un atrevido color granate. Una placa confirma que ambas casas obedecen a una misma iniciativa: ESTAS DOS CASAS/ IZO FRANCISCO DE ARMENDARIZ I CATALI/ NA DE ASTIZ AÑO DE/ 1790. Por último, un caserón en mal estado cierra el casco urbano en la salida hacia Irurtzun. Repite las características hasta ahora descritas, y debió ser una casa de elegante porte. Ya Caro Baroja destacó que las casas de este lugar desarrollan versiones más o menos desarrolladas de un mismo modelo, muy común en la zona de Sakana y Arakil.

Hacia el norte, el caserío de Izurdiaga se prolonga con algunas casas, la mayoría de nueva factura, que nos llevan hasta el barrio de la estación y el cruce de la carretera con la vía del ferrocarril.

Ermitas

En septiembre de 1797 el obispo visitador Igual de Soria citaba la de San Julián, y manda que se cierre hasta que se adecente. También se sabe que existió otra bajo la advocación de San Donato, pero hoy las dos han desaparecido.

Parroquia de San Juan Bautista

Se trata de un edificio barroco, restaurado en fecha reciente. Consta de una planta de una sola nave, dividida en cinco tramos, de los cuales el primero sostiene la torre, y terminada en testero recto. A modo de transepto, una capilla se abre en el lado del Evangelio, mientras que en el lado opuesto se ubica la sacristía, y con ella se alinea el pórtico, que cobija la entrada del templo. Los muros son de sillería de tamaño reducido y corte algo irregular. Van perforados por un total de seis ventanas de formatos diferentes, que dan una adecuada iluminación al interior. A los pies de la nave se levanta un coro de madera. El templo se cubre con una bóveda de lunetos de raigambre barroca, con arcos fajones de medio punto que apean sobre ménsulas.

Al exterior llama la atención el volumen prismático de la torre, de sencillo diseño y con dos medios puntos para alojo de las campanas. También destaca el recio y pesado pórtico, abierto por dos arcos de medio punto que apean en un único pilar de sección cuadrada. La puerta es un sencillo arco de medio punto con la rosca muy moldurada.

El retablo mayor es neoclásico del siglo XVIII, y está bajo la advocación de San Juan. Consta de arquitectura con cuerpo de tres calles y ático con aletones. Se articula mediante dobles columnas corintias. Entre la imaginería, de diferentes épocas, destacaremos un San Juan, titular del retablo, que es barroco del XVII, así como una Virgen procedente de la ermita de Ilunbeta, obra probable del XVI, y un crucificado barroco.

En el lado del Evangelio llama la atención un Crucificado barroco del XVIII, y una Virgen del Rosario igualmente barroca.

En la sacristía se guardan otras tallas de un barroco popular y varias piezas de orfebrería.

Joseba ASIRON SAEZ (2007)