Pintores

Pichot Molinuevo, Enrique

Se inicia ahora -década de los sesenta- otro de los períodos más prolíficos del pintor. Etapa que alterna con labores de crítica de arte en la prensa local (años 1964-1966), al principio con el seudónimo "F.J. Rodríguez de Robles". Firmará más tarde las colaboraciones ya con su nombre. Esta tarea surge con la intención de contribuir a la divulgación y promoción de los trabajos de los propios artistas. Se pretendía que el público pudiera comprender y valorar mucho mejor este tipo de actividades plásticas, ahondando, para ello, más allá de las reseñas estrictamente informativas de los periodistas.

Paralelamente a estos deberes como crítico, atiende Pichot los compromisos pictóricos. Prepara varias muestras individuales en los Salones de Olaguíbel: en septiembre de 1964, así como en noviembre de 1966 y 1968. Fuera de Álava, expondrá en Zaragoza: en marzo/abril de 1965, en la Sala de Arte Albiac.

Sus cuadros de temática paisajística se vuelven más agitados, más nerviosos, más imaginativos. Acentúa, sobre manera, los procedimientos pictóricos, volcándose en una expresividad densa; enérgica. Son paisajes solitarios, a veces radicalmente alterados o deformados sus contornos externos, pero ligados a una tensión de espíritu: con claroscuros dramáticos. Le interesa ahora más los paisajes "subjetivados", como expresión de un temperamento, que los paisajes "realistas" sometidos a las sensaciones inmediatas, o atmosféricas, de la propia naturaleza. El proceso de introspección que experimenta su obra es manifiesto.

Por estos años es asiduo a las primeras Anuales Plásticas del Ayuntamiento de Vitoria. La edición de 1964 careció de impronta "competitiva". En la convocatoria de 1965 obtuvo el segundo premio con Costureras, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Álava; en la III Anual, consiguió el premio de honor con Frontón de pueblo. Logró el mismo galardón en la V Anual (1968) con Paisaje rural.

Durante cinco años, entre 1969 y 1973, la Caja Provincial organiza los Salones Navideños de Pintura como alternativa a los Certámenes de Artes Alavés, de la Municipal. En la segunda edición de aquel certamen (1970), obtiene Pichot el premio principal con un depurado y sintético paisaje de Sierra de Cantabria. Dejará entonces, ya en la cincuentena de su vida, de concurrir a los certámenes artísticos. Ahora otros menesteres más premiosos atraen su interés, alejándose de la actividad pictórica. Deberá atender principalmente nuevas ocupaciones laborales y profesionales. Hasta la jubilación.