Kontzeptua

Harresiak (1982ko bertsioa)

Pamplona. Las famosas murallas romanas de la ciudad fueron destruidas por el ejército de Carlo Magno el año 778 poco antes de darse la batalla de Roncesvalles. En la edad media Pamplona poseyó un castillo que se calcula existía delante de la puerta de la Ciudadela y las calles de Moret y de Chinchilla. En él mandaba en 1423 D. Martín de Erritz y en 1466 era donado a D. Oger de Gurpide. Otro castillo, más moderno, aquel en que cayera herido San Ignacio de Loyola, tampoco ha dejado ningún vestigio. Se supone que la iglesia de los Jesuitas se erigió en el lugar que ocupaba. Se representa en un gran lienzo que posee la Compañía. De las fortalezas que dividían en barrios o burgos a Pamplona en la época de las luchas civiles de Pamplona, siglos XII y XIII, da detalles el poema de Anneliers. El barrio de la Navarrería había levantado cerca del burgo de San Cérnin una torre de gran resistencia y de mucho valor tanto ofensivo como defensivo; se llamaba la Torre Real y debió estar situada en las proximidades de la actual calle de San Saturnino, dominando parte de los muros del burgo y todo el chapitel. De ahí, el nombre de calle de Chapitela. Este chapitel era el mercado público, situado a ambos lados de la actual calle de Mercaderes, hasta Santa Cecilia. Otra torre importante era la de Santa Galea, entre el barrio de San Nicolás y el burgo de San Cérnin, seguramente, interrumpiendo la muralla que comenzaba en la esquina de la calle Mayor y seguía después hasta la Taconera. La muralla, circunvalando el burgo de San Cérnin, corría a la esquina de San Lorenzo, interrumpiéndose allí por una puerta almenada. Altadill, a quien seguimos, dice que probablemente estaría situada en la plaza de Recoletas, por donde continuaba el amurallado en el sentido de la calle de Santoandia y, formando ángulo recto en ese punto, proseguía en línea recta frente al Hospital Civil, donde se encontraba con otro tramo recto que arrancaba del comienzo de la calle Mayor. De suerte que el burgo de San Cérnin afectaba en su planta un trapecio, compuesto de tres lados rectos y el cuarto desarrollado en pronunciada curva. Con motivo de un derribo de una antigua casa quedó al descubierto un gran arco de piedra, muros de acceso, saeteras y escalera de piedra, que atestiguaban de una puerta de salida del burgo de San Cérnin al barrio de San Nicolás o por lo menos al foso. La puerta de la Bolsería era otra de las puertas de salida de San Cérnin donde comienza la calle Mayor. Annelier habla también de los recintos murados de los barrios de San Nicolás, San Miguel y la Navarrería. Con la conquista de Navarra en 1512 se convierte Pamplona en fortaleza fronteriza frente a Francia. Se inicia en proyecto y en hechos la unión de los barrios en un solo recinto amurallado bajo Austrias y Borbones. Antes de 1571 ya se ha trabajado constantemente construyendo el castillo y reparando las murallas. Dice Jimeno Jurio que se suceden los directores, los proyectos, las obras y las quejas de los pueblos que han de aportar personal, bestias carros y dinero. Cuando el emperador Carlos visita Pamplona en 1542 urge al municipio el cumplimiento del privilegio de la unión en la cláusula dispositiva sobre aplicación de rentas para reparos de las murallas. El duque de Alburquerque levanta los portales del Abrevador y de la Rochapea dejando constancia en sendos escudos de piedra. La empresa más colosal fue la construcción de la ciudadela. Sus creadores fueron el virrey y capitán general Vespasiano Gonzaga y Colona y el ingeniero Jacobo Palear, experto director en fortificaciones. Se inicia el 11 de julio de 1571. A los tres meses montó en ella la primera guardia la tropa venida del castillo. Con los años fue tomando cuerpo la enorme estrella pentagonal, con los cinco baluartes de Santiago, San Antón, Reina, Victoria y Real. Durante los siglos XVII y XVIII se suceden los virreyes, constructores e ingenieros directores. Surgen fosos, murallones escarpados, mediaslunas, baluartes en puntos estratégicos, glacis del sistema Vauban, portales con puentes levadizos. El duque de San Germán reconstruye en 1666 los de Taconera y San Nicolás. El derribo de gran parte de las murallas para el ensanche de Pamplona es obra de nuestros días. (Jimeno Jurio, J. M., Historia de Pamplona, Pamplona, 1974).