Kontzeptua

Arqueología

Desde el mismo inicio de la disciplina arqueológica, ésta ha tenido un marcado carácter positivista, derivado de la formación de sus primeros académicos y diversos avatares historiográficos que sería prolijo detallar aquí. Los tres puntales de la Arqueología del siglo XX serían la Cronología, la Estratigrafía y la Tipología, en una visión quizás excesivamente restrictiva del alcance de esta ciencia. De hecho, la propia construcción del discurso arqueológico fue muy monolítica hasta el cierre de la IIª Guerra Mundial, momento en que el declive de todo género del Viejo Continente abrirá el camino a nuevas propuestas epistemológicas en el ámbito de las Ciencias Humanas y Sociales. La Arqueología marxista o el Procesualismo en un primer momento, seguidos de las propuestas Estructuralista, Neoevolucionista, Funcionalista o Postprocesualista, más recientemente, han abierto notablemente el pensamiento a nuevas aproximaciones. Se han podido desarrollar interesantes visiones específicas (que algunos denominan "temáticas"), como la Arqueología de la Muerte, la Arqueología Paleoambiental o la de Género.

Partiendo de aquella visión positivista inicial (muy marcada por el evolucionismo, cuya aceptación es de signo vital para la propia disciplina), el análisis y explicación del hecho arqueológico ha conocido una evolución innegable. La lectura e interpretación de un yacimiento arqueológico implica en este tiempo una visión holística, integradora de aspectos muy complejos de las disciplinas antes señaladas y de las aportaciones individuales de muchos (a veces, varias decenas) de especialistas en aspectos tan variados como la Micromorfología, la Tafonomía o determinadas analíticas geocronológicas. La triada Cronología-Estratigrafía-Tipología, si bien continúa siendo imprescindible, hace mucho tiempo que no resulta ya suficiente en esta tarea.