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Museo Diocesano de Arte Sacro. Vitoria-Gasteiz (versión de 2007)

Abierto desde el 30 de abril de 1999, el Museo Diocesano de Arte Sacro se encuentra ubicado en la girola o nave que rodea el ábside de la Catedral de María Inmaculada, templo vitoriano de planta neogótica. La Catedral Nueva, levantada por Julián de Apraiz y Javier Luque, comenzó a edificarse en una primera fase entre 1907 y 1914, y en una segunda desde 1946 hasta 1969, año en que se procedió a su inauguración, en el mes de septiembre.

En un espacio climatizado de 800 metros cuadrados, el museo de arte sacro exhibe una selección de 250 piezas desafectadas, es decir, fuera de culto. El espacio expositivo respeta la estructura original del templo neogótico al distribuirse las piezas por diferentes salas o sistemas de compartimentación de carácter autoportante; instalaciones, paredes y montajes que para nada interfieren ni inciden en la estructura del templo.

Las obras seleccionadas, pertenecientes en su mayoría a la Diócesis de Vitoria y a la Diputación Foral, muestran la evolución del arte religioso de la Diócesis desde los primeros vestigios conservados de época prerrománica y románica hasta los tiempos actuales.

Respetando la estructura radial de la girola, iluminada por las vidrieras de la prestigiosa Casa Maumejean, cada una de las salas autoportantes del museo se ha organizado de acuerdo a estrictos criterios cronológicos, estilísticos y pedagógicos. El hilo conductor son cinco tipos de materiales o técnicas que coinciden -en líneas generales- con vastos períodos de la historia del arte: la piedra, el tronco, la tabla, el lienzo y la plata. Completa el recorrido una sexta sección denominada liturgia.

Así, dentro de la "Piedra", se exhiben piezas y restos propios del período prerrománico y románico, vestigios primeros del cristianismo en Álava/Araba: un altar y las celosías de Obécuri, el altar de San Jorge de Cripán, una estela discoidal de Galarreta, una ménsula con la imagen labrada de Belcebú del pueblo de Ilarduia, además de canecillos, capiteles, ventanales, etc.

Las salas destinadas al "Tronco", materia que sustenta la imaginería gótica y tallas del Renacimiento y del Barroco, muestran imágenes de las "Andra Mari" de Etxabarri Viña, Gamarra y Sendadiano, así como "El Cristo Crucificado" de Zurbano, incorporándose otras esculturas alusivas a distintos santos.

La sección "Tabla" recoge trípticos tardo-góticos y renacentistas de influencia hispano-flamenca como "El Tríptico de Salinas de Añana", el "Descendimiento" de Van der Goes, la "Crucifixión" de Ambrosis Benson, además de varios bustos relicarios, una selección de "Vírgenes" de Malinas, así como varias tablas procedentes de los pueblos alaveses de Labraza o de Añes.

Sobre soporte de "Lienzo" -salas dedicadas a la pintura de caballete del Renacimiento y del Barroco- emergen piezas tan emblemáticas del Museo como el "San Francisco" de El Greco, "Doña Mariana de Austria" y "la Inmaculada" de Juan Carreño de Miranda, las tres grandes obras salidas del pincel de José de Ribera, "Santo Cristo", "San Pedro" y "San Pablo", la "Predicación de San Juan Bautista" de Luca Giordano, la "Inmaculada Concepción" de Alonso Cano o el "Descendimiento" de Gaspar de Crayer.

El recorrido por la girola termina en la sección dedicada a la "Plata", que, exceptuando los relicarios y las cruces procesionales, recoge objetos de pequeño tamaño como custodias, cálices, copones, vinajeras, portaviáticos, campanillas y otros elementos fabricados en materiales nobles desde el románico hasta el siglo XX. Así, las cruces de Quejo, de transición del románico al gótico; la Cruz de Samaniego, de estilo gótico; las de Tuesta y Arechavaleta, de época renacentista, amén de otros testimonios de orfebrería hispano-flamenca, neoclásica y modernista.

La capilla central de la girola, donada en 1908 por la pía benefactora Felicias Olave, es el lugar elegido para la sección de "Liturgia". Posee en su centro un altar de mármol adornado con elementos propios de la celebración de la Eucaristía (cáliz, copón, atril con misal, portapaces...), situándose sobre las repisas diversos candelabros y a ambos lados del altar varios relicarios, y diversos ornamentos sacerdotales en los extremos de la capilla: capas pluviales, casullas, albas... En este espacio hay también "un lugar reservado para los cantorales y las devociones para con los difuntos", como bien detalla el folleto editado por el Museo Diocesano de Arte Sacro, que incorpora las ideas maestras de su proyecto museográfico.