Concepto

Olentzero (versión de 1992)

Parece indudable, pese a las diversas caracterizaciones, que Olentzero representa de alguna forma el final del año. La más común de las representaciones es la de un hombre algo grotesco que hace su aparición en Nochebuena. En Oiartzun es un carbonero que vive con su mujer; en Zarautz, que tiene ojos rojos, sanguinolentos; en Elduaien, su cara es negra, tiznada con carbón; en Larraun, tiene tantos ojos como son los días del año, más uno; en Berástegi, aparece cargado de un haz de árgoma y con una hoz en la mano; en Zarautz, Lizarra y Oiartzun es comilón; en Elduaien, Lizarra y Berástegi, en Nochebuena se introduce por la chimenea en las casas y por tal motivo es preciso limpiar previamente ese conducto; en Oiartzun, viene a la cocina cuando la familia se ha retirado a dormir y se calienta al fuego del Olentzero embor "tronco de Olentzero" que arde esa noche en el hogar; en Berástegi, prende fuego a su haz de árgoma y así se calienta. En algunos pueblos, como Oiartzun, Lesaka, Leiza, Goizueta y Arakil, representan a Olentzaro con un maniquí gordo hecho con paja y trapos y, colocado en andas; así lo llevan por las casas para hacer la cuestación de Nochebuena; los niños de día, los mayores de noche. En Oiartzun existe también la costumbre de vestir de carbonero a un muchacho y llevarlo en andas por las casas en lugar de hacerlo con el maniquí.

Lo mismo practicaban antes en Bera, Pasajes, Andoain y Elduaien. En los pueblos de Larraun tienen colgada en la chimenea la imagen de Olantzaro con su boina en la cabeza y una hoz en la mano hasta después de la misa del gallo; en una ventana la tienen en Lesaka, Leiza y Arakil. En Bera y Oiartzun añaden que Olentzaro es un pregonero que anuncia el nacimiento de Cristo. He aquí lo que cantan en Oiartzun los jóvenes que hacen la cuestación con Olentzaro:

"Olentzero juantzaigu
mendira lanera
Intentziyuarekin
ikatz egiter
Adittu duenian
Jesus jayo dela
lasterka etorri da
parte ematera".

(Olentzero se nos ha ido / al monte a trabajar / con intención de / hacer carbón. / Cuando ha oído / que ha nacido Jesús / ha venido corriendo / a dar parte".

Finalmente, los jóvenes de Lesaka queman en la plaza del pueblo el monigote que representa a Olentzaro, un tragón insaciable:

Olentzero guria
eziñ degu ase,
bakarrik jan dizkigu
hamar zerra gazte;
sayeski ta solomo
tripazayak haste,
Jesús jaio dalako
konsola zatezte

Algo similar acontece en Goizueta:

Olentzero,
buru haundia,
entedimentu gabia,
bart arratsian,
eran omen du
bost arruado Zagia.

ay urde tripa haundia!
Orra, orra, gure Olentzero
pipa hartzen duela
exerita dago
kapoiak ba ditu
Arrautzatxuakin
bihar berendatzekozato arduakin.

Jayo da, jayo da
Jaungoikuaren semia,
jayo da, jayo da
gure pozgarria.

Belengo portalian
gabaren erdian,
gayo da gure Jesús
estalpe batian...

Jayo da, jayo da...etc.

En varias localidades alavesas se encienden fogatas por Nochevieja y queman un pellejo de vino que representa el año que se acaba y lo llevan encendido por las calles mientras cantan: Erre pui erre, a quemar el culo a Putierre (Amárita). Algunos de los nombres, como también los monigotes y los fuegos de Nochebuena y Nochevieja, aparecen relacionados con un madero especial que arde por Nochebuena en muchos lugares del país. Subilaro parece que tiene uno de sus componentes -subil "tronco de árbol"- con clara referencia a dicho madero, entre cuyos nombres figuran: Olentzero-enbor (Oiartzun), Onontzaro-mokor (Larraun), Gabon-subil (Anzuola y Abadiano), Gabon-mukur (Bedia), Gabon-zuzi (Zegama), Gabon (Trespuentes), Porrondoko (Salvatierra), Subilaro-egur (Aezkoa), Suklaro-egur (Salazar) y Sukubela (Liginaga). Este madero es colocado en el fuego del hogar por Nochebuena. Es práctica observada en casas de Llodio, Trespuentes, Salvatierra, Bedia, Otxandiano, Arratia, Abadiano, Placencia, Anzuola, Zegama, Oiartzun, Eskiroz, Eraso, Arakil, Salazar, Liginaga, etc.

