Comerciante vizcaíno nacido en Muskiz en 1774. Murió el 31 de octubre de 1849.
Procedente del valle de Somorrostro, se instaló en Bilbao en 1801. Tras unos años iniciales en que ejerció como procurador, se dedicó después al comercio de mineral y de los productos fabricados en las ferrerías del País Vasco.
Apoyándose en la ley de minas de 1825 registró dos importantes cotos mineros en Somorrostro que pasaron a ser de su propiedad. Poco después, en 1827, impulsó la unión con sus competidores, José Antonio Mier, Nicolás María de Llano y José de Chávarri, creando la sociedad mercantil "Ibarra, Mier y Cía". Esta empresa, además de explotar y vender la vena de los dos cotos mineros y transportarla a lomo a los puertos o enviarla a las ferrerías, explotaba también la ferrería de Poval.
Años después compró la fundición de Guriezo y los terrenos del Conde de Miravalles en donde se levantó la fábrica de hierro de Nuestra Señora de la Merced que funcionaba con un horno de carbón vegetal, cinco hornos de pudelar y tres trenes pequeños de laminación.
Tras la guerra carlista y el traslado de las aduanas interiores a la costa, los Ybarra levantaron nuevas instalaciones en Guriezo y otras más importantes en Baracaldo, precursoras estas últimas de los Altos Hornos de Vizcaya.
Enlaces matrimoniales y otros vínculos personales consolidaron el poder de la empresa entorno a la familia Ybarra. Entran a formar parte de la empresa además los dos hijos de Ybarra, Juan y Gabriel. Al poco tiempo la empresa se separó, quedando al frente de la original la familia Ybarra que contaba con dos tercios de la representación y la familia Mier con el tercio restante.
Sus hijos continuaron, sin embargo, con el negocio familiar. En 1854 se liquidó la sociedad y se constituyó una nueva que asumió los negocios de la antigua. Esta compañía estaba formada por los hermanos Ybarra, Cosme Zubiría y José de Gorostiza. Este último se separó años después, quedando los tres socios restantes como integrantes de la razón social Ybarra Hermanos y Compañía. Los hermanos combinaron su faceta de distribuidores con la de comerciantes y se asociaron al catalán José de Vilallonga.
Destaca su papel en la explotación de los yacimientos de Somorrostro de la mano de empresas siderúrgicas extranjeras tras la última guerra carlista. Gracias a sus lazos con las sociedades Orconera y Franco-Belga y, sobre todo, a su relación con el inventor y empresario inglés Henry Bessemer, los Ybarra, que habían obtenido la exclusividad del empleo del convertidor ideado por el inglés, culminaron un negocio redondo.
Los Ybarra fueron parte importante también en el nacimiento de los Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero de Bilbao en 1882, pues fueron ellos quienes dieron entrada en el capital de la fábrica del Carmen al grupo empresarial comandado por el marqués de Comillas.