Cinematográficas

Sólo se muere dos veces

Primer largometraje, fechado en 1996, de los hermanos Ibarretxe. Lograron sacarlo adelante gracias a las productoras Sogetel y Lola Films que financiaron el proyecto.

La producción corrió a cargo de Andrés Vicente Gómez. Los hermanos después se repartieron distintas funciones creativas de la película. Esteban Ibarretxe asumió la dirección. José Miguel Ibarretxe y Esteban Ibarretxe, el guión. Y la música la compuso Santiago Ibarretxe. Era un largometraje esperado con expectación. Y es que esta peculiar familia cinematográfica había cobrado justa fama y prestigio a partir de su obra anterior, con cortometrajes celebrados como Persecución implacable (1986) La venganza del artista calvo (1989), In vino veritas (1991) o Malditas sean las suegras (1994), y con la serie televisiva Las memorias de Karbo Vantas (1993).

El delirante sentido del humor de estos cineastas se hace patente en su primer largometraje, una obra que combina comedia de humor negro y corrosivo con toques de ciencia ficcción. En la película un actor llamado Tete Morán (Juan Inciarte) que ha luchado toda la vida por lograr el éxito profesional es asesinado. Su afán de triunfar le lleva a seguir participando en películas convertido en un zombi condenado a trabajar en sórdidas películas de terror. A partir de esta trama aparecen en esta loca comedia fantástica diversas ramificaciones a cada cual más grotesca. El amigo, por ejemplo, de Tete Morán, Gastón (Alex Angulo), modelo jorobado de alta costura perdidamente enamorado de la Juez Esmeralda (Rosana Pastor). O todo el mundillo que se esconde tras la Universidad Privada Kramer, institución que trabaja en la regeneración celular mediante el bombardeo de partículas Boltar descompuestas. Los hermanos Ibarretxe siguieron la vía abierta por Alex de la Iglesia con sus comedias fantásticas Acción mutante (1993) y El día de la bestia (1995) pero no llegaron en ningún momento a alcanzar sus logros. Hay una crítica a la sociedad del bienestar que aparta del camino, por incómodos y poco productivos, hechos como la muerte o la enfermedad en ese afán de triunfo de un actor que ni siquiera encuentra en su fallecimiento un obstáculo para alcanzar su objetivo.

Ya en Acción mutante Alex de la Iglesia se había burlado abiertamente del culto al cuerpo que reina en nuestra absurda y superficial sociedad consumista. Hay también referencias obvias a mitos del terror como Frankenstein. Desgraciadamente ciertos golpes humorísticos del guión, un reparto sensacional y una hechura técnica impecable no bastaron para salvar un producto endeble con demasiadas fisuras en su acabado final. La película logró el Premio Méliès d'Argent en el Festival de Sitges (1996) y el Premio al Mejor Actor (Juan Inciarte) en el Fastasporto (1997).

  • Roldán Larreta, Carlos: El cine del País Vasco: de Ama Lur (1968) a Airbag (1997), Donostia, Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, Ikusgaiak-Cuadernos de Cinematografía, núm. 3, 1999, 407 pp.
  • Roldán Larreta, Carlos: Los vascos y el séptimo arte. Diccionario enciclopédico de cineastas vascos, Donostia-San Sebastián, Filmoteca Vasca-Euskadiko Filmategia, 2003, 351 pp.