Literatoak

Corpas Mauleón, Juan Ramón

Inicia esta producción con el libro Poemas (Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra (C.A.N.), 1976), al que sigue Ardilla de mis sueños, poemario incluido en Tres poetas navarros (Zaragoza, Ed. Sansueña, 1980), junto a F.J. Irazoki y Angel de Miguel. Son estos primeros versos -a decir de Ángel Raimundo Fernández- de ritmo sosegado, casi salmódico; hallan sus fuentes en Becquer, Juan Ramón o Pedro Salinas, y hacen una apelación constante a los elementos naturales para ensalzar el amor (A.R. Fernández, 2002). En 1982 publica Monosílabos de amor y agua (Pamplona, Caja de Ahorros Municipal, 1982), premio Arga de poesía 1982, de versos esenciales y de aire popular; y en 1986 se edita Planetario y humano (Lizarra, edición del autor, 1986, Imp. Gráf. Lizarra; y Ferrol, Sociedad de Cultura Valle-Inclán, 1986), Accésit del V Premio Esquio de Poesía, dedicado a Irene, su mujer, y al que distingue " el tema del amor, los motivos de agua y el sueño, así como la tendencia a la poesía breve en algunos textos, la total ausencia de rima, las imágenes de origen rural y la delicadeza en el decir... "(Tomás Yerro, 1990). En esta obra se amplían claramente sus preocupaciones intelectuales y se alargan los poemas, que adquieren también un tono más meditativo.

Le sigue el poemario Diván del daño y de la llama (Premio Oliver Belmas 1988. Murcia, Editora Regional, 1990 y Barcelona, Ed. Thalasos, Col. Poesía. P.P.U., 1991), en la que se advierten de nuevo diferentes preocupaciones temáticas, desde la paternidad a la dicotomía amor/desamor o las meditaciones de índole existencial. Son los suyos mensajes de iniciación espiritual, casi místicos. Su núcleo matriz -dirá Yerro- se nutre "en logrado sincretismo de tres corrientes culturales místicas: la Alquimia (Cristianismo), la Cábala (Judaísmo) y el Sufismo (Islam), a las que añade no pocas referencias y alusiones esotéricas y masónicas. Corpas se sirve de estas fuentes, casi todas ellas inscritas en la tradición cultural hispánica medieval, por partida doble: de un lado, erige en protagonistas de varios poemas a personajes míticos orientales provenientes de tales herencias; de otro, utiliza textos sagrados de dichos credos religiosos en un sugestivo procedimiento de intertextualidad" (Tomás Yerro, 1991). A.R. Fernández añadirá que Corpas se sirve de la alquimia y el ocultismo para hablar de la soledad y el paso del tiempo, el olvido y el desaliento (A.R. Fernández, 2002). El léxico se ha enriquecido enormemente volviéndose a veces impenetrable, y se puebla de arabismos, paralelismos y anáforas. A juicio de Charo Fuentes y Tomás Yerro, destaca la preocupación amorosa, la desazón existencial por el paso del tiempo, la amistad, la naturaleza y el sueño o la curiosidad histórica por los temas medievales. Se advierte además mayor refinamiento y exquisitez, y la preferencia por pocos pero muy musicales versos, al estilo de los "jaikus" japoneses o de las composiciones cordobesas y judías medievales de cuyas lecturas se nutre el autor (Ben Guzmán, Ibn al-Jatib, Jehuda há-Leví...). Su voz es un murmullo bien trabajado, hondo, cálido y vibrante (Fuentes y Yerro, 1988).

Corpas ha sido incluido en varias antologías poéticas, ha participado en múltiples programas de difusión de la poesía, en jurados de premios locales, regionales y nacionales, en recitales individuales y colectivos, así como en numerosas experiencias docentes.