Barrios

ZUBIETA

Segregación.

En 1371, al independizarse Usurbil de Donostia-San Sebastián, de las 21 casas que formaban la comunidad de Zubieta, 7 optaron por agregarse a la nueva villa y 14 decidieron seguir perteneciendo al municipio donostiarra. Resultó así una distribución desordenada de sus viviendas, interpolándose las jurisdicciones, que subsiste hoy día. En 1379, al fundarse Orio, se confirma la pertenencia de Zubieta, junto con Igeldo, Ibaeta y Andoain a Donostia, que nombra los alcaldes de estas aldeas.

Juntas de Zubieta de 1813.

Angel Pirata, en su obra San Sebastián en el siglo XIX, resume así las reuniones celebradas en Zubieta los días 8 y 9 de septiembre tras el incendio y saqueo de San Sebastián llevado a cabo por las tropas aliadas angloportuguesas el 31 de agosto y días posteriores:

"...la hermosa y consoladora página, orgullo de su historia, la escribieron tan insignes patricios el 8 de Septiembre en el cercano pueblo de Zubieta. En la casa-solar de Aizpurua se reunieron, viniendo de Pasages, Orio, Usurbil, Igueldo y otros pueblos donde estaban refugiados aquellos infelices, que llegaban medio desnudos, ó vestidos con impropios trajes. Muchos faltaron, por estar dispersos en caseríos y desconocer la cita; otros, por estar sepultados entre los escombros y cenizas de la ciudad.

La sesión fué solemne. Despues de un rato de triste y profundo silencio interrumpido por los sollozos y lágrimas excitadas al verse reunidos los Sres. concurrentes, pálidos, macilentos, traspasados de dolor y desarropados los mas, hablaron alternativamente los dos Sres. Alcaldes aplaudiendo el celo patriótico que manifestaban todos estos Sres. con haberse reunido aquí, abandonando sus familias y olvidando sus particulares desgracias, á tratar del partido que había de tomarse en estas tristes circunstancias a favor del vecindario... Otras dos juntas se celebraron, y al fin se acordó, dando hermoso ejemplo de virtud cívica, reedificar de nuevo la ciudad, y salieron en corporación asistidos de los vecinos que pudieron á presentarse al Gobernador y reconstituir la existencia política de San Sebastián, ya que la física no existía. Se instalaron provisionalmente en el domicilio de D. Bartolomé Olózaga, el núm. 391 (actual 40) de la calle de la Trinidad, una de las pocas casas que se libraron del incendio, aunque no del saqueo.".

Inicio de la primera de las actas y párrafo de agradecimiento a los vecinos de la comunidad de Zubieta:

En la comunidad de Zubieta y su casa solar de Aizpurua, jurisdicción de la M. N. y M. L. Ciudad de San Sebastian, á ocho de Setiembre de mil ochocientos trece se juntaron y congregaran, previo mútuo aviso y acuerdo, viniendo desde Pasages, Orio, Usúrbil é Igueldo donde se hallan provisionalmente con sus familias, los Sres. D. Miguel Antonio de Bengoechea y D. Manuel de Gogorza, Alcaldes y Jueces ordinarios, D. José Santiago de Claessens, D. José María de Eceiza y don Joaquin Bernardo de Armendariz, Regidores y síndico del Ayuntamiento de la misma Ciudad; D.Joaquin Antonio de Aramburu, Prior del Ilustre Cabildo eclesiástico, D. Joaquin Santiago de Larreandi y D. Joaquin Pio de Armendariz, Presbíteros beneficiados; D. Joaquin Luis de Bermingham y D. Bartolomé Olózaga, Prior y Cónsul del Ilustre Consulado; D. José Maria de Soroa y Soroa, D. Evaristo de Echagüe, D. José Elias de Legarda, D. José Ignacio de Sagasti, don Sebastian Ignacio de Alzate, D. Francisco Antonio de Barandiaran, D. Rafael de Bengoechea, D. Manuel Riera y don Domingo de Galardi, todos vecinos de dicha Ciudad á una conmigo el infrascrito Secretario de Ayuntamientos de la misma (José Joaquin de Arizmendi), no habiendo asistido otros muchos por no habérseles pasado aviso á causa de ignorarse su paradero por la total dispersion del vecindario ...........

