Konposatzaileak

Gal Gaínza, Apolinar

El prestigio de la Banda de Irun fue en aumento hasta el punto que un grupo de 181 vecinos se dirigen al Ayuntamiento el 5 de julio de 1897 en solicitud de un mayor número de conciertos. El mencionado grupo de vecinos iruneses observa tres ventajas principales: el logro de un mayor "ornato y aspecto público y para la distracción de las gentes", ventajas para el erario municipal y, en tercer lugar, la "mejora reveladora del buen gusto" del vecindario. Entre las razones que aducen para lograr sus objetivos de una mayor implicación de la Banda en la vida cultural irunesa citan los peticionarios las siguientes:

  1. La utilidad pública de esta medida puesto que la humanidad necesita "descanso y alivio de las cotidianas tareas" así como un "incentivo que anime a las gentes a salir de sus hogares y recrear sus espíritus".
  2. El estímulo de las relaciones sociales, logrando de esta forma un "pueblo unido y afectuoso".
  3. El fomento del turismo procurando un mayor número de distracciones gracias a las actuaciones de la Banda.

Una vez consultado el Director de la Banda, los 181 vecinos afirman que la Banda sólo ha puesto como condición el pago de 45 pesetas por sesión, en cada una de las cuales intervendría un número mínimo de 30 ejecutantes y se interpretarían seis piezas que ocuparían aproximadamente dos horas. El Ayuntamiento fue sensible a las preocupaciones culturales y musicales de este grupo de vecinos y accedió a sus peticiones encargando a la Comisión de Festejos "se pusiera en inteligencia con el Director de la Banda de Música para la ejecución de este acuerdo y que del capitulo de "Imprevisto" del presupuesto ordinario se destinase la cantidad necesaria para esta actuación".

Otra iniciativa popular data de febrero de 1899 y el grupo de vecinos volvía a insistir en la necesidad de apoyar económicamente la creación de una Banda de Música oficial, con el fin de satisfacer una de las "necesidades mas perentorias" que está demandando Irun desde que Figuerido fue destituido al frente de la Banda Municipal en 1887. Ante esta nueva iniciativa por parte de un grupo de ciudadanos iruneses, el Ayuntamiento, antes de tomar una decisión definitiva sobre la creación de una Banda municipal, decide estudiar los antecedentes y el número de instrumentos disponibles.

Sin embargo comienza a percibirse en las discusiones del equipo de gobierno municipal, que se están creando las condiciones favorables para refundar una Banda del municipio, objetivo que se concretará en junio de 1901: es ahora cuando comienzan a sentarse las bases de dicha refundación. Efectivamente, una semana después se presenta en la sesión municipal qué instrumentos se han prestado para poder recuperarlos, llegándose además a la conclusión de que la actual situación supone una desventaja para el Consistorio pues no puede recurrir a la Banda de Anastasio Pérez para acompañar las celebraciones religiosas o civiles si no es previo pago, por lo que se acuerda un apoyo limitado a dicha Banda (AMI: Acta de 11-2-1899, vol. 126, fol. 250r).

