Sailkatu gabe

DECLINACIÓN (ADICIONES FONÉTICAS)

Leyes: 16ª a 20ª.
Ley decimosexta. La segunda vocal de los diptongos ai, ei, oi, au, eu se considera, por lo general, como consonante para los efectos de la epéntesis vocálica; es decir, que vocablos como mai mesa, dei llamamiento, loi lodo, gau noche... (y hay muy pocos más que se puedan citar) están comprendidos en las leyes 5.ª, 6.ª... hasta la 12.ª·inclusive. De mai forman casi todos los dialectos mayean, mayekoa, mayetik, mayera; como de gau todos ellos sin excepción sacan gauean (gabean), gauekoa (gabekoa), gauetik (gabetik), gauera (gabera). En B y algunas localidades limítrofes del G la i de los citados diptongos no se considera como consonante, sino que en vez de los vocablos supradichos se usan maian, maira, maikoa, maitik. Respecto de los ejemplos de la u, además de los citados, se oyen también en algunas comarcas bizkainas gaubean, gaubekoa, gaubetik, gaubera y gaubon por gauon o gabon buenas noches, y gaubaz por gauaz o gauez de noche. La ley decimoquinta no se observa hoy por lo general en los dialectos orientales. Vocablos como Burgosekoa, Irunekoa, Eibarretik que tanto y tan justamente nos disuenan a nosotros, suenan tan bien allí que Ithurry en su Grammaire basque (dialecte labourdin) dice que, al pronunciar un hombre local forastero terminado por una consonante, los vascos le añaden una e final. Ex.: Portugal, Portugale; Paris, Parise; Londres, Londrese; Lyon, Lyone. Podría haber añadido que los vascos (los de aquella noble región) convierten el diptongo final au de un nombre local en abe, como por ejemplo Pau en Pabe, por lo menos en la declinación: Pabetik, Pabera. 2.° que esta costumbre de introducir la vocal epentética e en tales vocablos debe de ser moderna aun entre ellos, pues Axular, de Tours hizo Turs, no Turse, en la dedicatoria de su obra a Ene Iaun Bertrand de Echaus Tursko arzipizpiku... etc.; Joanes d'Etcheberry en sus obras, publicadas por nuestro caro compañero Urquijo, dice Athenasko de Athenas (74-28), Azkaina a Azkain (79-25), Izturiztik de Izturitz (79-27) e Izturitza a Izturitz (79-28) y no Athenaseko, Azkainera, Izturitzetik, Izturitzera afortunadamente. Pierre d'Urte, a principios del siglo XVIII, decia Uztarizko (528-8), Londresko (533-12), Parisa a París y Paristik de París (61-18), y no Uztaritzeko, Landreseko, Parisera ni Parisetik. Dice también que todos los nombres propios de lugares terminan en vascuence (en el de allí quiere decir) por una vocal: Uztaritze, Hazparne... Mondáraine. Creo que no sea cierto esto fuera de la declinación. Que en la declinación no lo sea nos lo han probado ya Axular y el doctor de Sara. Azkain, Donibane, Lohitzun, Uztaritz, Larun, Izturitz... etc., fuera de la declinación los dicen así sin la epentética e. Harto más perjudicial al idioma que la en parte errónea apreciación del sacerdote Ithurry ha sido ésta del malogrado y profundo tratadista vasco Arana-Goiri. En su calendario lenengo egutegi bizkatara de 1898, estampó entre otros muchos vocablos éstos en que falta la vocal epentética: itz batan por en una palabra (26 febrero), surran en la nariz (26 enero), erotasunan en la locura (31 enero), eskertik por eskerretik desde la izquierda (28 abril), gurutzan en la cruz (18 marzo)... etc. Arana-Goiri (para quien en conferencia pública tuve el honor de pedir una estatua por haber proporcionado sólo él a nuestra lengua, por lo menos dentro de Euskaleria más lectores y escritores que todos los demás vascólogos juntos) a pesar de su talento, por no haber dispuesto de tiempo suficiente ni de los necesarios elementos para conocer extensamente la lengua, erró en la apreciación de esta epentética de nuestra declinación. La excluyó, como se ha visto, de donde no debiera y en cambio la incluyó en algunos vocablos que en el caso pasivo la rechazan. De larunbatean en el sábado, larunbatetik "desde el sábado" dedujo que el vocablo correspondiente a sábado es larunbatea y todavía en el diario Euzkadi en lugar bien visible se lee cada semana larunbatea sábado. Cita asimismo estos otros vocablos con una e que no es suya, por lo menos en ese caso paciente: bildurrea el, unea el tuétano, bazterea el rincón y seiñea el niño. ¡Lástima no haya alcanzado estos años de Academia! Así como ya en vida a un amigo suyo íntimo, que me lo ha referido, confesó haberse equivocado en sostener que es euzkera y no euskera el nombre indígena de nuestra lengua; así en más de una de sus opiniones se hubiera agregado al sentir de los