Por último, muy reconocidos los dos Sres. Alcaldes, Regidores y demás señores concurrentes vecinos intramurales de la Ciudad, á la hospitalidad y afectuosa acogida que han debido á todos los señores vecinos de esta Comunidad de Zubieta, y á la mucha parte que han tomado en la catástrofe de la Ciudad, manifestada con las más sinceras y expresivas demostraciones de dolor; y los más intensos y vivos deseos de contribuir á su alivio, les manifestaron con las más tiernas expresiones, por si y en nombre de toda la Ciudad, su fina y eterna gratitud, á cuya demostracion correspondieron los vecinos de esta Comunidad que se hallan presentes, ratificando sus deseos de contribuir en cuanto alcancen sus facultades al mayor alivio de todos los habitantes de la Ciudad, cuya repoblacion y felicidades aseguraron que ansiaban de todo su corazon.

Algunos de los escritos de los ediles y notables reunidos en Zubieta:

AYUNTAMIENTO A WELLINGTON. Zubieta 8 septiembre 1813.

"Exmo. Señor: El Ayuntamiento de la ciudad de San Sebastián y una gran parte de sus principales vecinos se hallan reunidos en el barrio de Zubieta jurisdicción de la misma ciudad, con el objeto de acudir a cuantos medios pueda sugerir la imaginación para el alivio de los desgraciados habitantes de ella.

Por un movimiento expontaneo y unánime se ha fijado la vista de los miembros de esta junta en el héroe de la nación, en el restaurador de la independencia de España, en V. E. en fin, cuyas virtudes privadas dan tanto realce a su gloria militar. Nuestra confianza en la grandeza de alma de V. E. es ilimitada y nuestro espíritu, aunque abatido no nos conducirá a la desesperación, si V. E. se digna protegernos con la generosidad propia de su carácter.

El Congreso omitirá la relación detallada de los tristes acontecimientos de San Sebastián desde el 31 de agosto hasta el día de hoy por no renovar el intenso dolor que han debido causar en un corazon tan sensible como el de V. E. y se limitará a la mención en grande de una espantosa catástrofe.

San Sebastián, Señor Exmo. ha padecido un saqueo horrible con los demás excesos anejos a él y un incendio de cerca de seiscientas casas en el cual han consumido las llamas el valor de más de cien millones de reales de vellón. Este funesto accidente ha causado la ruina absoluta de más de mil y quinientas familias y ha reducido las nueve décimas partes de ellas a la desnudez total y a la mendicidad, en un país cuyos habitantes carecen de lo más preciso aún para su propia subsistencia a resulta de haber sido ocupado por el enemigo durante cinco años.

En medio de este caos de calamidades no se ha notado el menor síntoma de tibieza en el constante patriotismo que ha manifestado desde el año 1808 esta infeliz ciudad. Si nuevos sacrificios fuesen posibles y necesarios no se vacilaría un momento en resignarse a ellos. Finalmente si la combinación de las operaciones militares o la seguridad del territorio español exigiese que renunciásemos por algún tiempo o para siempre a la dulce esperanza de ver reedificada y reestablecida nuestra ciudad, nuestra conformidad sería unánime, mayormente si nuestras pérdidas fuesen soportadas a prorrata entre todos nuestros compatriotas de la Península y Ultramar.

Moscou fue incendiado y experimentó grandes pérdidas. La Europa entera conoce los felices efectos que produjo a la Rusia y sus aliados esta enérgica resolución, pero las pérdidas de Moscou han sido indemnizadas por todo el imperio ruso y por la generosa nación británica. Y ¿la infeliz ciudad de San Sebastián, esta benemérita ciudad, será abandonada a su desgraciada suerte? No, San Sebastián no reclama en vano la protección del inmortal duque de Ciudad Rodrigo. Los justos clamores de los habitantes de esta ciudad serán transmitidos por el órgano de V. E. a nuestra Regencia, al ministro británico y a los corazones piadosos de esta ilustre nación, y San Sebastián renacerá.

