Concejos

Zubielqui

El casco urbano se sitúa a un costado de la carretera, y se articula en torno a tres calles paralelas que parten de la propia carretera en suave ascenso, y que se comunican entre sí por callecitas transversales. Las casas van casi siempre adosadas, y presentan muros a menudo enlucidos y con cadenas de sillar. Los vanos son cuadrangulares, a excepción de algún acceso rematado con arco de medio punto, y la mayor parte de los inmuebles presentan tres alturas. En la calle Mendía encontramos varias casas de este formato, pudiendo destacar una que va aislada, con planta cuadrada, y dos alturas más desván, bajo tejado a cuatro vertientes. Los muros siguen los parámetros señalados, y la totalidad de los vanos son rectos, incluyendo la puerta, que va con un grueso dintel tripartito. También sigue esta tónica la casa abacial, que se adosa al templo por su cabecera.

En la calle de la Asunción puede verse una casa palaciana de cierto empaque, aunque su actual estado de conservación es ciertamente precario. Presenta planta cuadrada y muros que han perdido su revoque, bajo tejado a cuatro aguas. En planta baja se abre por un arco de medio punto con nueve dovelas largas, cuya rosca va sin moldurar. Va flanqueada por una ventanita. La planta noble se abre con balcón central y una ventana lateral, además de otra ventana cegada y una más moderna y enmarcada por ladrillos. Rematan los dos tragaluces del desván. En lo alto de la fachada hay un escudo heráldico neoclásico, con yelmo por timbre y mascarón inferior. El campo es elíptico y va orlado con trofeos artilleros y una guirnalda. Va cuartelado, con dos calderos y cuatro fajas, y puede leerse la inscripción: "ARMAS COMPRO/ BADAS DE LOS RYEZU/ AÑO 1807".

Junto a la carretera hay un caserón de gran formato, con planta rectangular y dos alturas más desván, bajo tejado en pabellón. Los vanos han sido agrandados, y los muros, una vez eliminados los revoques, muestran mampostería muy picada con cadenas de sillar en las intersecciones de los paños.

Parroquia de San Martín. La iglesia es de origen medieval, probablemente del siglo XIII, y de aquella primitiva fábrica nos restan los muros perimetrales, aunque posteriormente, en el siglo XVI, se realizaron importantes intervenciones a manos del cantero Juan de Aguirre, en un lenguaje ya renacentista. La planta es de una única nave, dividida en tres tramos de igual longitud y plano cuadrado, de los cuales el último ejerce como cabecera, rematada en testero recto. Adosados al muro de la Epístola vemos alineados los volúmenes de la torre, que lleva alojada en su interior una escalera de caracol, y un pórtico moderno, que protege el acceso, abierto en el segundo tramo de la nave. En cuanto a la sacristía, se aloja detrás de la cabecera, como una prolongación longitudinal de los muros de la nave y dentro ya de las dependencias de la casa abacial.

Los muros son de sillarejo menudo y someramente escuadrado, que evoluciona a sillar de buen tamaño en la torre. Por encima de los muros perimetrales, además, se aprecia claramente el recrecimiento operado durante las reformas del XVI. Para dar iluminación al interior, estos muros se perforaron con dos ventanas rectas, una en el primer tramo y otra en la cabecera, ambas por el lado de la Epístola, más otra ventana recta en el muro de los pies. A los pies de la nave, por último, se levanta un coro de madera.

La fábrica descrita se cubre con tres tramos de bóveda de crucería, separados por arcos fajones de ligero apuntamiento, que apean sobre ménsulas decoradas con ángeles, guirnaldas, bucráneos y bustos humanos. Estas ménsulas reciben también los empujes de las tracerías. Los tramos primero y tercero de esta nave llevan bóvedas de terceletes con ligaduras, mientras que el tramo central se resalta con una bóveda de tracerías estrelladas. En cuanto a las claves, van decoradas con cabezas humanas y motivos vegetales.

Al exterior, destacaremos en primer lugar la torre, que como se ha señalado antes se levanta adosada al primer tramo de la nave y por el lado de la Epístola. Su fuste es esbelto y con planta cuadrada, y en altura se divide en tres cuerpos separados por gruesas molduras. Los dos primeros se perforan únicamente por los tragaluces para la iluminación de la escalera interior, y en alto hay medios puntos para alojamiento de las campanas, bajo tejado en pabellón. La puerta proviene del templo del siglo XIII, y consta de un arco de ligero apuntamiento, con una única arquivolta abaquetonada, y guardalluvias exterior decorado con puntas de diamante. La clave va decorada con un crismón trinitario. Arquivolta y guardalluvias van rematados con palmetas, y apoyan sobre una moldura corrida, a modo de capitel, que lleva una cenefa decorada con motivos vegetales estilizados y alguna cabecita humana muy esquemática. Este acceso se cobija con un pórtico ligero de obra, moderno y con una única arcada de perfil rebajado.

En el presbiterio hay un retablo romanista, de fines del siglo XVI, obra de Pedro Gabiria y Juan Imberto. La arquitectura consta de banco, dos cuerpos divididos en tres calles más dos entrecalles, y ático entre machones y aletones. Esta estructura se articula mediante columnas de fuste estriado, sucediéndose las de orden jónico en el primer piso con las de orden compuesto en el segundo. Incorpora un sagrario de época neoclásica. En cuanto al programa iconográfico, en el banco figuran los relieves de los cuatro Evangelistas, primer cuerpo con las tallas de San Pedro y San Pablo centrando los relieves de la Oración del Huerto y la Coronación de espinas, y cuerpo superior con una talla de San Antonio Abad y otra de un santo de la orden de los dominicos, además de los relieves de la Anunciación y la Visitación. La hornacina central aloja la talla de la Virgen con el Niño, y en el ático, por último, figura el Crucificado entre las tallas de Moisés y David.

En el muro del Evangelio y dentro de una hornacina vemos una talla romanista de la Asunción, de estilo más avanzado que la obra del retablo y datable ya dentro del siglo XVII, y en el muro frontero podemos ver una pila aguabenditera del XVI, con decoración gallonada. A los pies de la nave se encuentra también una talla barroca de San Isidro. En la sacristía, por último, podemos encontrar un Crucificado del siglo XVIII y varias piezas de orfebrería.

Ermitas. Pérez Ollo menciona la de Santa Polonia (o Apolonia), situada en la parte alta del pueblo y dentro del propio casco urbano. Se trata de un edificio de planta única y terminada en testero recto. El acceso se sitúa en el lado de la Epístola, y luce una inscripción con la fecha de 1936, que sin duda obedece a una restauración. Los muros van en sillarejo, con cadenas de sillar en las esquinas de los paños. Al interior encontramos una talla de bulto de San Juan Bautista y una imagen de Santa Bárbara, ambas renacentistas, así como un San José barroco de estilo popular. Podemos ver también una pila aguabenditera del XVI.

  • CARO BAROJA, J. La casa en Navarra, Pamplona. Vol. III, C.A.N. 1982, p. 475.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. al.). Catálogo Monumental de Navarra, vol. II**, Merindad de Estella. Pamplona: Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1982, pp. 101-105.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. al.). Navarra, guía y mapa. Estella: C.A.N. 1983, p. 201.
  • PÉREZ OLLO, Fernando. Ermitas de Navarra. Pamplona: C.A.N., 1983, p. 268.

JAS 2011.