Concepto

Poesía Vasca en el siglo XX

Esta nueva era llegó para destacar las características del cambio. En primer lugar hay que tomar en cuenta el contexto político. En los últimos años del franquismo, surgió la polarización de las fuerzas de la sociedad: era época de represión y se vivía una gran tensión entre las fuerzas de la sociedad. También se difundió la práctica del control ideológico de la mando de intelectuales como Aresti y/o Txillardegi. Por ello, destaca la corriente que quería liberarse de la presión del compromiso social, por medio de la líneas editoriales de algunas revistas de 1975: la donostiarra Ustela (1975-76), formada por Bernardo Atxaga, Koldo Izagirre y Ramon Saizarbitoria; pero principalmente la revista bilbaína Pott (1978-80), en la cual junto con Bernardo Atxaga participan Jon Juaristi, Manu Ertzilla, Joseba Sarrionandia, J. Iturralde y R. Ordorika. A partir de entonces, surgieron, entre otras, Oh Euzkadi (1979-83), Susa (1980-94), Idatz-Mintz (1981-2001) Kandela (1983-84), Porrot (1984-90) y Literatur Kazeta (1985-89), Maiatz de Bayona (1982), Pamiela de Pamplona (1983-93) y Korrok (1984-89). Las editoriales y manifiestos de estas revistas reflejaban la gran heterogeneidad de las fuentes literarias y de las influencias, siempre revindicando que el aspecto literario tenía que estar separado del social.

B. Atxaga, K. Izagirre y R. Saizarbitoria fueron los primeros impulsores del movimiento y en sus trabajos queda patente el deseo de experimentación literaria. Investigan registros lingüísticos especiales, entre otros; el del enfermo, el del loco... e investigan y aparecen ensayos para dar muestra de la patología inconsciente. En el grupo Pott el vanguardismo tuvo una gran influencia, de la mano de T.S. Eliot, Ezra Pound y/o el simbolismo de Jorge L. Borges, el cual expresaría la maestría del juego de la metaliteratura. En los primeros trabajos de Sarrionandia y Atxaga, Etiopia (1978) e Izuaren gordelekuetan barna (1980) se puede ver claramente esa influencia. Los primeros que trajeron la influencia del surrealismo a la poesía vasca fueron Itsaso ahantzia (1976), Oinaze zaharrera (1977) y Guardasola ahantzia (1978) de Koldo Izagirre. Pero aparecerán de lleno por primera vez y con un expresionismo llevado al extremo en obras como Etiopia (1978).

El escritor Bernardo Atxaga (Asteasu, 1952) lideró el grupo Pott y fue el tercer eje principal de la evolución de la poesía vasca del siglo XX con el libro Etiopia. Como hemos dicho, se dio a conocer por medio de revistas literarias y trabajos colectivos: en las revistas Pampina ustela y Pott. Su primer libro Ziutateaz (1976) es una narración, en la cual se alternan párrafos de prosa con poemas. En el libro de poesía Etiopia (1978) hay una gran unión respecto al entorno mítico y dramático. Intensificando el expresionismo de Kafka y Trackl, reúne tendencias, registros y géneros de todo tipo, expresando a modo de collage, la imposibilidad de la utopía y la vida dura de la ciudad. La poesía del libro es una poesía cuidada, elaborada y bella, sugerente y llena de metáforas impactantes. De todas formas, rechaza la idea de que la belleza sea un regalo, se rebela en contra del esteticismo, no quiere hacer una poesía que repita sin cesar lo que ha dicho anteriormente. El libro tuvo gran impacto entre los lectores de 1976-1980. Desde entonces, todas las poesías que ha escrito las ha editado en una selección de poemas de Etiopía, así como en los libros Poemas &Hibridos (1990), Henry Bengoa inventarium (1987) y/o Nueva Etiopia (1996).

Joseba Sarrionandia, (Igorre, 1958), siendo miembro del grupo Pott, editó el libro Izuen gordelekuetan barrena (1981) asegurando la introducción de la vanguardia y coincidiendo con algunas de las características de la poesía de Atxaga. Los dos coinciden en la combinación efectiva del juego metaliterario y el surrealismo. Tras cambiar el rumbo del primer libro editó Eguberri amarauna (1983), Marinel Zaharrak (1987), Izkiriaturik aurkitu ditudan ene poemak (1985), Hezurrezko xirulak (1991), Gartzelako poemak (1992), Hnuy illa malah yahoo (1995) y Hau da ene ondasun guztia (2000). Participó como miembro de la Banda Pott en la traducción colectiva de los textos de T.S. Eliot, concretamente, hizo la traducción de The Waste Land: Lur eremua (1983). En la primera época de la poesía de Sarrionandia se pueden apreciar diversas referencias literarias, así como, en el libro Izkiriaturik aurkitu ditudan ene poemak (1985) se pueden leer a modo de antología todas sus poesías preferidas, siendo su voz la que habla entre líneas por medio de textos apócrifos.

