Historiadores

Soraluce y Zubizarreta, Nicolás de

Historiador guipuzcoano. Nacido en Zumarraga el 5 de diciembre de 1820, fallecido en San Sebastián el 19 de octubre de 1884.

Emigrado a final de la primera carlistada, pasó una buena parte de su juventud en Buenos Aires dedicado a los negocios y, en 1855, se instaló definitivamente en San Sebastián. Procurador a las Juntas en 1859, 1861, 1862 y 1863. Es autor de muchos libros y folletos:

    1. Biografía del ilustre conquistador de Filipinas, Miguel López de Legazpi, Tolosa, 1863;
    2. Historia de la M. N. y M. L. Provincia de Guipúzcoa, precedida de la guía descriptiva y, plano de la misma, Madrid, 1864;
    3. Biografía del ilustre Don Javier María de Munibe e Ydiáquez, Conde de Peñaflorida Irún, 1866;
    4. Fueros de Guipúzcoa, Títulos adicionales y consideraciones. Reglamento, Sumario histórico, etc., Madrid, 1866;
    5. Historia general de Guipúzcoa, Madrid, 1869;
    6. Más biografías y Catálogo de obras vasco-navarras. Vitoria, 1871;
    7. Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, Madrid, 1876;
    8. Introducción. Capítulo I y otras descripciones de la Memoria acerca del origen y curso de las pescas y pesquerías de ballenas y de bacalao así que sobre el descubrimiento de las bancos e Isla de Terranova, Vitoria, 1878;
    9. Los Iberos o sean Eúskaros y el Euskara, Pamplona, 1879;
    10. Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Sus antecedentes y otros sucesos con ella relacionados. Historia compendiada por ..., San Sebastián, 1880;
    11. Defensa del apellido familiar de Juan Sebastián del Cano, San Sebastián, 1881 ;
    12. Gloria y, gratitud al inmortal autor del "Primus me circundedisti": Juan Sebastián del Cano, su escudo de armas y facsímile de la firma del testamento. Vitoria, 1882;
    13. Las Excmas. Juntas y Diputaciones de Guipúzcoa y Juan Sebastián del Cano, inmortal protorodeador del mundo ante la historia, Vitoria, 1883.

    Aparte de estas obras escribió mucho en la prensa regional y especialmente en el Diario de San Sebastián. A él se debe la colocación de los retratos de varios hijos ilustres de Guipúzcoa, que durante tantos años se contemplaron en el Café de la Marina, así como los bustos de los personajes que aún se ostentan en la cornisa del antiguo Instituto, luego Correos y Telégrafos. En su afán de enaltecer las glorias de Guipúzcoa, contribuyó eficazmente por medio de la prensa para que se rotulasen las nuevas calles de Donostia, después del derribo de las murallas, con nombres de hijos ilustres. Fue presidente de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Guipúzcoa. Socio correspondiente de la Real Academia de la Historia y cónsul de la República Argentina y de la del Uruguay. Nombrado teniente alcalde de la ciudad de San Sebastián, desempeñó la Alcaldía en ausencias del propietario durante la Segunda Guerra Carlista, intervino con éxito, gracias a su prestigio, en el canje de prisioneros de los bandos carlista y liberal.

    Como vocal de la Junta de Beneficencia y como alcalde, practicó varias gestiones para el cobro del legado que dejó don José Matía. La Comisión de Fomento propuso, y así lo acordó el Ayuntamiento de San Sebastián con fecha 13 de febrero de 1902, que de conformidad a lo propuesto el 13 de abril de 1885 por el "Consistorio de Juegos Florales Euskaros" y tomado en consideración por el Ayuntamiento en sesión de la misma fecha, se honrase la memoria del notable historiador de Guipúzcoa, aplicando su nombre a la calle que empezaba en el espacio comprendido entre los edificios de Beti Jai y escuelas en construcción (calle San Juan) y terminaba en el Paseo de Salamanca, ya que, aunque sería prolongación de la Calle del 31 de Agosto, no parecía racional desnaturalizar este histórico nombre, asignándolo a una vía de reciente construcción. En Zumarraga, su pueblo natal, se rotuló otra calle con el nombre de este benemérito guipuzcoano, de quien dijo el general Arteche en el Boletín de la Real Academia de la Historia que

    "nunca pagará Guipúzcoa a la memoria de Soraluce el ardiente afán con que procuró aumentar, según sus fuerzas, las glorias de aquel país".

    Ref. Serapio Múgica.