El presidente de la B.B.K., José Ignacio Berroeta, comentó en la Asamblea General, celebrada en marzo de 2002, que las previsiones para este año estarán condicionadas por las inciertas circunstancias económicas y la recesión de la economía internacional que no termina de remontar, y que ha cortado bruscamente la expansión de los años noventa. La apertura al exterior ha demostrado ser muy rentable, pese a la fuerte competencia de otras instituciones, no obstante, el año 2002 sólo está prevista la apertura de cinco o seis nuevas oficinas, siempre que se considere que hay un mercado que así lo aconseje.
Entre los problemas que puede tener la B.B.K., y otras instituciones similares, su presidente citó, primero, el de la futura Ley Financiera, afirmando que ésta se olvida de las cajas de ahorro y, en segundo lugar, el que puede suponer la representación política en sus órganos de gobierno para sus participaciones empresariales. Por lo que a esto último se refiere, teme que la Unión Europea pueda considerar como ayudas públicas la participación de las cajas en las empresas, ya que en Bruselas se considera entidad pública la que tiene más de un 50% de representantes bajo control político, y en las cajas vascas la proporción es del 54%. Eso podría perjudicar sus aportaciones a proyectos empresariales.
Pese a la recesión económica y a las circunstancias adversas por las que parece estar atravesando la economía, la máxima autoridad de la B.B.K. ve con optimismo el futuro, por continuar manteniendo, e incluso superando, los niveles de rentabilidad, por los amplios pasos dados para renovar los medios productivos, su personal y la introducción de las más avanzadas tecnologías.
Fuentes y bibliografía.