Séanos permitido este feliz prestigio inspirado por el alto concepto que tiene formado el orbe de las bellas ciudades que adornan a V. E. y permítasenos también el reiterarla la triste situación de 1.500 familias pobres de San Sebastián que andan errantes sin asilo y sin pan.

Somos con la más alta consideración de V. E. muy rendidos servidores.-Excmo. Señor. Por comisión especial del Congreso.

José María de Soroa y Soroa.-José Ignacio de Sagasti.- Joaquín Luis de Berminghan".

(A. M., Sec. E, Neg. 5, Ser. III, lib. 2, exp. 4).

AYUNTAMIENTO A DIPUTACION. Zubieta 8 septiembre 1813

"Habiéndonos congregado en esta comunidad de Zubieta, jurisdicción de la ciudad de San Sebastián los infrascritos alcaldes, regidores, secretario del Ayuntamiento de la misma ciudad, los demás vecinos notables, prior y beneficiados del cabildo eclesiástico, no habiendo vuelto aún del asombro que nos ha causado la destrucción total de nuestra patria y sus atroces circunstancias, considerando que el punto principal que debe llamar nuestra atención es el que el pueblo no se disperse y que conserve su representación y Ayuntamiento, recurrimos a la protección de V. S. para que se sirva rehabilitar a los individuos del ayuntamiento último para ejercer interinamente sus funciones y convocar desde luego a los vecinos que puedan ser habidos para publicar y jurar la Constitución y nombrar un Ayuntamiento constitucional.

Los firmantes esperan de V. S. sin perder momento esta rehabilitación y que nos descubra sus intenciones y dé sus luces a fin de reparar tan grandes desgracias y lograr la repoblación de nuestra desgraciada patria".

(A. M., Libro de Actas del Ayuntamiento).

EXTRACTO DEL ACTA. Zubieta 9 septiembre 1813

"teniendo los señores concurrentes la más alta confianza en el patriotismo, luces y honor de los señores D. José Ignacio de Sagasti, D. José María de Soroa y Soroa y D. Joaquín Luis de Berminghan, les autorizaron plenamente para que en nombre de la ciudad y todo su vecindario se presenten a la Diputación de la provincia, sugieran cuantos medios les dicte su celo para reparar y poblar cuanto antes a la ciudad, e indemnizar a sus habitantes, hagan los recursos competentes sea nuestro gobierno, como al británico nombrado en caso necesario un agente en Londres, que siga y active los recursos; dispongan y publique, si lo tienen por conveniente un manifiesto que exprese las circunstancias de la catástrofe de la ciudad; finalmente pongan en planta todas las diligencias y medios así para la indemnización de los daños como para fomentar la repoblación de la ciudad y restablecimiento de su comercio, obteniendo las gracias y privilegios más propios para el intento. Asimismo se facultó a los mismos señores para que busquen dinero para atender a todos los gastos sobre los propios de la ciudad, vendiendo de los cortes que corresponden en los montes de la misma que está en sazón, nombrando como se nombra por depositario de los fondos que produzca al señor alcalde D. Miguel Antonio de Bengoechea".

(A. M. Libro de Actas del Ayuntamiento).

Ver SAN SEBASTIAN. Hist..

Jurisdicciones.

Pablo de Gorosabel, en su Diccionario Histórico-Geográfico-Descriptivo de los pueblos, valles, partidos, alcaldías y uniones de Guipúzcoa (Tolosa, 1862), nos enumera los caseríos pertenecientes a cada término: "Está comunidad se compone de treinta y cinco caserios de labranza de los que veinte y tres pertenecen á la jurisdiccion de la ciudad de San Sebastián, y los otros doce á la de Usurbil. Corresponden á la de San Sebastián las casas llamadas Artusa, Tellería, Irigoyen, Calea, Aizpurua, Vicarial, Alamandeguiberri, Petritza, Alsua, Arandi, Berridi, Goyarán, Amidia alta, Echenagusia, Oyanguren, Arzabaleta andi, Arzabaleta chiqui, Arbiza, Alliri, Torillo, Antela, Seroretegui, Molino de Aizpurua. Pertenece á la jurisdiccion de Usurbil las de Barrenechea, Zacurzulo, Alamandegui zarra, Barazar, Goicoechea, Lizarraga, Echeverriaga, Lerchundi, Zugasti, Irurubieta, Echecho y Amidia baja".

