Udalak

BARDOZE

Hacia 1193, bajo Bernard de Lacarre, obispo de Bayona, la iglesia de Santa María de Bayona tuvo algunas diferencias con el señor de Bardos. Las colaciones de la diócesis de Bayona mencionan a la localidad bajo el nombre de Santa María de Bardos. Más tarde constituyó una baronía dependiente del ducado o soberanía de Bidache en la diócesis de Dax. Fueron pues señores de Bardos los Gramont o Agramont; uno de ellos, Carlos de Gramont, rindió homenaje al rey de Francia por el señorío de Bardos el 25 de noviembre de 1456 con lo que recibió la justicia, alta, baja y mediana, la sala llamada Vintegaire, el diezmo del lugar, un molino, un bosquecillo llamado Hirigoyen, una borda, dos casonas llamadas Anguelon y Larticulerie, un solar llamado Beretabide y el diezmo de Briscous. Renovó el homenaje a Luis XI el 26 de noviembre de 1461. Al estallar la Revolución era párroco de la localidad Martín d'Elissalde de Ustaritz. Doctor en Teología, gozaba de una gran estima entre el clero vasco por lo que fue designado representante en la asamblea de los Estados Generales de la senescalía de Lannes en 1789, año de la revolución. Bardos presentó en ella su cuaderno de Quejas. Elissalde y su primer coadjutor, Salvat Monho, se negaron a prestas el juramento constitucional. No fue así la conducta del segundo coadjutor, Pierre Mentaberry que no sólo juró sino que hizo prueba de una actitud activista y revolucionaria. Elissalde, denunciado por el procurador de la comuna fue proclamado fugitivo hasta que cansada de esconderse se entregó a las autoridades. Cuando fue puesto en libertad, en 1793, pasó al exilio. Su segundo coadjutor, Mentaberry, no gozó del puesto durante mucho tiempo; abandonado por los mismos revolucionarios tuvo que abdicar para pasar a la categoría de simple laico. Los bienes de Elissalde fueron confiscados por la Revolución. Así fue como ni él, ni su familia, pudieron pagar la deuda que el párroco había contraído a favor de los pobres de Bardos en 1785. Cuando la ley de 1825 acordó una indemnización a los herederos de los emigrados, la familia Elissalde-Castremont fue conminada a saldar la deuda, lo que hizo entregando a la oficina de beneficencia del lugar la suma de 2.000 fr. La Revolución confiscó a la iglesia de Bardos todos sus objetos de plata además de gran cantidad de hierro proveniente de las rejas y otros adornos de este metal. Al restablecerse el culto público fue cura de Bardos, Martín Duharc; de Briscous. En 1790 la localidad fue designada cabeza de un cantón dependiente del distrito de Ustaritz y formado por las comunas de Bardos y Guiche.