Zerbitzuak

CAJA DE AHORROS Y MONTE DE PIEDAD MUNICIPAL DE SAN SEBASTIÁN (1879-1990)

El Monte de Piedad.

El Monte de Piedad, que se inauguró el 4 de agosto de 1879, satisfizo igualmente las expectativas proclamadas en sus fines: acabó con las casas de empeño y con los usureros, al ir abriendo sucursales en los barrios e incluso en aquellas calles donde se sabía que actuaban. Estas sucursales no tuvieron más objetivo que terminar con el negocio de la usura, siendo gravosas para la Caja, por lo que algunas cerraron conforme iban desapareciendo los prestamistas, quedando en 1915 únicamente las de mayor movimiento.

En realidad el Monte de Piedad fue la primera gran obra social de la C.A.M., que siempre ocasionó más gastos que beneficios, al necesitar locales para almacenar los objetos empeñados y personal especializado en la tasación, conservación y desinfección de los objetos pignorados. Este último asunto causó las lógicas preocupaciones, sobre todo en los momentos de epidemias. En 1885 y 1892, tras sendas epidemias de cólera, se prohibió el embargo de enseres sospechosos de propagar el contagio (colchones, ropas de cama o de vestir), hasta que en 1893 el Monte de Piedad adquirió una estufa de desinfección y dedicó una habitación especial para desinfectar la ropa de color. Gracias a ello pudieron realizarse empeños en épocas de epidemia.

Las joyas y objetos valiosos se guardaron en la caja fuerte de la Institución, haciéndose la propia C.A.M. responsable en los casos de robo o accidente; posteriormente, se contrataron los oportunos seguros con empresas del ramo. Con este tipo de empeños hubo un problema añadido, la posibilidad de que fueran objetos robados y de que su legítimo dueño los reclamara, con la lógica pérdida económica para el Monte. La solución a esto la proporcionó una ley de 1889, que obligó a los reclamantes a pagar la cantidad y los intereses que se hubieran establecido al efectuar el empeño.

El carácter benéfico del Monte pervivió durante muchísimo tiempo. Fue normal que muchas personas pudientes dejaran mandas testamentarias para desempeñar los lotes más humildes, o proporcionar limosnas con igual fin. La C.A.M., cuando se estableció el Día del Ahorro (1925), consideró como premios la cancelación de las papeletas de empeño y la retirada de objetos de primera necesidad. También acentúa ese carácter el hecho de que se dispusiera de una habitación para las máquinas de coser empeñadas, a donde podían acudir las mujeres a trabajar durante el horario de apertura de la Institución. Asimismo, se quiso establecer en 1916 préstamos sobre útiles de trabajo sin desplazamiento de prenda, lo que no pudo hacerse en ese momento por resultar un servicio caro que acentuaba las pérdidas del Monte (100.000 pesetas ese mismo año).

El Monte de Piedad fue necesario e imprescindible durante muchos años, todos aquellos en los que no hubo respuestas sociales a los más acuciantes problemas de los seres humanos: enfermedades, accidentes laborales, paro, etc.. Ha seguido en funcionamiento durante toda la vida de la C.A.M., pasando a la nueva entidad Kutxa en 1990, aunque ahora tenga unas características muy diferentes. Ya no acuden personas con los objetos más corrientes, solamente lo hacen con los más valiosos. Varias iniciativas se han realizado aprovechando la experiencia del Monte, como un servicio de tasación y certificación de joyas con la posibilidad de solicitar un crédito con la garantía de las mismas (Servikutxa Joyas).