Monasterios

Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz

Se ha creído ver en el topónimo Estíbaliz un derivado del latino aestas-atis, "veranos" que tal vez se relacionara con un lugar de descanso veraniego ubicado durante la época romana, en este cerro o en las proximidades. La referencia románica se fortifica con la aparición de una lápida dedicada a Julio Flaco al efectuarse las obras de la ampliación de la iglesia.

Parece ser que durante la Edad Media se erigió el lugar en cabeza de un condado dependiente del reino de Navarra, y vinculado a la familia de D. Sancha, condesa de Álava e hija de los reyes de Navarra. A1 casar ésta con Fernán González, entra en la vinculación Castilla; el hijo de Gonzalo Tellez, hermano o yerno de Fernán, Aurivita Diego, puebla Villafranca de Estíbaliz con su casa solar e iglesia de Santa María. Por estas fechas se alzaría la fortaleza y el templo a los que habría venido a sumarse un mercado de reputación local frecuentado después por los peregrinos compostelanos.

En un privilegio del rey de Navarra, fechado el 962, se hace mención de la cofradía y cofrades de Oca, que más tarde se llamaría Arriaga, y se dice que fue fundada en honor del rey de los cielos y defensa de la cristiandad. Se componía del obispo de Calahorra y su arcediano, ricos hombres, infanzones, caballeros, escuderos y clérigos de la provincia de Álava, y de los dueños y señores alaveses. Se reunían en el campo de Oca, próximo a Arriaga, el día 1 de mayo de cada año. Celebraban una solemne procesión con la imagen de la Virgen de Estíbaliz, llevándola a la ermita de San Juan Bautista, enclavada en el campo de Arriaga. Nombraban 4 alcaldes jueces universales para que gobernasen durante el año siguiente toda la tierra de Álava, y de éstos uno era justicia mayor, el cual se encargaba de dar las sentencias y vivía en la casa de la cofradía, teniendo obligación de trasladarse al otero y somo de Estíbaliz a fallar las causas el día 1 de mayo. Este 1 de mayo de cada año se celebraban los "Juicios de Dios o Desafíos y Desagraviamientos de Estíbaliz". En el Real Privilegio se dice, entre otras cosas:

"et más, en quanto a los desafíos et desagraviamentos que han acostumbrado, como fasta aquí, los fagan et puedan facer de aquí adelante somo el otero de Estíbaliz; es a saber: en los días primeros del mes de mayo, después del sol salido fasta el sol entrado, et non desde más adelante, nin primero fasta otro día primero de mayo de otro año, et se puedan hedir los homes unos a otros en razón de sus fechos et agraviamientos cualesquiera día que dicho es de suso fasta sol entrado, de cuerpo a cuerpo, et nenguno los pueda contrallar, fuera aide que no fuedan fogar nin facer tales peleas con fallestenes, nin saetas, nin con otras armas de lanzar, dardos et espadas, et pabesas, etc.".

Siglos X-XII. En doc. de 984 Estíbaliz aparece citado junto con Divina (hoy Mendoza) y Morillas como lugares administrados por funcionarios navarros. Nuño González, nieto de Fernán González, fue otro de los Señores de Estíbaliz. A su muerte quedaron dos hijos llamados Munio Munioz, que siguió el patronímico de Estíbaliz con el señorío de la villa y solar, y el otro que se llamó Munio González. En el 1074 encontramos como dueño y señor de la casa de Estíbaliz a D. Álvaro González de Guinea, el cual otorgó en tal fecha una donación piadosa a favor del Monasterio de San Millán, cediendo en ella unas posesiones que tenía en el valle de Valdegobía y el altar de la derecha de Nuestra Señora de Estíbaliz a fin de que sirviese a San Millán (Archivo de San Millán, becerro gótico, fol. 49). En 1086 se titula conde de Estíbaliz, Lope Iñiguez (Cartulario de San Millán n. 258). En una escritura del archivo de San Millán de 1106 se dice que Munio, ministro de San Miguel en Álava, compró unos solares en Berrozteguieta, suscribiendo la transacción Senior Lope González dominando en Estivaliz.

1138-1431. En 1138, doña María López de Estíbaliz, hija de Lope González, hizo a los benedictinos cluniacenses del monasterio de Santa María la Real de Nájera la siguiente donación:

"El monasterio de Mugarneta que es en Sufia (valle de Zuia) con todas sus pertenencias pobladas y despobladas, Santa María de Urrecha con todas las pertenencias que a la misma corresponden, y Sta. M.ª de Oro con Magarrieta y el cercado de Murguía con las casas de Albaro de Zubiate en Arana quanto io tenga allí conviene a saber: collazos, viñas, entradas y salidas y los solares que a mí me pertenecen: Sta. María de Estívaliz con toda su pertenencia y dono para el servicio de Sta. María de Estívaliz un solar en Gaona con todo su pertenecido. Otro en Matauco con todo lo que le corresponde y otro en Petrequiz con toda su pertenencia. En Oreitia una casa con su entrada y salida y las casas de Galia de Arana con todo su pertenecido. De la misma manera: hago donación a Dios, a Sta. María de Nágera y San Pedro de Clunia de aquella Villafranca de Estíbaliz, cuanto yo tengo dentro de la villa y fuera de ella con todas sus entradas y salidas y con aquel fuero con el cual mis padres la poblaron y me vino a mi por derecho hereditario".

Doña María era sobrina del señor de Vizcaya Diego de Haro. La referencia a los pertenecidos de la iglesia en el momento de su donación a Nájera hace sospechar en la existencia de dependencias de tipo monasterial, sospechas que cobran aún mayor solidez al descubrirse, a comienzos de este siglo, vestigios cenobiales a los pies del templo asi como la existencia de un pozo alrededor del cual pudo haberse erigido un claustro. (Texto del documento en Landázuri: Historia civil de la M.N. y M.L. provincia de Álava, cap. XVII, año 1928, ap. 3).

