Zerbitzuak

Banco de Irún

1929-1971

Es una de las pocas instituciones financieras que nacen en una época de marcada crisis. La creación del Banco de Irún hay que interpretarla dentro del marco económico de la propia ciudad. Mientras que en Gipuzkoa se desarrolló un importante sector manufacturero a lo largo y ancho del territorio, Irun permaneció al margen de este proceso. Aún mas, dada la situación geográfica, no se podían establecer fábricas en a una distancia menor de 10 kilómetros de la línea fronteriza, por razones de seguridad. Así las cosas, tras la I Guerra Carlista, en 1841, fueron trasladadas las aduanas interiores a la frontera. De esta forma Irun, sin una tradición manufacturera, se encontró con un sistema de control aduanero, situación totalmente nueva. Y mientras que en la Provincia, a partir de aquella fecha de 1841, surgieron fábricas papeleras, textiles y siderometalúrgicas, allá donde existía una cierta tradición, Irun debió orientar su objetivo económico al negocio aduanero, que cada vez generaba mayor actividad. La puesta en marcha de la línea ferroviaria del Norte fue fundamental para dirigir las exportaciones de una parte del país hacía el punto fronterizo de Irun, y asegurar la entrada de productos europeos para ser distribuidos en distintas regiones españolas. El crecimiento de estas operaciones fue modelando la economía irunesa en torno a aquella actividad, que cada vez generaba más operaciones comerciales, transferencias de géneros y dinero, puestos de trabajo en el sector y beneficios para quienes los gestionaran. De ahí que los agentes aduaneros, miembros del Colegio Oficial de Agentes y Comisionistas de la Aduana de Irún estuvieran interesados por crear una institución financiera que sirviera de soporte a las negociaciones propias de su actividad.

Y así, en 1929, los agentes aduaneros de esta localidad promovían el Banco de Irún. El objeto principal del Banco era prestar el apoyo necesario a las operaciones derivadas del negocio aduanero. Tal y como se recoge en la escritura fundacional (Registro Mercantil de Guipúzcoa, libro 44 de Sociedades), sus socios promotores estaban ligados a las operaciones aduaneras, siendo todos ellos miembros de la mencionada institución que agrupaba a los agentes y comisionistas aduaneros. En la nómina de los fundadores del Banco figuran: Eloy Iglesias, José Mª Berástegui, Gervasio Viyella, Mauricio Pereire, Blas Echegoyen, Juan Iruretagoyena y Félix Laborde. Para otorgar las escrituras notariales fueron nombrados los señores Iglesias e Iruretagoyena en calidad de presidente y secretario respectivamente de aquella institución. El capital inicial del Banco se fijó en dos millones de pesetas, repartido en acciones de 500 pesetas cada una.

Aparentemente, la situación económica de aquel año de 1929, y sobre todo, los años 30, no fueron el mejor marco para el desarrollo de una nueva entidad bancaria. Sin embargo, la actividad aduanera vivió una etapa dorada durante la I Guerra y años sucesivos. El Banco de Irún continuó sus operaciones, incluso después de la Guerra Civil, aunque se viera afectado por los problemas bélicos, no sólo de España sino también de Europa. Manteniéndose en una posición de pequeña entidad, pronto se ligó a otra entidad mayor: el Banco de Bilbao. De esta manera se satisfacía la necesidad dotar la banco local de mayor solvencia. La entidad guipuzcoana se mantuvo con nombre propio hasta 1971, año en el que fue absorbida definitivamente por aquél. En efecto, el 1º de junio de ese año, se anotaba en el registro Mercantil de Sociedades que "la sociedad Banco de Irún ha quedado disuelta" (libro 44, hoja 2.589). Pese a su corta duración si la comparamos con otras entidades financieras vascas, el Banco de Irún representó el motor de la economía de la ciudad fronteriza: la actividad y negocio aduaneros. Y, al igual que había ocurrido con otros bancos guipuzcoanos surgidos unos años antes, que sirvieron a la economía de su entorno (Banco Guipuzcoano a la industria provincial; Banco de Tolosa a los industriales papeleros, etc.), el Banco de Irún cumplió una función de soporte financiero del sector dinamizador de la economía local.

  • GÁRATE OJANGUREN, Mª Montserrat. El proceso de desarrollo económico en Gupúzcoa. San Sebastián, 1976.
  • "Instituciones financieras en el País Vasco. Articulación del sistema bancario en Gipuzkoa (1899-1930)". Economía y empresa en el Norte de España. P. Martín Aceña y Mª M. Gárate (eds.). San Sebastián, 1994.
  • Memorias del Banco de Bilbao.