Kontzeptua

Harresiak (1982ko bertsioa)

Se han inventariado más de medio centenar de recintos defensivos, de amplias dimensiones, en Laburdi, Benabarra y Zuberoa. A falta aún de la correspondiente prospección arqueológica son de imprecisa datación y en algunos casos han sido utilizados en épocas muy diversas. Continuamente se efectúan nuevos hallazgos, con auxilio de la fotografía aérea, a cargo del general F. Gaudeul cuya ingente labor aparece recopilada en el Bulletin de la société des sciences lettres et arts de Bayonne y en el Bulletin du Musée Basque. Extraemos de éstos la siguiente información. Pertenecen a dos tipos fundamentales: recintos de parapetos y recintos de gradas. Los primeros se encuentran generalmente en cimas, forman cercos irregulares rodeados de terraplenes de tierra o muros de piedra de una altura que varia de uno a diez metros, normalmente precedidos de un foso más o menos ancho y profundo; los parapetos pueden ser discontinuos cuando la cumbre bordea por algún lado una pendiente abrupta difícilmente accesible que resulta suficiente defensa; cuando el recinto se halla en la extremidad de un espolón escarpado sólo está fortificado el cordón que lo une al exterior; pertenecen a este tipo los recintos de Elhigna (Armendarits), Mokoretta (Macaye), Gastelluzahar (Larceveau), Harribelza (Suhescun y Lantabat), Gastelu (Lecumberry) y Larrango (St. M. d'Arrossa y St. E. de Baigorry). Los recintos de gradas son más escasos; se encuentran generalmente alrededor de cumbres bastante escarpadas, que están ceñidas, totalmente o en la parte más accesible, por una o varias plataformas superpuestas, de algunos metros de ancho, talla das como escalones en el flanco del monte y a una altura sensiblemente constante; pertenecen a este tipo Abarratia (Isturits y Oregue), Mehalzu (Mauleon), Ursuya (Macaye), Gaztelu-zaharrea (Irissarry) y Gaztelugaine (Bustince Hiriberry). El destino de estos recintos, teniendo en cuenta la importancia de las obras defensivas que conllevan, es servir de refugio a los habitantes y sus rebaños en caso de aparición de invasores o bandas de saqueadores. F. Gaudeul, tras estudiar durante varios años estas obras, llega a las siguientes conclusiones que consideramos interesantes reproducir para vislumbrar la organización protohistórica del Pueblo Vasco: 1.°) la notable unidad de concepción que preside la instalación de estos recintos y que resulta sin duda a la vez de un instinto táctico muy seguro y de métodos idénticos de adaptación de la defensa al terreno; 2 °) la complejidad de las obras: alrededor del recinto cimero, que jugaba probablemente el papel de reducto, se descubre una gran variedad de obras avanzadas, que tenían sin duda como fin retardar la progresión del adversario, y mantenerlo el mayor tiempo posible fuera del alcance del reducto final, haciéndolo desistir; nos encontramos en presencia de conjuntos inteligentemente concebidos y ejecutados; 3.°) la existencia probable de una organización social poderosa: la realización y, puede ser, la coordinación de tales conjuntos exige una autoridad, individual o colegiada, para concebir y dirigir la construcción y eventualmente defenderla; asimismo exige una mano de obra relativamente abundante y que disponga de un utillaje adaptado a las construcciones y aterrazamientos, y efectivos numerosos para defender estructuras de varios cientos de metros de desarrollo en las que seria preciso pelear codo con codo y en varias filas; finalmente, y sobre todo, exige una voluntad colectiva de resistir a todo invasor.

En Guipúzcoa tenemos el castro de Auza Gaztelu (Zaldivia-Abalcisqueta) y el de Intxur (Tolosa-Albiztur); este último (en documentos antiguos Irunchur) fue excavado bajo la dirección de José Miguel de Barandiarán entre 1957 y 1959; se trata de un campo fortificado para defensa de la población indígena y fechable, por comparación de otros similares de la península, en el siglo IV antes de J.C.; sus paralelos más próximos están en Maruelexa (Navárniz, Vizc.) y Eskantzune (Idaux, Zub.). En Alava caben señalar el castro de Henayo (Alegría), el de Berbeia (Barrio), el de Peñas de Oro (Valle de Zuya) y el Pico de S. Pedro (Vill. de Valdegobia). En Navarra, Santo Tomás (Echauri).