Son varias las tradiciones que se remontan ya a esta época, incluso la imagen, colocada ya hace varios años, atrae a los peregrinos y dignatarios del reino y provincia. El 2 de abril de 1332, día de la incorporación llamada voluntaria de Álava a Castilla, el rey Alfonso XI vino con su corte al campo de Lakua, en el que la cofradía de Arriaga se reunía por última vez. Rindió homenaje a la Virgen de Estíbaliz y en su presencia firmó el contrato con los cofrades. Una de las tradiciones del santuario era la ofrenda de enormes cirios al santuario. García de Salazar en sus Bienandanzas e fortunas, nos dice:

"era costumbre de lebar grandes candelas de cera, de dos o tres quintales, a las iglesias que lo acostumbraban... e facían sus misas e ofrendas de aquellas candelas".

Lee en las mismas Bienandanzas que Iñigo de Guevara hubo de subir a este santuario a prestar juramento. Según se dice en dicho libro, este Iñigo de Guevara fue acusado de que "yantaba y cenaba con ella (su mujer) y se iba a acostar con una manceba que tenía..." Acusado de ello fue obligado a entregar los bienes que se había llevado en dote, pero se guardó una bocina de cuerno de vaca, que decía lo había recibido como regalo de parte de D. Lope González... Fue lo que motivó el dicho juramento en el santuario. Otra tradición dice que de las tierras de Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra, y aun de la frontera francesa, venían los caballeros de ellas a partir el pan de la fraternidad en el somo de Estíbaliz. El señor de Oreitia ofrecía el yantar, después del cual los caballeros volvían a sus tierras.

El santuario de Estíbaliz perteneció al monasterio de Santa María la Real de Nájera hasta el 1431, año en el que los monjes lo vendieron a Fernán Pérez de Ayala, conde de Salvatierra, por el precio de 2.000 maravedís de juro de heredad, situados en las alcabalas de la villa de Nájera, y 1.000 florines de oro del cuño de Aragón, como consta en la escritura del 5 de julio de 1431.

Los señores de Ayala estuvieron como poseedores y patronos de Estíbaliz por más de una centuria, hasta que Don Atanasio de Ayala, heredero y mayorazgo de la casa de Ayala, determinó ceder el patronato de Estíbaliz al hospital de Santiago de Vitoria y al Ayuntamiento, Justicia y Regimiento de la misma. Por escritura dada en Valladolid por Don Atanasio de Ayala, fechada el 11 de mayo de 1542:

"cedió la posesión y patronato de la iglesia y casa de Sta. María de Estíbaliz y los bienes raíces anejos a la misma en los pueblos de Villafranca, Argómaniz, Arbulo, Oreitia, Matauco y Argandoña al hospital de Santiago y al Ayuntamiento, Justicia y Regimiento de la ciudad de Vitoria".

Se le dieron a D. Atanasio por este motivo 1.500 escudos de oro sacados del fondo del hospital de Santiago.

Siglos XVII y XIX. Desde que el hospital de Santiago se hizo cargo del santuario de Estíbaliz había en él un ermitaño llamado el Páter, que era simplemente un colono sacristán que pagaba sus rentas al dicho hospital. Por estos años el monasterio deja de ser tal para funcionar sólo como una iglesia. En los siglos XVII y XVIII las noticias sobre la iglesia son muy escasas. Lo más destacable es la existencia de dos cofradías: una de trajineros, que consta en 1625 y debía de ser muy antigua, ya que cerca de Estíbaliz hubo durante la Edad Media un mercado célebre, y la cofradía de Nuestra Señora del Rosario fundada en 1702. Los pueblos de Añua, Eguileta, Trocóniz e Ijona, que formaban la comunidad de la ermita de San Adrián, tenían su peregrinación a Estíbaliz, como se demuestra por un documento del 21 de junio de 1624 y en que se dice que era costumbre inmemorial. Se reunían el día de San Juan (luego sería en la víspera). En estas reuniones trataban entre otras cosas, de la administración del monte comunal llamado Lauria Basoa. Una vez reunidos, venían en rogativa al santuario de Estíbaliz. Todos los vecinos estaban obligados a ello y su no asistencia se multaba con 2 reales. Los vecinos de los pueblos de Nanclares de Gamboa, Landa, Azúa y otros muchos, acudían el día de la Cruz de Mayo al cerro para unirse a los pueblos de la comunidad de Estíbaliz que tenían su romería en este día. Los capellanes que sirvieron en la ermita desde el 1490 hasta el 1757, sumaron un total de 34; la mayor parte de ellos eran los curas párrocos de los pueblos inmediatos, que cada 8 días subían a celebrar la misa. A finales del siglo XVIII la iglesia se hallaba ya casi abandonada. En 1793 se proyectó venderla al capitán general de Álava, Luis de Urbina. Durante el siglo XIX funcionó su iglesia de forma discontinua y experimentó un incendio en los primeros años del siglo.

La Diputación alavesa yo el Ayuntamiento vitoriano inician en 1904 la restauración del santuario, muy dañado por el abandono de siglos al que se había visto sometido. El 21 de octubre de 1906 se reanuda el culto y en 1913 se da por concluida esta primera restauración. Posteriormente R. Uralde y J. Apraiz agrandan la nave añadiendo un hastial al coro. El 27 de noviembre de 1923 se cedió el usufructo del santuario y sus pertenencias a los religiosos benedictinos de la abadía de Silos. Ya en los años 70 se ha atendido a la conservación nuevamente deficiente del santuario.