Es difícil imaginarse la vida sin cine, teléfono, radio, televisión, automóviles, etc. Aquellos pabellones famosos construidos en 1906 y que se llaman pomposamente Café Olimpia, han de ser el lugar donde se utilice por primera vez la pantalla como medio de atracción. En 1907 colocaban una pantalla sobre el tejado para proyectar películas por el procedimiento de la linterna mágica. Uno de los pabellones llega a convertirse en el cinematógrafo Olimpia. Para ello se había trasladado una comisión bilbaína a París con el objeto de adquirir material. En 1910 llegan las casas alquiladoras de películas Pathé Fréres y Gaumont. El presidente del primer consejo de administración de la naciente sociedad cinematográfica fue Venancio Echeverría. Costó mucho trabajo movilizar a los bilbainos al otro lado de la ría donde se hallaba emplazado. Las películas causaban gran sensación. De las primeras fueron El Terco, Dick Turpin, Los episodios de Eddie Polo, etc. En 1931 se instaló el equipo sonoro, que fue una gran novedad, dándose a conocer en la película «La Canción del Día». En 1918 se inauguró el Cinematógrafo Metropolitano en la calle Esperanza. Tuvo poca vida. El Cine Mickey se inauguró en la calle de La Laguna, en el barrio popular de Las Cortes. No tuvo larga vida. Uno tras otro fueron apareciendo nuevos cinemas, como el Novelty, montado por el francés Mr. Brisac; el Salón Cine Vizcaya, en cuyo escenario actuaban también artistas de cante y baile, ventrílocuos como Balder, o se celebraban concursos de artistas noveles. Antes de las sesiones de variedades se proyectaban películas cómicas de mucho éxito. El Cinema del Soldado se inauguró en 1937 con la película «La Bandera». El Cine Vega se construyó en la calle Bailén, esquina de la Merced, donde hubo unos almacenes. En 1943 se inauguró el Teatro-Cine Ayala. En 1969 funcionan en Bilbao los cines Abando, Actualidades, Ayala, Capitol, Coliseo, Urrutia, Deusto, Consulado, etcétera.