El entramado urbanístico de Cárcar se ubica sobre una prolongada pendiente dispuesto de forma longitudinal. La población aparece presidida por la parroquia de San Miguel y los restos de la ermita de Santa Bárbara. En torno a la plaza de los Fueros se localizan los edificios de orden civil de mayor importancia.
Ayuntamiento. Se trata de una construcción barroca del siglo XVIII con fachada de tres cuerpos de diferente factura. Destacan la estructura formal del cuerpo inferior y del central, logradas mediante una serie de arcos ciegos entre pilastras. El cuerpo superior aparece decorado con un gran escudo municipal, rococó, de la segunda mitad del siglo XVIII. El resto de construcciones civiles responden a una estructura en ladrillo de dos cuerpos y ático, en los que se distribuyen ventanas adinteladas. En la parte inferior se abre la puerta de ingreso adintelada que normalmente aparece descentrada, mientras que en el superior se suceden balcones adintelados. En los números 29 y 43 de la calle Mayor se localizan sendos edificios del siglo XVIII que responden a esta tipología. Numerosas viviendas repartidas entre la plaza de los Fueros y la calle Mayor aparecen decoradas con escudos barrocos del siglo XVIII.
Iglesia de San Miguel. Se trata de una construcción de estilo gótico renacentista de la segunda mitad del siglo XVI que sufrió importantes reformas en el XVIII. Presenta una planta de cruz latina con nave única dividida en cuatro tramos. Todo los tramos tienen adosadas sendas capillas laterales, destacando las del último, en funciones de crucero. La cabecera es pentagonal. El alzado se logra mediante arcos formeros y fajones de sección apuntada cuyo peso es soportado por diferentes ménsulas platerescas. La cubierta de los tramos de la nave se soluciona mediante bóvedas estrelladas de diferente sección. Sobre la cabecera se dispone una bóveda gallonada.
Externamente se presenta como una robusta construcción horizontal de ladrillo de la que sobresale la torre del siglo XVIII situada en el muro de la Epístola. En la estructura exterior se aprecian diferente motivos formales renacentistas. Destaca la primitiva portada de ingreso renacentista, de medio punto entre pilastras. En los laterales de la misma aparecen medias columnas con capiteles platerescos decorados con querubines. Al lado de esta portada se abre un arco de ingreso de medio punto, que aparece resguardado por un sencillo pórtico de ladrillo. La ventana de este portada presenta una rica decoración consistente en motivos de niños y querubines.
Retablo mayor. Dedicado al titular de la parroquia, representa uno de los mejores ejemplos navarros de estilo churrigueresco. Su traza data del siglo XVIII y en la misma, amén de la influencia de José Benito de Churriguera se aprecia el formalismo estilista de Juan Angel Nagusia. Sobre un banco muy decorado con motivos vegetales se alza un solo cuerpo dividido en tres calles articuladas en torno a columnas salomónicas. Sobre la cornisa del retablo se alza un cascarón decorado con querubines y motivos vegetales. En las hornacinas del retablo se alojan diferentes tallas barrocas deslucidas por los masivos motivo de rocalla que aparecen continuamente por la estructura del retablo. En el lado de la Epístola se sitúa una importante pieza de 1600 realizada por Bernabé Imberto. De traza manierista, el retablo de la Virgen del Rosario, presenta dos cuerpos de tres calles que se articulan mediante columnas jónicas entorchadas y machones. En las hornacinas de este retablo aparecen relieves y tallas de estilo hispano-flamenco de finales del siglo XVI. En el lado del Evangelio se sitúa un retablo del mismo periodo y traza simétrica dedicado a Santa Catalina, debida a Martín de Morgota. Un último retablo del siglo XVII lo constituye la obra romanista dedicada a la Sagrada Familia. Completan el inventario varias obras del siglo XVIII de estilo barroco y rococó dedicadas a la Virgen del Carmen, el Corazón de Jesús y a los Desposorios. Una pieza singular en la parroquia es el coro alto de estilo rococó realizado en la según mitad del siglo XVIII. En la tribuna del coro se encuentra un órgano rococó del siglo XVIII.
En la sacristía, aparte de diversas imágenes del siglo XVII, se localiza una importante colección de orfebrería con piezas de los siglos XVII al XIX. Entre las mismas sobresalen un ostensorio de plata del siglo XVII y una cruz de altar del siglo XVIII realizada en el mismo material.
Ermita de Santa Bárbara. Se localiza en la zona más elevada de la localidad. De la misma se conservan parte de los muros de ladrillo que configuraban su estructura rectangular. La imagen de su titular se conserva en un retablo de la parroquia de San Miguel.
Ermita de Nuestra Señora de Gracia. Se trata de una construcción barroca del siglo XVII que presenta planta de cruz latina con nave de tres tramos, crucero y cabecera rectangular. Los tramos de la nave se cubren con bóvedas de medio cañón con lunetos, mientras que sobre el crucero se alza una bóveda de medio cañón sobre pechinas. Externamente se presenta como una sobria construcción horizontal de ladrillo. Destaca la portada de ingreso con dos cuerpos de ladrillo en los que se distribuyen dos grandes arcos de medio punto. El interior aparece presidido por el retablo mayor del siglo XVIII, en cuya hornacina central se alojaba una talla gótica del siglo XIV de la Virgen del Regadío.
