Jon Lariz. Personalidad política y literaria vasca, nacido en Lekeitio el 13 de enero de 1948. Siendo empleado de banca y militante del PNV clandestino entra en 1966 a militar en la organización ETA. Liberado por ésta, es detenido en un piso franco de la calle Artacale de Bilbao el 9 de abril de 1969. Es procesado en el célebre Juicio de Burgos de diciembre de 1970 acusado, junto con los demás, del asesinato del comisario Manzanas, bandidismo, subversión social y terrorismo. Condenado a dos penas de muerte y 51 años de prisión, estuvo ocho años en la cárcel -ocho años leyendo con avidez e iniciándose en el arte de escribir- al cabo de los cuales fue excarcelado al acaecer la muerte del general Franco y decretarse la amnistía de todos los presos políticos (20 de mayo de 1977). Formó parte del grupo de "extrañados" enviado a los países del norte de Europa y que volvió de forma clandestina. Fue elegido secretario general de Euskal Iraultzarako Alderdia (EIA) en la segunda Asamblea celebrada en octubre de ese año. A lo largo del año siguiente es uno de los artífices del abandono de la lucha armada por ETA y de la progresiva institucionalización de su partido dentro de Euskadiko Ezkerra, bloque que, al ser desertado por el KAS y el EMK-MC, quedó identificado de hecho con EIA. Como representante de esta entidad fue elegido parlamentario autónomo por Vizcaya en las elecciones de 1980 y como miembro de EE recibe la investidura por Alava en las de 1984 y 1986. Ya en 1981 había sido reelegido secretario general de EIA y algo después ocupa este cargo en el refundado EE, consecuencia de la confluencia de EIA y el EPK-PCE. Abandonará el cargo en 1985 dedicándose de lleno a la actividad literaria que siempre cultivó en sus ratos libres. Onaindía, que manifiesta haber leído todo lo escrito en euskara hasta 1936 de modo intenso, confiesa que la mayor lección literaria la aprendió en el período de 1971 a 1974, cuando se entretuvo en la traducción al euskara de diversos textos, entre otros algún capítulo de "El capital".
"Me dí entonces cuenta que había que ir a los clásicos, porque la gran aportación de Leizarraga y Axular es su sintaxis, porque su vocabulario es esencialmente de tipo religioso". Considera que el euskera batua puede convertirse en el argot de los propios estudiantes de euskara, entiende que en la narrativa hay que buscar el lenguaje propio de los distintos oficios, un euskara literario que reconstruya el "argot" de los arrantzales, de los campesinos o de los personajes de la ciudad, y cuya reconstrucción llevará a un mejor conocimiento de la historia real del país. Tan preocupado por los heterodoxos como por los gramáticos, Onaindía piensa que estos quieren milimetrar todo y eso encorseta demasiado a la literatura, al lenguaje, y afirma que "la Academia está discutiendo cosas que para mí ya están resueltas hace muchos años, sobre todo las de orden sintáctico, por ejemplo el caso de las subordinadas, en cuya cuestión yo sigo a los clásicos". En lo referente al mundo de la política vasca postfranquista, Onaindía reconoce que su vieja idea de que todo partido debe ser un colectivo pensante no obedece a una consigna dada entre sus compañeros, y que la coincidencia de que unos y otros escriban no responde a planteamiento alguno, sino a una actitud totalmente individual. "Euskadiko Ezkerra -dice- tiene la suerte de ser un partido joven y sin historia, al menos como tal partido, y estamos haciendo un esfuerzo imaginativo por aplicar soluciones racionales para intentar acabar con esos fantasmas que aún hoy persiguen a muchos vascos. Llevamos encima tópicos inventados hace cincuenta años, y ese tipo de mentalidad es lo que realmente nos impide ser libres".
Mario Onaindia Nachiondo falleció en Vitoria-Gasteiz el 31 de agosto de 2003.
