Nuevamente en rebeldía. En el año 1706, durante la guerra de Sucesión, que trajo el advenimiento de los Borbones, el rey pidió tropas al Reino de Navarra. A Falces se le ordenó que debía poner 120 hombres armados en Tudela, según refiere Idoate en Rincones... [t. I, pp. 120-1221. Pero los falcesinos no obedecieron y fue enviado el comisario Santa Cruz con un compañero para someter a los rebeldes. Estos enviados fueron agredidos por el padre de uno de los alistados, muriendo uno de ellos a causa de las heridas recibidas. Al tratar las autoridades municipales de reunir en el Ayuntamiento a los enrolados, éstos se resistieron, teniendo que poner guardias armados para vigilarlos. Para juzgar a los sediciosos, el virrey designó un juez especial. Este condenó a tres de ellos a seis años de presidio en Africa, y a un cuarto, a dos años de destierro. Además, estaba siendo juzgado el asesino, Miguel Cortés. La Diputación intervino, pretendiendo que el delito no era de jurisdicción militar. No obstante fue desestimada su apelación.