Las primeras manifestaciones. El Paleolítico Inferior es el período de la Prehistoria vasca peor conocido. Sólo su etapa final, con el desarrollo de las industrias de bifaces del Achelense avanzado, se ha controlado hasta ahora en este territorio. Su límite cronológico inferior no parece superar los 200.000 años de antigüedad. De esta etapa son piezas talladas en piedra encontradas por lo común dispersas en la superficie de depósitos de terrazas. Su referencia exclusivamente tipológica es, desde luego, arriesgada: pues algunas formas y técnicas han perdurado en etapas más recientes. El mapa de distribución de hallazgos ofrece sendas concentraciones relativas en la costa de Laburdi y en terrazas de afluentes del Ebro, con una marcada tendencia al uso de los afloramientos de roca allí disponibles. Es el caso del empleo de cantos de cuarcita de las formaciones de terrazas de Zúñiga y Estella (sobre el Ega), de Venta de Judas (en el Irati), de Poilo y Mouguerre (en el bajo Adour), o de otras rocas apropiadas en Coscobilo (ofita y basalto), Murua (arenisca), Murba (sílex), Kargelu (sílex y otras) y Osaportillo, Bioiza y Aranzaduia en Urbasa (sílex). Los dos únicos sitios referibles con alguna seguridad a un contexto cronológico están en formaciones sedimentarias atribuidas al Riss II: en la playa de Bidart y en el paraje de Tambaou (Bidache). Por la cantidad del efectivo industrial disponible los yacimientos de Murba y Urbasa son susceptibles de valoración tipológica y, por tanto, de una cierta precisión cultural en el Achelense avanzado o en su transición al Paleolítico Medio.