demás, como en más de una de las nuestras nos hemos rendido todos los demás individuos de la Academia. Escribió él, contra la tradición unánime de los escritores y contra la pronunciación popular, gaste, gusti, sazpi, aizkide. De haber vivido algunos años más, al decirle todos sus compañeros que en todos los dialectos vascos, incluso el B (allí donde se distinguen la z y s), esos vocablos se pronuncian sin excepción gazte joven, zazpi siete, guzti todo y adiskide amigo, como su tenacidad ejemplar no llegaba a la terquedad, habría escrito hoy seguramente, como todos los demás, gazte, guzti, zazpi y adiskide. Algunos de sus discípulos dicen todavía que ellos no reconocen otra autoridad que la de su Maestro, reproduciendo en pleno siglo XX y tratándose de una Ciencia fundada exclusivamente en hechos el viejo aforismo Magister dixit. Verdad es que han abandonado no pocas de sus apreciaciones y maneras de construir, pues rarísimos serán ya los que, creyendo como su Maestro que en dialecto B a + a es siempre ea (no lo es en el caso inesivo gona + an en la saya, ni en el pasivo plural gona + ak las sayas) escriban como él escribió udean (5 mayo) por udan en el verano, ormean (prólogo) por orman en la pared; gaur integristeak (por integristak) diran euzkeldunak len karlisteak (por karlistak) ba-ziran ( 17 octubre) los vascos que hoy son integristas eran antes carlistas. Varios de ellos han abandonado el uso, tradicional entre la gran mayoría de escritores vascos, seguido por su Maestro y el que estas líneas escribe, de la negación en el verbo conjugado. No escriben como Arana-Goiri en dicho calendario eztodalako nik ibili gura (prólogo) porque no quiero yo andar, eztakije (8 enero) no lo saben, enaz atsedengo (24 febrero) no descansaré, olantxe ezpa-dodaz autortzen (Ibid) si no los confieso de esa misma manera, elegijan (19 mayo) no podía, enagixu ukutu (12 abril) no me toquéis, neu enaz ixutuko (4 abril) yo no me espantaré... sino ez dodalako, ez dakije, ez naz, ez badodaz, ez begijan, ez nagixu, ez naz ixutuko. En cuanto a la construcción gramatical, por más que el vascólogo de Abando tejía habitualmente bien las palabras, sin embargo, aun fuera de casos de negación, solía con alguna frecuencia intercalar vocablos entre el verbo infinitivo y el auxiliar, contra el espíritu de la lengua. Sus discípulos (en lo cual merecen plácemes) no le imitan en escribir frases como estas: orduban berakin untzau (sic) lapur bi ebezan entonces clavaron con él a dos ladrones (8 abril), emon bere arime edo gogua eban entonces entregó su alma (8 abril bis), eruan Jauna da ilobitik eta eztakigu nun ezarri eteda ha sido llevado del sepulcro el Señor y no sabemos dónde ha sido puesto (10 abril), zeuk eruan emetik badozu si vos le habéis llevado de aquí (11 abril). Tampoco harían uso de locuciones como alkarretik por alkarregandik (28 junio) y zeu, zinetsi dozun zeu, por zeu, zinetsi dozun ori vos, que habéis creído (2 julio). Cito estas imperfectas locuciones con el único objeto de mostrar que sus discípulos al decir "no reconocemos otra autoridad que la del Maestro" quieren en suma dar a entender que no reconocen otra autoridad que la suya propia, la de ellos; pues cuando les parece bien o mal le dejan o le siguen, y seguirle de esta manera es seguirse a sí mismos. Estudiada ya la epéntesis de la vocal e ante las desinencias, resta por exponerla ante los infijos semánticos dan, gan, ta y za. Pero por evitar repeticiones y la difusión de una materia de suyo muy extensa, parece preferible hacer esa exposición brevemente al fin del estudio que se haga de cada uno de esos elementos. La segunda epentética de la declinación es la consonante r que se intercala entre la vocal final del tema y las desinencias de los casos dativo, posesivo, destinativo y los cuatro directivos (3.°, 4.°, 5.°, 9.°, 10.°, 11.° y 12.° del Paradigma). Y es tan usual la r en estos casos y estamos casi todos los vascos tan familiarizados con ella, que para muchos de hecho ha pasado a ser elemento orgánico con el dativo y en los cuatro directivos, oyéndose tal vez más Agustineri, sei gizoneri, bateri, oneri e Irunera (por no citar cien otros ejemplos) que Agustini, sei gizoni, bati, oni e Iruna. Tan adherido está sobre todo a los directivos, que para cerciorarse uno de estos afijos declinativos son a, antz, agino y ako y no ra, rantz, ragino y rako se hace preciso verlos acompañados del sufijo gan de vocablos de seres animados Aita gan-a, Aita-gan-antz, Aita-gan-agiño y Aita-gan-ako.