Izuen gordelekuetan barrena (1981) se convirtió en el símbolo de la década para los escritores noveles y fue considerado como su manifiesto literario. La trayectoria literaria toma el libro como una guía de viajes, en la cual el poema del prólogo titulado "Bitakora kaiera" anuncia el camino que se va a tomar. Básicamente, es una visión de la literatura europea, provista de gran variedad de recursos y motivada por los intentos de formar un lenguaje literario personal. En el ensayo Ni ez naiz hemengoa (1985) planteó una teoría acerca de las características de la literatura vanguardista: Nietzsche y Witgenstein, la filosofía de la pérdida de la esperanza se convirtieron en el eje, porque ya no creían que el mundo era un lugar seguro y que el progreso nos iba a traer un futuro feliz, pues occidente lo único que ofrecía eran las miserias de la sociedad de consumo. Por eso, Sarrionandia cree que la literatura creativa lo único que puede llegar a ser es una literatura destructiva, nihilista, porque la literatura no puede cambiar nada.

En los libros posteriores, revisa la temática de los primeros y al hacer poesía sobre la experiencia vital, convierte el ser despedido o desterrado en símbolos existencialistas. Por último Hnuy illa nyha majah yahoo (Poemak 1985-95) es una selección y reorganización de sus poesías, estructurado desde un punto de vista humanista, actualizando su visión del mundo. El título es peculiar, es el saludo del caballo de Gulliver de Jonathan Swift que significa "cuídate amigo", es decir; la metáfora de la capacidad destructiva de la civilización.

La poética de los escritores que surgió en aquella vanguardia literaria surrealista ha sufrido varios cambios a través de aquellos años y los escritores han encaminado sus poéticas al fácil entendimiento de los lectores, en un intento de mantener las vías de comunicación abiertas. En el modo de expresión tan fluido de Atxaga podemos encontrar canciones pop, populares, primitivas o étnicas, aparentemente ayudada de elementos culturales, pero unida la temática expresada y encaminada al universo literario rico por medio de referencias. Sin embargo, Sarrionandia, tomando como base los cambios de su vida, ha convertido la poesía en refugio para los recuerdos, convirtiéndola en una vida humilde o un testimonio alejado que no tendrá reflejo en la gran historia.

Por otra parte, el escritor que avanzó en el camino de vanguardia surrealista, Koldo Izagirre (Pasaia, 1953) también dejó a un lado la fascinación y la exploración de la parte lúdica de la literatura que despertaron en el las experimentaciones de Eluard, Oulipo o Italo Calvinor. Cuando editó la obra Balizko erroten erresuma (1989) reivindicó que era un "manifiesto militante", y así, haciendo autocrítica se anunciaba la poética nueva que debía de venir, bajo las órdenes de la estricta conciencia ideológica y política. En sus libros de poesías da mucha importancia a la crítica; en el denominado Non dago Basques Harbour? (1997) repasa afectos como la patria, el amor, el miedo, colocándolos en un contexto simbólico de un puerto marítimo.

Al clasificar la época siguiente a la poesía de vanguardia de 1976-1987, las dificultades se hacen patentes entre los autores de la historia de la literatura. La poesía ha perdido el protagonismo como género en el sistema literario de final de siglo y los autores comparten sus poesías con otros géneros. Son destacables en esta época autores como Felipe Juaristi (Azkoitia, 1957) el autor de Galderen geografia (1997) y uno de los autores de los pocos libros de poesía que han ganado el Premio de la Literatura Vasca: Ricardo Arregi (Gazteiz, 1958), autor de Hari hauskorrak (1993) y Kartografía (1998), y según los críticos el autor más interesante de finales de siglo.

Entre tantos autores interesantes de las últimas décadas, son destacables estos autores: Harkaitz Cano (Lasarte, 1975), Kea behalinopean bezala (1994), y Dardaren interpretazioa / La interpretación de los temblores (2003); Kirmen Uribe (Ondarroa, 1970), se dio a conocer por medio del espectáculo con el cantante Mikel Urdangarin, Bitartean heldu eskutik (2001) único libro de poesía; y la escritora Miren Agur Meabe (Lekeitio, 1962), sus libros Azalaren kodea (2000) y Bitsa eskuetan (2010) son seguramente los que más interés han despertado entre los textos del nuevo siglo.

La poesía del siglo XX se asienta en tres hitos estéticos, se han señalado tres manifiestos o poéticas "innovadoras" que han roto con las normas estéticas anteriores, dando paso a la vanguardia. Sin embargo, los autores de principio del siglo XXI quieren colocar la literatura de nuevo en el hilo de la comunicación. Por eso, al igual que la poesía de Aresti encontró su lugar por medio de festivales de canto públicos y al igual que el grupo Pott preparó el espectáculo llamado Henry Bengoa inventarium, los escritores jóvenes del tercer milenio han preferido acercar el camino de los cantos y de los espectáculos dirigidos a la gente.