Los instrumentos de propiedad municipal vuelven a ser prestados a la Banda privada de Anastasio Pérez con motivo de la celebración de la Semana Santa de 1899, como ha venido sucediéndose en los últimos años. Aunque se aplazó la decisión de crear una Banda municipal, en agosto de 1899 se planteó nuevamente la posibilidad de que la Banda de Anastasio Pérez (a la que se refiere en las actas como "la Música") oferte una temporada regular de conciertos, en especial durante la época estival, a cambio de una remuneración de cincuenta pesetas por sesión. Sin embargo, dos semanas después de adoptado el acuerdo de las actuaciones semanales, se discute qué organismo municipal debe asumir el coste, así como el lugar adecuado de emplazamiento. Tras un intenso intercambio de opiniones, el Alcalde se inclina por el Paseo de Colón y que la Comisión de Festejos sea la encargada de pagar a los músicos, propuesta que finalmente es adoptada. Al poco tiempo vuelve a discutirse sobre los mismos temas y el debate llega al punto álgido de suspender "la Música" por el desacuerdo entre los miembros del equipo municipal. Finalmente se descarta esta medida drástica y se opta por la alternancia en cuanto al lugar de celebración de las actuaciones de la Banda. Nuevamente volvió a discutirse el 11 de octubre de 1899 si la Banda había cumplido sus compromisos y, ante las dudas suscitadas se acuerda la suspensión de "la Música" hasta que Anastasio Pérez presente una cuenta detallada de gastos: el Ayuntamiento conoció una semana después el contenido de la factura de la Banda de Anastasio Pérez, que se elevaba a la cantidad de 550 pesetas. Finalmente, el Ayuntamiento aceptó abonar los honorarios de la Banda de Anastasio Pérez, en los términos que éste había presentado al Ayuntamiento:No habiendo fructificado las propuestas vecinales solicitando del municipio la creación de una nueva Banda, se arbitra una nueva iniciativa popular que alude al poco éxito que peticiones semejantes han cosechado de los diferentes equipos municipales en el pasado. Se argumenta que hace ya 12 años que Irun no disfruta de una Banda Municipal en toda regla a pesar de haber contado con una de las "mejores Músicas de aficionados" a nivel provincial y nacional (recuérdese al respecto el gran éxito alcanzado en el Concurso Internacional de San Sebastián en 1886) y que no puede denominarse "Banda" a las agrupaciones privadas que no alcanzan el debido nivel. Es por ello que en algunas ocasiones se ha tenido que recurrir a la contratación de Bandas foráneas para que solemnizaran determinadas festividades, lo cual constituye, en opinión de los firmantes, "un acto de humillación y vergüenza". Finalmente, debido a las diferentes opiniones expresadas, se aplazó la decisión de crear una Banda oficial en Irun, aunque era evidente que, ante el clamor popular, el Consistorio no podía obviar un asunto tan sensible para la población irunesa.

En una nueva sesión municipal, celebrada el 13 de diciembre de 1899, el Concejal Iruretagoyena, quien se había mostrado beligerante en relación a la Banda de Anastasio Pérez, vuelve a la carga insistiendo en las pocas ventajas que tiene para el Ayuntamiento el sostenimiento de una Banda privada. Propone asimismo que se recojan los instrumentos de propiedad municipal y que sólo se presten bajo determinadas condiciones, como el carácter público y gratuito de la actuación. Para el caso de actuaciones en las que exista "lucro de los músicos" (se hace una excepción con el concierto que iba a ofrecer próximamente el violinista César Figuerido, hijo del último Director de la Banda oficial de Irun, Manuel Figuerido), debe estudiarse cada caso concreto. Todas estas condiciones son aprobadas finalmente.

Con el advenimiento del nuevo siglo, la cuestión planteada por un grupo de vecinos el 6 de diciembre de 1899 en pro de la fundación de una 14 de febrero de 1900. La presión ciudadana para crear una Banda de iniciativa municipal no cesa: en este caso es un grupo de antiguos miembros de las anteriores Bandas oficiales el que solicita el 7 de marzo de 1900 que la plaza de Director de la futura Banda Municipal sea adjudicada mediante concurso oposición. Todavía, en marzo de 1900 se rechazaba la posibilidad de crear una Banda municipal argumentando que no existen músicos "en número suficiente", pero se adopta el acuerdo de crear una nueva "Academia Municipal de Música" que sienta las bases para el apoyo municipal a los esfuerzos en pro de una Banda de música oficial. Efectivamente, el interés ciudadano y de la mayoría del Ayuntamiento de Irun desembocaron en la creación de la Banda Municipal de Irun, formada por alumnos de la Academia y antiguos miembros de las Bandas anteriores, según acuerdo municipal del 12 de junio de 1901, siendo designados Regino Ariz como Director y Anastasio Pérez como Subdirector.