Ley decimoséptima. Gu + i = Guri a nosotros, Aita + i = Aitari al padre. Si se dice gurasoai a los padres, jaunoi a vosotros, señores, no es que estos vocablos estén fuera de la ley, sino que más que choques de gurasoa + i y jauno + i son de gurasoak + i y jaunok + i, elidiéndose en todos los dialectos y casi en todas las comarcas el elemento pluralizador k.

Ley decimoctava. Aita + en = Aitaren del padre, idia + en = idiaren del buey. No se expondrán aquí sino en lugar de antemano designado (& 499) las variantes de éste y de los demás casos declinativos, como Aitaan, Aitain, Aiten... etc.

Ley decimonovena. Aita + entzat = aitarentzat para el padre, idia + entzat = idiarentzat para el buey. Idiak + entzat fuera de algunos pueblos del AN septent, es idientzat. Zein zaldi + entzat = zein zaldirentzat para qué caballo?

Ley vigésima. Zubi + a (antz, agino, ako) = zubira al puente, zubirantz hacia el puente, zubiragino hasta el puente, zubirako para el puente. También se intercala la epentética r entre el infijo semántico ta y estas cuatro desinencias. Zein zubitara a qué puente? Lau zubitarako para cuatro puentes... etc. Fenómeno curioso de algunas comarcas bizkainas, tales como Mondragón, Mundaka y el duranguesado, es el uso de las epentéticas determinativas dx y x, en vez de la expuesta r, entre la i final de un nombre propio o apodo y las desinencias del posesivo y destinativo en y entzat: Prantzidxena y Luzidxenak por Prantzirena y Luzirenak lo de Francisco y los de Lucía, Erastidxentzat por Erastirentzat para Erasti y Goñixenera por Goñirenera a casa de Goñi. Es verdad que los fonetismos particulares (epéntesis de x, dx e y) entre una i final y el artículo: zurixa, zuridxa, zuriya en lugar de zuria lo blanco y zurixak, zuridxak, zuriyak por zuriak los blancos; es verdad que tales fonetismos se conservan ante los casos antes citados posesivo y destinativo, aun elidido el artículo. En vez de gorri + a + ren + a se oye gorrixaana (Bm) gorriyarena (G-t) gorridxena (B-l) y en plural por gorri + ak + en + a gorrixena, gorridxena y gorriyena como también gorridxentzat... en lugar de gori + ak + entzat. Los morfemas Prantzidxena, Luzidxenak, Erastidxentzat y Goñixenera antes citados, se originan por contagio de esas otras epéntesis determinativas. "Lo de los dos" en vez de biakena decimos, según las tendencias de cada comarca, bixena, bidxena y biyena, para los dos bixentzat, bidxentzat y biyentzat en lugar de biakentzat de orillas del Bidasoa. Para que la lengua pletórica de viditas y anémica de vida no muera, sería muy recomendable decir siempre biena y bientzat, matando conscientemente fonetismos particulares. Por lo demás, cuando no hay tal elisión de articulo plural, es decir, si queremos expresar no "de los dos, para los dos" sino "de dos, para dos" nos valemos exclusivamente de la epentética r: birena, birentzat en vez de biena y bientzat.