Apellido vasco originario de la localidad guipuzcoana de su nombre, donde tuvo varios solares; radicó, entre otros lugares, en Olite, Peralta, Pamplona y Mongelos (Navarra). Pasó a América.
Ver OIN, ATEA, ATHEA, TI. Basándose en Oñati, Zabaleta lo interpreta: «sitio o lugar donde abundan las colinas o prominencias» (Revista Oñate, 1950, pág. 6). Del mismo parecer son el Dr. Gárate (Revista Oñate, 195253, pág. 32) y Guerra (Euskal-erria, 1902, pág. 291). Basándose en Oñate, Manuel de Lecuona lo traduce por: «puerto de desfiladeros o riscos» (Revista Oñate, 1952-53, pág. 59). Existen otras dos interpretaciones. Una, la vulgar y superficial: «pie del puerto». Y la otra de Albizuri que hace de Oñate, Oñarte, o sea: «entre colinas» (Jaungoiko-zale, 1929, pág. 162).
Un ciervo corriendo con un águila negra cerniéndosele sobre el lomo y con las alas explayadas, que son las armas del linaje oñatiarra de Garibay.
Según certificación de 1541 a Pedro de Oñate, vecino de Cuzco (Perú): De azul, tres estrellas de oro, puestas dos y una. Bordura roja, cargada de cinco sotueres de plata. OÑATE, Adolfo L. Pseudónimo de Adolfo Lafarga Lozano. OÑATE, Antón Ibáñez de. Banderizo guipuzcoano del s. XIV. Vecino de Mondragón, fue testigo en las escrituras de la rebelión oñatiense de 1388.
Juan Carlos Guerra
Según certificación de 1541 a Pedro de Oñate, vecino de Cuzco (Perú): De azul, tres estrellas de oro, puestas dos y una. Bordura roja, cargada de cinco sotueres de plata. OÑATE, Adolfo L. Pseudónimo de Adolfo Lafarga Lozano. OÑATE, Antón Ibáñez de. Banderizo guipuzcoano del s. XIV. Vecino de Mondragón, fue testigo en las escrituras de la rebelión oñatiense de 1388.
Juan Carlos Guerra