Literatos

Pouvreau, Silvain

Bourges, ¿?-Paris, 167?

A pesar de no conocer su fecha de nacimiento, sabemos que Silvain Pouvreau nació en Bourges, en el centro de Francia. Fue fiel sirviente del afamado jansenista vasco-francés Jean Duvergier de Hauranne (Saint Cyran) durante su juventud, y parece que Pouvreau aprovechó dichos años para valerse de su habilidad para aprender lenguas, llegando a dominar el latín, el español, el hebreo y el eusquera.

Inició y completó estudios religiosos en París, lugar en el que conoció a algunos intelectuales de la época como Jacques Bénigne Boussuet, Françoise Fouquet o Arnaud Oihenart. En 1637, siendo Fouquet obispo de Baiona, Pouvreau fue llamado a la capital labortana, lugar en el que pasó tres años. Una vez ordenado sacerdote, el propio Fouquet le ofreció la parroquia de Bidart. Pouvreau se encargó de las labores de la parroquia durante cuatro años, hasta que el obispo Olze sustituyó a Fouquet, y es que parece ser que existía una importante rivalidad entre el nuevo Obispo y el párroco de Bidart. Debido a ello, Pouvreau regresó a su Bourges natal y a París, si bien es cierto que realizó algunos viajes a Ipar Euskal Herria. Finalmente, falleció en la capital francesa entre 1670 y 1680.

La obra de Pouvreau es de corte religioso-ascético, y más que realizar creaciones propias, Pouvreau tradujo y adaptó textos de otros autores. Publicó tres obras a lo largo de su vida:

  1. Guiristinoaren dotrina. Se publicó en 1656 en la casa editorial de Jean Roger, en París. Se trata de la traducción del trabajo Instruction du Chretien del cardenal francés Richelieu publicada en 1621, y está dedicada a uno de los descendientes de dicho cardenal.
  2. San Frances de Sales Genevaco Ipizpicuaren Philotea eta chapeletaren Andre Dana Mariaren ohoretan devocionerequin erraiteco Antcea (o Philotea). Se publicó en 1664 en la casa de Claude Audinet, en París. Se trata de una adaptación a la lengua vasca de la obra Introduction à la vie dévote (Lyion, 1608) de San Francisco de Sales, que por aquel entonces gozaba de gran renombre. Pouvreau añadió una dedicatoria en latín y euskera al Santo Padre Alexandro VII en la que resaltaba el apego por la religión de los vascos y las peculiaridades de su lengua.
  3. Gudu espirituala, il padre don Lorenzo Scupoli chierico regolare Teatinoac Italienez eguinaGudu espirituala, il padre don Lorenzo Scupoli chierico regolare Teatinoac Italienez eguina. Esta tercera obra también se publicó en casa de Claude Audinete en 1665. El mismo título refleja que se trata de una adaptación de la obra Combattimento spirituale, escrita por Lorenzo Scúpoli y publicada en Venecia en 1589.

Junto a los trabajos publicados en vida, Pouvreau también dejó algunas obras sin publicar. Por un lado, cabe mencionar la traducción de uno de los libros de Thomas Kempis: Iesusen Imitacionea [=La imitación de Jesús], trabajo preparado para publicarse en 1669. Por otro lado, no hay que olvidar otros trabajos que realizó, a pesar de que no llegaron a publicarse.

El investigador y vascólogo Jules Vinson imprimió algunos de los textos de Pouvreau en 1892 bajo el título Les petites oeuvres basques [=Las pequeñas obras vascas]. En dicha publicación se recogieron un breve capítulo que versa sobre la gramática vasca (parece ser una parte de un trabajo más profundo y extenso) y un diccionario eusquera-francés, sin duda la parte más valiosa de los materiales publicados por Vinson. Los materiales recogidos en el diccionario de Pouvreau, junto a sus referencias, ayudan a conocer qué sabía el de Bourges sobre la literatura vasca de sus contemporáneos, y confirma que había leído a algunos de los autores más conocidos de la época como Leizarraga, Axular o Oihenart.

Aunque algunos autores del siglo XX han mostrado opiniones divergentes, Pouvreau ha sido duramente criticado en algunas ocasiones. El labortano Joannes Haraneder, por ejemplo, cuando realizó una nueva traducción de la obra Philotea (1749), mencionó "el mal eusquera" de Pouvreau. Por otro lado, como ha destacado Ricardo Gómez, en la gramática del de Bourges no se aprecia originalidad alguna respecto a lo que ya habían dicho algunos otros autores.