Obras. Elurtzen datzaten zuhaitz enborrak, Gero, Bilbao, 1977) (pseudónimo Jon Lariz) Las luchas y las defensas de los renteros y los medieros (Abreita). Lur, 1978, 210 pp. Herria zutik, Ez, ez, ez, Konstituzio hori ez. No, no, no, esa Constitución, no. Bilbao, 1978, 144 pp. Autonomía y socialismo, Lur, 1979, 220 pp. La lucha de clases en Euskadi 1939-1980, Hórdago, 1979, 223 pp. Gau ipuiak, San Sebastián, 1983, 120 pp. Grand Placen aurkituko gara, San Sebastián, 1983, 200 pp. Gilen garateako batxillera, San Sebastián, 1984, 217 pp. Grande Place, Akal, 1985, 176 pp. La Tau y el caldero, Grijalbo, 1985, 160 pp. Del rincón en motora, Erein, 1985, 140 pp. Olagarroa, Elkar, 1987, 136 pp.
Entre las obras citadas, una, Gilen garateako batxilera, es premio "Ciudad de Irún" 1983 y se halla centrada en la vida de los herejes de Durango, escrita con ironía y distanciamiento. En 1987 obtiene también el Premio Azkue por su novela Olagarroa.
Ainhoa AROZAMENA AYALA
"Me dí entonces cuenta que había que ir a los clásicos, porque la gran aportación de Leizarraga y Axular es su sintaxis, porque su vocabulario es esencialmente de tipo religioso". Considera que el euskera batua puede convertirse en el argot de los propios estudiantes de euskara, entiende que en la narrativa hay que buscar el lenguaje propio de los distintos oficios, un euskara literario que reconstruya el "argot" de los arrantzales, de los campesinos o de los personajes de la ciudad, y cuya reconstrucción llevará a un mejor conocimiento de la historia real del país. Tan preocupado por los heterodoxos como por los gramáticos, Onaindía piensa que estos quieren milimetrar todo y eso encorseta demasiado a la literatura, al lenguaje, y afirma que "la Academia está discutiendo cosas que para mí ya están resueltas hace muchos años, sobre todo las de orden sintáctico, por ejemplo el caso de las subordinadas, en cuya cuestión yo sigo a los clásicos". En lo referente al mundo de la política vasca postfranquista, Onaindía reconoce que su vieja idea de que todo partido debe ser un colectivo pensante no obedece a una consigna dada entre sus compañeros, y que la coincidencia de que unos y otros escriban no responde a planteamiento alguno, sino a una actitud totalmente individual. "Euskadiko Ezkerra -dice- tiene la suerte de ser un partido joven y sin historia, al menos como tal partido, y estamos haciendo un esfuerzo imaginativo por aplicar soluciones racionales para intentar acabar con esos fantasmas que aún hoy persiguen a muchos vascos. Llevamos encima tópicos inventados hace cincuenta años, y ese tipo de mentalidad es lo que realmente nos impide ser libres".
Mario Onaindia Nachiondo falleció en Vitoria-Gasteiz el 31 de agosto de 2003.
Obras. Elurtzen datzaten zuhaitz enborrak, Gero, Bilbao, 1977) (pseudónimo Jon Lariz) Las luchas y las defensas de los renteros y los medieros (Abreita). Lur, 1978, 210 pp. Herria zutik, Ez, ez, ez, Konstituzio hori ez. No, no, no, esa Constitución, no. Bilbao, 1978, 144 pp. Autonomía y socialismo, Lur, 1979, 220 pp. La lucha de clases en Euskadi 1939-1980, Hórdago, 1979, 223 pp. Gau ipuiak, San Sebastián, 1983, 120 pp. Grand Placen aurkituko gara, San Sebastián, 1983, 200 pp. Gilen garateako batxillera, San Sebastián, 1984, 217 pp. Grande Place, Akal, 1985, 176 pp. La Tau y el caldero, Grijalbo, 1985, 160 pp. Del rincón en motora, Erein, 1985, 140 pp. Olagarroa, Elkar, 1987, 136 pp.
Entre las obras citadas, una, Gilen garateako batxilera, es premio "Ciudad de Irún" 1983 y se halla centrada en la vida de los herejes de Durango, escrita con ironía y distanciamiento. En 1987 obtiene también el Premio Azkue por su novela Olagarroa.
Ainhoa AROZAMENA AYALA