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Ultzama

El valle Ulzama está compuesto por 14 concejos y es atravesado por el río del mismo nombre. Los pueblos que conforman el valle son: Alcoz, Arráiz-Orquín, Auza, Cenoz, Elso, Elzaburu, Gorronz-Olano, Gerendiáin, Ilarregui, Iraízoz, Juarbe, Larráinzar, Lizaso y Urrizola-Galáin. También existe un paraje habitado llamado Locen. La tipología arquitectónica más común en Ultzama es la del caserón del siglo XVIII. Edificio exento de gran tamaño, de 3 ó 4 plantas, fachada enlucida y cubierta de dos vertientes. Suele presentar arco de medio punto enmarcado en paramentos de sillar decorados con motivos populares y balcón corrido de madera en el segundo o tercer piso con un escudo presidiendo la fachada en algunos casos. Buenos ejemplos de este tipo de construcción son las casas Erashoenea y Etxeberria de Alcoz, Arotzenea, Miguelenea y Karakotxea así como el Palacio en Cenoz, Dorrea y Gibelekotxea en Gorronz-Olano, Urdintxorena y Juantxorena en Ilarregui, Etxeberzea y Sandrorena en Juarbe, la casa de obispo Irurita en Larrainzar o Bastairena en Lizaso. Tres de estos edificios resultan especialmente reseñables. El el primero es Etxeberria, un bloque cúbico con los niveles de fachada divididos por una imposta moldurada y cubierta a cuatro aguas con el alero tallado, rosca decorada en la entrada y enmarcada entre pilastras y escudo rococó. El segundo ejemplo es la casa del obispo Irurita de Larrainzar, un bloque de tendencia horizontal con tejado a cuatro vertientes y balcón lateral con entramado de madera y puerta de medio punto. Por último, en Lizaso, destaca la casa Bastairena, del siglo XVI, con fachada de sillar de tres cuerpos y portalón de medio punto en la primera altura, ventanas con antepecho decorado con bolas y alero tallado

En cuanto al erte religioso hay que destacar el origen medieval de prácticamente todas las parroquias de Ulzama. A ello se debe su pequeño y recogido tamaño. Otro rasgo común de los templos de estos pueblos es que muchos fueron, o bien restaurados, o bien rehechos en los siglos XVI y XVII, tal es el caso de Alcoz, Arraiz, Cenoz, Elso o Ilarregui. Un tercer común denominador a señalar es que la gran mayoría de las iglesias también sufrieron intervenciones o fueron reconstruidas de nueva planta en el siglo XIX o principios del XX. Muestras de esto son las construcciones parroquiales de Auza, Elzaburu, Gerendiain, Iraizoz, Juarbe, Larrainzar y Lizaso. Las obras llevadas a cabo en aquel periodo contaron con la aportación de importantes arquitectos como Florencio de Ansoleaga o Angel Goicoechea.

La única parroquia que ha mantenido su forma medieval primitiva ha sido Urrizola que, aunque restaurada en 1984, conserva muy bien su carácter y fisionomía rural de construcción protogótica de comienzos del siglo XIII. Es un pequeño templo con planta de estrecha nave de dos tramos que se cierra con bóveda de cañón. En el valle son varias las parroquias que todavía conservan restos que revelan su origen medieval, sobre todo vanos, arcos de entrada y pilas bautismales. Entre las pilas bautismales hay que mencionar la de Auza, románica del siglo XII con taza cilíndrica decorada con arquerías de medio punto sobre fuste labrado con relieves faunísticos, la de Elso del siglo XII sobre pedestal cuadrado con bolas y taza semiesférica decorada con galería de arquillos de medio punto o la de Ilarregui, del siglo XII parecida a la de Auza y Gascue. Especial atención merece al tratar de arte medieval la parroquial de Auza, pues conserva parte de la cabecera original con algunos restos de pintura mural de hacia 1300, interesante por las influencias que deja notar, entre el neobizantino y el gótico francés.

Pasando al arte mueble, el valle conserva obras de interés. Por ejemplo llama la atención una virgen del Rosario de vestir de origen filipino con manos y rostro de marfil que se custodia en la parroquia de Alcoz. En Arraiz veneran a la Virgen de Velate, talla gótica traslada desde el antiguo monasterio del mismo nombre y en Larranizar es de destacar un buena talla del Crucificado de estilo romanista, de hacia 1600 así como la escultura del mismo tema que existe en Lizaso de estilo renacentista flamenco. La gran mayoría de los retablos de la iglesias del valle son de factura moderna o recomposiciones hechas con elementos retablísticos de distintas épocas. En la retablísticas moderna en Ulzama predomina el estilo neorrenacentista al cual pertenecen los retablos de Alcoz, Arraiz-Orkin, Gerendiain o Larrainzar. En el neogótico se enmarcan, por otro lado, los muebles liturgicos de Gorronz-Olano y la ermita de Elzaburu.

En el campo de la orfebrería es obligado mecionar la cruz procesional tardogótica, del segundo cuarto del siglo XVI, de gran decoración vegetal de Alcoz, así como tambien la cruz parroquial de Auza elaborada en plata barroca, del siglo XVII y de estilo purista, datada en 1626. Los conjuntos de este campo que guardan las parroquias de Arraiz, del XVIII, Juarbe, del XVII y del XVIII, y Larrainzar, renacentistas y barrocas del XVII.

Un apartado aparte merece el convento de Nuestra Señora de los Dolores, de las Carmelitas descalzas. Fue construido en 1986 para la comunidad procedente de Lesaka, de donde se trajeron numerosos lienzos e imágenes barrocas dieciochescas, así como una importante colección de orfebrería de la misma época y origen peruano herencia del legado dejado por su benefactor Ignacio de Arriola Mazola. Conserva la comunidad el grabado de la excepcional pieza que el escultor aragones Ramirez creara como titular del convento de Lesaka y que los franceses destruyeron.

En Ulzama también pueden encontrarse ermitas aunque no posean excesivo valor artístico. En Iraizoz está la ermita rural de Santa Lucía de Arañoz que consta de una única y estrecha nave con cubierta a dos aguas que guarda dentro una talla de la santa del siglo XIX. En Elzaburu la de San Isidro resulta ser una construcción muy simple de planta rectangular y cubierta a dos aguas, guardando dentro un retablo neogótico con una imagen moderna del titular. Ya en Arraiz, en la falda del monte Lioketa sita el antiguo monasterio de Nuestra Señora de Velate. Lo que queda fue la iglesia de un hospital de la vía Baiona-Arre del Camino de Santiago, fundado entre 1156 y 1165. Es uno de los escasos ejemplos de edificio medieval del siglo XIII en el valle. Presenta planta rectangular de cinco tramos, incluida la cabecera recta; bóveda de cañón apuntado reforzada por cuatro arcos fajones de sección cuadrada que apean en ménsulas bilobuladas. Portada con cuatro arquivoltas apuntadas de arista viva y guardalluvia exterior.

  • CARO BAROJA, J. La Casa en Navarra, III. CAN, 1982.
  • LOPEZ SELLÉS, T. Contribución a un catálogo de ermitas de Navarra. C.E.E.N, 1972.
  • VV.AA. Catalogo Monumental de Navarra, V**, 1996.
  • VV.AA. Arte hispanoamericano en Navarra. Gobierno de Navarra, 1992.

ETE 2011