Instrumentugilea

Corostola Picabea, Francisco

Pianista. Nació en Errenteria, Gipuzkoa, el 16 de octubre de 1936.

Cursó algunos estudios musicales en el Conservatorio Municipal de Donostia-San Sebastián; entre otros profesores tuvo a José María Iraola; obtuvo el Primer Premio de fin de carrera y el Premio Caballero. A los diez años desarrolló un recital, del que en "La Voz de España" se leyó: "Tuvimos ocasión de comprobar las grandes aptitudes que para el piano posee el niño de diez años Francisco Corostola. De una agilidad digital notable y con soltura increíble, dada su edad, el niño precoz, como tal puede conceptuarse, ejecutó Le coucou, de Daquin, y "Tema y variaciones", primer tiempo de la Sonata en "La" mayor, de Mozart, magníficamente". Opositó al Premio "Hernani", que consiguió, y comentaron en el diario donostiarra nombrado: "El joven Corostola, de Rentería, ha sido la revelación.

En las obras por él ejecutadas, tanto la obligada como la de libre elección, de Chopin, estuvo magistral, aplaudiéndole el público con delirio. Tiene quince años". Corostola se trasladó a Madrid y en el Conservatorio se contó entre los discípulos de José Cubiles, logrando el Primer Premio de Virtuosismo. Se instaló en París e ingresó en el Conservatorio Nacional Superior, en la clase de Valdo Perlemuter; el año 1960 le otorgaron el Primer Premio de Piano y la Primera Medalla en las especialidades de Solfeo Superior y lectura a primera vista. Un año después logró el Premio Virtelia, en el Concurso Internacional "María Canals", de Barcelona. Inició su carrera actuando como solista y colaborando con violinistas, violoncellistas y cantantes con lisonjeros éxitos en España, Francia, Portugal, Italia, Suiza, Alemania y Méjico, donde, en la Sociedad de Compositores, en unión de su hermano Pedro, violoncellista, tocó en primera audición la Sonata para cello y piano, del compositor Rodolfo Halffter.

En la bella Easo, con la Orquesta Sinfónica del Conservatorio, dirigida por Ramón Usandizaga, Corostola interpretó el concierto en "La" menor, de Schumann; juzgaron su labor con estas palabras: "Tiene por naturaleza ese sentido asombroso del ritmo y de los valores, esa sencillez elocuente y, sobre todo, una sensibilidad exquisita. Domina la página de Schumann y ha ahondado en su significado hasta lograr una expresión pianística de gran contenido. Corostola está en posesión de una técnica muy notable y una extraordinaria musicalidad". Una interpretación de la Sonata Appasionata, de Beethoven, motivó la siguiente frase: "Esta obra ardiente convenía al temperamento de nuestro joven". De su actividad de acompañante han opinado:

"Es inmejorable, pues por su impecable técnica las interpretaciones son de elegante precisión y claridad sorprendente. Demostró que es un colaborador de indudables méritos. Técnica pianística, concepto del matiz y de la sonoridad le hacen, no el simple acompañante, sino el artista que coopera en la obra musical como intérprete. Tiene un gran mérito, que sabe atemperamentarse al estilo de las obras y conoce perfectamente cuándo debe dar importancia al piano en las que interpreta".

Francisco Corostola, en julio de 1967, después de brillante oposición, ganó la plaza de pianista de la Orquesta Nacional.