Udalak

BERROBI

La iglesia parroquial de San Andrés es un templo de modestas proporciones erigido en el siglo XVI. En 1555 los maestros canteros Martín de Berrobicarra y Juan de Ancia se comprometieron a realizar la nueva obra, que constaría de una capilla mayor y dos tramos, manteniéndose del edificio anterior la pared del fondo. Poco después, en 1562, y a petición de los dos maestros señalados, Martín de Aguirre de Sagastizabal y Martín de Ibarrola tasaron lo realizado hasta ese momento, decidiendo que la fábrica fuera continuada por Juan de Ancia. En 1586 se finaliza la iglesia. Martín de Aguirre y Nicolás de Lizarraga tasaron la obra realizada en 2.750 ducados, mientras que Martín de Artano señaló que las labores de carpintería suponían 104 ducados. Es, como los plazos y cantidades revelan ya, un templo pequeño, con una planta de cajón provista de capilla mayor y dos tramos, presentándose los contrafuertes al exterior y con sencillas bóvedas de crucería sostenidas por ménsulas. La torre, situada a los pies, es una realización barroca.

Al otro lado de la iglesia se sitúa la casa consistorial. Rehabilitada en 1993, del anterior edificio tan sólo se ha conservado la fachada, realizada con ladrillo y provista de un entramado de madera y soportal abierto. El resultado del proceso es, lógicamente, un edificio funcional, que al exterior mantiene, como hemos señalado, aspectos propios de la arquitectura popular de la zona. Junto al consistorio se sitúan las casas Iriarte, Arbide y Muñagorri, que mantienen diferentes elementos de interés, sobre todo las dos últimas. Así, la segunda conserva un vano geminado con parteluz y la última posee como acceso un arco de medio punto. La ermita de San Sebastián, prácticamente un humilladero, se encuentra junto al barrio de Eldua, correspondiente a Berastegi.

Fuera del centro urbano sobresale el palacio Lapatza, que perteneció a los Marqueses de Ularga. Obra barroca, destaca su fachada principal, con un acusado eje vertical formado por el acceso, el balcón rematado por frontón y finalmente el escudo familiar, escoltado a su vez por tres óculos. Su imagen externa resulta, por todo ello, muy interesante. Los caseríos Alontso y Upilategi, además del molino de Errota Berri, son los otros edificios que se han destacado en esta localidad, conservando el segundo de ellos sus accesos en forma de arco.

Bibliografía:
  • Arrázola Echeverría, María Asunción: Renacimiento en Guipúzcoa. I, Arquitectura, Donostia, Diputación Foral de Guipúzcoa, 1988 (1ª ed., 1968), pp. 264-265.
  • Carrion Arregui, Ignacio María: Ibarra - Belaunza - Eldua - Elduayen - Berrobi - Berasategui - Gaztelu, Donostia, Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, 1975, pp. 27-33.
  • Isasa, Pedro; Linazasoro, Iñaki: Gipuzkoako Udaletxeen Marrazkiak = Dibujos de las Casas Consistoriales de Gipuzkoa, Donostia, Kutxa, 1995, pp. 76-77.
  • Peña Santiago, Luis Pedro: Las ermitas de Guipúzcoa, Navarra, Txertoa, 1975, pp. 90-91.
  • Urteaga Artigas, María Mercedes: Guía histórico monumental de Gipuzkoa, Donostia, Diputación Foral de Guipúzcoa, 1992, pp. 101-102.

  • Ignacio CENDOYA ECHANIZ