Conmemoración del centenario de las juntas de Zubieta de 1813.

La jira a Zubieta. Se celebró el día 9 del presente mes (septiembre de 1913), partiendo al simpático barrio comisiones del Ayuntamiento y Junta del Centenario, que fueron recibidos por el alcalde pedáneo, D. Antonio Aztiazarán, el concejal y propietario del histórico solar D. Miguel María de Aizpúrua, el vicario D. Martín Jáuregui y varios descendientes de los patricios que en aquel mismo lugar se reunieron hace cien años en memorable Junta. La comitiva, precedida de los tamborileros de gran gala, se trasladó a la Casa Comunal denominada "Almandegui", dirigiéndose de allí a la iglesia, donde a las diez se celebró solemne Misa mayor. Ofició de preste el señor Vicario de Zubieta acompañado por dos coadjutores de Usúrbil, una nutrida capilla interpretó una misa de Gorriti, y el párroco del Antiguo, Sr. Lapeira, pronunció en castizo euskera un elocuente sermón en el que, basándose en las memorables Juntas celebradas en Zubieta, demostró brillantemente el valor y fe que infunde en los hombres la Religión católica. Siguiendo inmemorial costumbre, los ediles donostiarras entregaron la tradicional ofrenda, y por excepción lo hicieron también los vocales de la Junta del Centenario. Terminada la solemnidad religiosa, dirigióse la comitiva a la casa solar de Aizpúrua, descubriéndose todos ante la lápida conmemorativa y rezando un responso el señor Vicario de Zubieta. Acto seguido, el alcalde de San Sebastián, D. Marino Tabuyo, pronunció un sentido y elocuente discurso, expresando la emoción que embargaba su ánimo al considerar que hacía cien años que en el mismo día se congregaban en aquel lugar los beneméritos patricios que acordaron la reedificación de San Sebastián. Rindió a aquellos ilustres varones un sentido y oportuno recuerdo, y en nombre de la Ciudad consignó lo profundo de su reconocimiento hacia cuantos particulares, entidades o corporaciones han contribuido al engrandecimiento y prosperidad de San Sebastián. Terminó ensalzando a la Junta del Centenario, y muy especialmente a los moradores de Zubieta, cuyos antepasados acogieron y ampararon a los desgraciados donostiarras, víctimas del incalificable saqueo y destrucción. El vocal de la Junta del Centenario D. Pedro M. de Soraluce, dedicó un sentido recuerdo a la memoria de su malogrado padre, el historiador de Guipúzcoa, D. Nicolás de Soraluce, quien tanto trabajó para perpetuar el suceso memorable de las Juntas de Zubieta y honrar debidamente a los insignes patricios que en ellas tomaron parte. Sirvióse después el banquete en el pórtico de la casa Aizpúrua, reinando entre los comensales la más franca y espontánea animación. Por la tarde llegó al barrio la Banda Municipal, y entre ésta y el tamboril alegraron la fiesta, que vino a completarse con una colección de vistosos fuegos artificiales quemados al anochecer. Como nota interesante, debe consignarse la asistencia a la fiesta, de la respetable Sra. D.ª Ascensión de Irigoyen (dama Asenchi, como la llamamos sus relaciones), de 90 años de edad, hija de D. Fermín de Irigoyen, única superviviente de los hijos de los patricios reunidos en Zubieta en 1813.

Epoca contemporánea.

En diciembre de 1996 se constituyó la Junta vecinal, reclamándose mayor autonomía respecto del Ayuntamiento donostiarra. Tras el deslinde de las pertenencias firmado en mayo de 1999, de los 400 vecinos de Zubieta, 150 lo son de Usurbil y 250 del término de Donostia-San Sebastián. Se da la particularidad de que la iglesia parroquial, que se halla en terreno común a las dos jurisdicciones civiles, tiene dos puertas para el uso diferente del vecindario de los dos municipios.

Ainhoa AROZAMENA AYALA