En Eskiroz y Elkano son tres los maderos que ponen al fuego esa noche: uno dedicado a Dios, otro a Santa María y el tercero a los que habitan la casa. En Eraso y en Arakil ponen, además, un palo consagrado a cada uno de los habitantes de la casa, más otro para los pordioseros. En Trespuentes el Gabon o tronco de Nochebuena solía ser muy grande y estaba en el hogar durante todo el año; en Larraun lo tenían al fuego durante el día y la noche de Nochebuena; en Llodio y Salvatierra, hasta Nochevieja; en Arratia, Otxandiano y Salazar, sólo por Nochebuena. En Olaeta encienden en el hogar un tronco de haya por Nochevieja y queman a su lado la parte que restó del que ardió el año anterior. Créese que el tronco de Gabon, por haber ardido en el hogar por Nochebuena, posee virtudes particulares. En Oiartzun preparan en su fuego la cena de esa noche. También en Anzuola y Abadiano practican lo mismo y, además, después de la cena todos los miembros de la familia se calientan colocados a su alrededor.

En Elduaien procuran hacer una gran fogata esa noche; de lo contrario, podría bajar por la chimenea Olentzaro armado con su hoz y destruir a todos. En Eskiroz colocan el tronco que fue dedicado a Dios por Nochebuena, en el portal de la casa el día de Año Nuevo o de San Antonio Abad y obligan a pasar encima del mismo a todos los animales domésticos: así éstos no morirán de accidente durante el nuevo año. La misma costumbre era practicada antes en Oiartzun y en Arakil. En Salvatierra lo vuelven a poner en el hogar cada vez que se presenta una tormenta con mucho estruendo a fin de alejar la nube peligrosa. En Otxandiano y en Arratia, en las casas donde hay un toro semental, colocan durante la cena de Nochebuena dos palos en el fuego del hogar para que se quemen por un extremo. Después lo sacan, hienden uno de ellos, ponen el otro atravesado en la hendedura de suerte que ambos formen una cruz. Esta es colocada luego en la cuadra del toro a fin de evitar que al animal le sobrevenga durante el año la enfermedad llamada maminpartidu. En Aezkoa conservan el tronco o sus carbones para encenderlos y producir la fumigación que puede curar el endurecimiento de la ubre cuando las vacas padecen esta enfermedad. En Olaeta el madero que ha ardido en el hogar por Nochevieja es llevado luego, después de la cena familiar, al establo, a fin de alejar las enfermedades del ganado. En Amorebieta creen que la comadreja no perjudica a los habitantes ni al ganado de una casa si en su hogar ha ardido el tronco de Nochebuena.

No dejan que se apague el fuego durante esa noche; de lo contrario, temen que antes de uno año muera algún familiar. En Bedia conservan el tronco de Nochebuena o sus carbones, los cuales bendicen la casa, según es creencia en el lugar. En Liginaga atribuyen al tronco de Nochebuena la virtud de hacer que nazcan hembras en el rebaño. En Ibárruri la ceniza que el fuego de Nochebuena produce en el hogar es llevada a las heredades o tierras de cultivo el día de San Esteban y allí es lanzada en forma de cruz a fin de desterrar a los animales dañinos. En Eraso, en cuanto uno muere, le colocan a su lado el palo de su nombre que ardió en el hogar por Nochebuena. Las prácticas relativas a Olentzaro -época, personaje, tronco de Nochebuena y fogatas- se asemejan a las de San Juan o solsticio de verano y reproducen las formas, un tanto cristianizadas, de varios ritos y ceremonias simbólicas o mágicas muy usuales en las religiones indoeuropeas. Este personaje se hallaba semiolvidado en la postguerra y su exhumación, similar a la de otros temas folklóricos, se debió al nuevo nacionalismo vasco de los años 60. En los 70 su llegada fue asimilada a la de Santa Klaus o Papa Noel en la Nochebuena, llegada esperada por los niños por ir acompañada de regalos y elementos misteriosos atribuidos antes a los Reyes Magos. Esta novedad fue introducida también por el nacionalismo especialmente en el mundo de las ikastolas.