Fernando GARCÍA NIETO
Ayuntamiento. Se trata de una construcción barroca del siglo XVIII con fachada de tres cuerpos de diferente factura. Destacan la estructura formal del cuerpo inferior y del central, logradas mediante una serie de arcos ciegos entre pilastras. El cuerpo superior aparece decorado con un gran escudo municipal, rococó, de la segunda mitad del siglo XVIII. El resto de construcciones civiles responden a una estructura en ladrillo de dos cuerpos y ático, en los que se distribuyen ventanas adinteladas. En la parte inferior se abre la puerta de ingreso adintelada que normalmente aparece descentrada, mientras que en el superior se suceden balcones adintelados. En los números 29 y 43 de la calle Mayor se localizan sendos edificios del siglo XVIII que responden a esta tipología. Numerosas viviendas repartidas entre la plaza de los Fueros y la calle Mayor aparecen decoradas con escudos barrocos del siglo XVIII.
Iglesia de San Miguel. Se trata de una construcción de estilo gótico renacentista de la segunda mitad del siglo XVI que sufrió importantes reformas en el XVIII. Presenta una planta de cruz latina con nave única dividida en cuatro tramos. Todo los tramos tienen adosadas sendas capillas laterales, destacando las del último, en funciones de crucero. La cabecera es pentagonal. El alzado se logra mediante arcos formeros y fajones de sección apuntada cuyo peso es soportado por diferentes ménsulas platerescas. La cubierta de los tramos de la nave se soluciona mediante bóvedas estrelladas de diferente sección. Sobre la cabecera se dispone una bóveda gallonada.
Externamente se presenta como una robusta construcción horizontal de ladrillo de la que sobresale la torre del siglo XVIII situada en el muro de la Epístola. En la estructura exterior se aprecian diferente motivos formales renacentistas. Destaca la primitiva portada de ingreso renacentista, de medio punto entre pilastras. En los laterales de la misma aparecen medias columnas con capiteles platerescos decorados con querubines. Al lado de esta portada se abre un arco de ingreso de medio punto, que aparece resguardado por un sencillo pórtico de ladrillo. La ventana de este portada presenta una rica decoración consistente en motivos de niños y querubines.
Retablo mayor. Dedicado al titular de la parroquia, representa uno de los mejores ejemplos navarros de estilo churrigueresco. Su traza data del siglo XVIII y en la misma, amén de la influencia de José Benito de Churriguera se aprecia el formalismo estilista de Juan Angel Nagusia. Sobre un banco muy decorado con motivos vegetales se alza un solo cuerpo dividido en tres calles articuladas en torno a columnas salomónicas. Sobre la cornisa del retablo se alza un cascarón decorado con querubines y motivos vegetales. En las hornacinas del retablo se alojan diferentes tallas barrocas deslucidas por los masivos motivo de rocalla que aparecen continuamente por la estructura del retablo. En el lado de la Epístola se sitúa una importante pieza de 1600 realizada por Bernabé Imberto. De traza manierista, el retablo de la Virgen del Rosario, presenta dos cuerpos de tres calles que se articulan mediante columnas jónicas entorchadas y machones. En las hornacinas de este retablo aparecen relieves y tallas de estilo hispano-flamenco de finales del siglo XVI. En el lado del Evangelio se sitúa un retablo del mismo periodo y traza simétrica dedicado a Santa Catalina, debida a Martín de Morgota. Un último retablo del siglo XVII lo constituye la obra romanista dedicada a la Sagrada Familia. Completan el inventario varias obras del siglo XVIII de estilo barroco y rococó dedicadas a la Virgen del Carmen, el Corazón de Jesús y a los Desposorios. Una pieza singular en la parroquia es el coro alto de estilo rococó realizado en la según mitad del siglo XVIII. En la tribuna del coro se encuentra un órgano rococó del siglo XVIII.
En la sacristía, aparte de diversas imágenes del siglo XVII, se localiza una importante colección de orfebrería con piezas de los siglos XVII al XIX. Entre las mismas sobresalen un ostensorio de plata del siglo XVII y una cruz de altar del siglo XVIII realizada en el mismo material.
Ermita de Santa Bárbara. Se localiza en la zona más elevada de la localidad. De la misma se conservan parte de los muros de ladrillo que configuraban su estructura rectangular. La imagen de su titular se conserva en un retablo de la parroquia de San Miguel.
Ermita de Nuestra Señora de Gracia. Se trata de una construcción barroca del siglo XVII que presenta planta de cruz latina con nave de tres tramos, crucero y cabecera rectangular. Los tramos de la nave se cubren con bóvedas de medio cañón con lunetos, mientras que sobre el crucero se alza una bóveda de medio cañón sobre pechinas. Externamente se presenta como una sobria construcción horizontal de ladrillo. Destaca la portada de ingreso con dos cuerpos de ladrillo en los que se distribuyen dos grandes arcos de medio punto. El interior aparece presidido por el retablo mayor del siglo XVIII, en cuya hornacina central se alojaba una talla gótica del siglo XIV de la Virgen del Regadío.
Fernando GARCÍA NIETO