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DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE

Declaración de los derechos del hombre. Sin traer por ahora el recuerdo de los derechos de las Edades Antigua y Medieval y, aun Moderna, es de destacar que la Asamblea Nacional Constituyente de Francia proclamó los Derechos del Hombre en su sesión del 26 de agosto de 1789, sin distinción de raza, nacionalidad ni religión. En sus diecisiete artículos establecía las condiciones innatas de igualdad y de libertad; la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión; el principio de que la soberanía reside en la nación; la libertad, que consiste en poder hacer todo aquello que no dañe a otro; que las leyes se limiten a impedir todo aquello que causa perjuicio a la sociedad; la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y el acceso a las funciones sin otra discriminación que el mérito y valor personal; el que nadie pueda ser arrestado ni detenido sino conforme a la ley; prohibición de la retroactividad de las leyes; que todo hombre es inocente mientras no se pruebe lo contrario; que nadie pueda ser molestado por sus opiniones incluidas las religiosas; la libertad de hablar, escribir e imprimir en tanto no se abuse de dicha atribución; que las fuerzas se hallen al servicio de los ciudadanos; reparto equitativo de los impuestos según las posibilidades; control ciudadano de los impuestos; que todo agente público sea responsable ante la sociedad; separación de los poderes públicos por ley; inviolabilidad de la propiedad salvo declaración de utilidad pública y con una justa indemnización. En 1898, Ludovic Trarieux fundó la Liga de los Derechos del Hombre, con el fin de defender en todo el mundo los derechos de la persona humana. Después de muerto su fundador tomó matiz político con Pressensé (1904-1914), en plan de laico, pacifista y demócrata. Estuvo sucesivamente bajo control de los radicales y socialistas franceses; posteriormente y desde 1945, toma un matiz más marcadamente comunista. Su unión a la masonería le indispuso con los obispos franceses. Después de vaivenes ideológicos diversos llegó a condenar tanto a los invasores de Corea del Sur, a los norteamericanos por su intervención militar y en 1953 reprobó la invasión soviética de Hungría, lo que le valió cierta independencia humanística.